El mercado palpita un salto del dólar y le exige definiciones a Milei antes de la reapertura de los bancos

El mercado palpita un salto del dólar y le exige definiciones a Milei antes de la reapertura de los bancos

Las primeras palabras de Milei insinuaron un rápido desarme del cepo. Y empieza la pulseada con un gobierno saliente que no quiere pagar el costo político

 

Para quienes leen entrelíneas los discursos, el panorama quedó claro: se viene un larguísimo período de tres semanas en los que el gobierno saliente y el entrante pulsearán para saber quién se hace cargo de lo que se considera inevitable: una devaluación y una corrección de los precios relativos, lo cual incluye una suba de las tarifas de servicios públicos.

El primer discurso de Javier Milei como presidente electo fue escaso en definiciones, sobre todo para quienes esperaban que diera alguna señal más concreta sobre sus primeras medidas o nombramientos de funcionarios. Sin embargo, Milei dejó en claro que había tomado nota del discurso que Sergio Massa había dado unos minutos antes, en el sentido de que lo que ocurriera con la economía ya iba a depender no de la actual administración sino del gobierno entrante.

A esa altura, el dólar en el mercado cripto ya había saltado por encima de los $1.000, un valor parecido al que había antes de la primera vuelta de octubre, cuando los inversores habían "priceado" que el libertario iba a consagrarse y que iba a poner en práctica su proyecto dolarizador.

Esta vez, Massa se cuidó de no mencionar esos aspectos espinosos, los más resistidos de su plataforma -y no sólo por el peronismo sino también por sus nuevos aliados de Juntos por el Cambio-.

El énfasis de Milei en el agradecimiento a Mauricio Macri y a Patricia Bullrich podría ser leído como una aceptación de que no habrá situaciones drásticas, o al menos no desde el primer momento. Pocos días antes de la elección, el ex presidente había publicado un mensaje en el cual se presentó como garante de que los aspectos más controversiales del plan de Milei iban a pasar necesariamente por la aprobación de una nueva alianza política en el Congreso.

De manera que, en este momento, el sentimiento predominante en el mercado es que sí se puede esperar una fuerte devaluación -que tal vez hará quedar como muy barata la cotización de $674 a la que cerró la posición diciembre en el mercado de futuros Rofex- pero no necesariamente un proyecto dolarizador. Por lo menos, Milei se cuidó de no mencionar la palabra "dolarización" ni de repetir definiciones como las que en octubre habían generado una corrida bancaria que había hecho salir del sistema a casi $2 billones.

Lo que sí parece quedar claro es que el cepo cambiario será levantado rápidamente. Al menos ahí apunta la advertencia sobre que "no hay lugar para gradualismos", que terminó de convencer a quienes suponían que se podía entrar en una fase cambiaria de levantamiento de los controles por etapas.

El primer mensaje de Milei ya planteó una pulseada con el gobierno saliente, que tendrá su centro en el ritmo de una devaluación inevitablePoco ambiente para dolarizar

 

Quienes criticaron el hecho de que se haya mantenido este lunes como feriado deben haber cambiado rápidamente de opinión: sin esa jornada con bancos cerrados, nadie se atrevería a imaginar otra situación que un dólar subiendo descontroladamente, y posiblemente una nueva corrida de los ahorristas.

Las escasas 24 horas de tregua le darán a Milei la oportunidad de enviar mensajes más concretos que restituyan la confianza en un mercado muy nervioso. De hecho, nadie puede imaginarse la apertura de los bancos el martes sin que se haya dado a conocer, como mínimo, el nombre de quien se hará cargo de la economía del país desde el 10 de diciembre.

Si se confirma el nombre de alguno de los economistas que ya dieron su opinión contraria a la dolarización -entre ellos, Federico Sturzenegger, Luciano Laspina o Demian Reidel-, entonces se reforzaría la expectativa de que una dolarización en sus términos originales quedaría descartada. Si fuera otro nombre, el mercado exigiría definiciones explícitas sobre el tema mientras los pesos empezarían a refugiarse en el dólar a toda velocidad.

Un mensaje muy importante en la noche electoral fue el del embajador estadounidense, Marc Stanley, quien dejó una felicitación que puede interpretarse como una advertencia sobre cuáles serán los límites de su apoyo. Dijo que esperaba "la protección de los derechos humanos y la democracia, la lucha contra el cambio climático, la mejora del clima de inversiones y la inversión en la clase media".

En otras palabras, una advertencia contra el ajuste, y ni una palabra sobre la disposición de Estados Unidos a ayudar con liquidez para una eventual dolarización.

Para las próximas horas, el otro mensaje que se espera con ansiedad es el del Fondo Monetario Internacional, que dejó en suspenso el desembolso prometido de u$s3.300 millones antes de fin de mes. En el organismo había enojo con Massa por su abandono de la disciplina fiscal durante el final de la campaña electoral con el "plan Platita".

Es probable que haya elogios de parte del FMI a la promesa de Milei sobre la prioridad del equilibrio fiscal. Pero el staff conducido por Kristalina Georgieva querrá tener también más definiciones antes de inyectarle fondos a un Banco Central que tiene reservas negativas estimadas en u$s10.000 millones.

En el mercado se espera con ansiedad las señales que envíe el FMI que conduce Kristalina Georgieva: hay un desembolso pendiente por u$s3.300 millones

 

Mientras tanto, Milei y su equipo tendrán que ir marcando en el calendario de diciembre el pago de u$s1.200 millones -u$s900 al FMI y u$s300 millones a organismos internacionales- mientras que en enero la cuenta es por u$s3.950 millones -u$s1.950 millones al Fondo, u$s1.550 millones por bonos de deuda soberana y u$s450 millones a organismos-.

Es decir, aun cuando se cumpliera el desembolso prometido por el Fondo, igualmente la situación de falta de divisas sería acuciante. Milei hizo hincapié en que su gobierno respetará a rajatabla el pago de las deudas, una frase pensada para que en los próximos días no se concrete una caída de los bonos soberanos surgidos del canje de 2020.

Esperando al "Milei moderado"

 

Ya el lunes se verá la respuesta del mercado al primer discurso presidencial y al desafío planteado entre Milei y Massa respecto de quién tendrá la mayor responsabilidad por lo que ocurra con la estabilidad financiera en el período de transición.

En el mercado se da por descontado que el actual gobierno no tendrá ningún aliciente para convalidar una devaluación brusca, que muy probablemente contagie de inmediato a los precios y lleve la inflación de noviembre otra vez a un nivel de dos dígitos.

Los reportes de las consultoras económicas y administradoras de fondos de inversión de los últimos días fueron rotundos en el sentido de que nadie cree posible una dolarización inmediata sin que ello venga acompañado de un caos financiero y un tipo de cambio extremadamente alto. Por otra parte, no parece que una medida de ese tipo pueda pasar el filtro del nuevo Congreso.

Por eso, se está previendo el escenario de un "Milei moderado", al que tampoco ven exento de dificultades. Un informe de la consultora 1816 planteó: "Si, como parte de un programa alternativo, al ajustar precios relativos la inflación sube a la zona de 30% mensual (probable), el mercado dudará si Milei no terminará prefiriendo dolarizar, dificultando que se recupere la demanda de pesos".

Y agrega: "Lo único bueno de este plan B es que tendría el apoyo del PRO. Lo malo es que incluso si funciona, Argentina tendrá inflación muy alta como mínimo hasta la elección de 2025".

Por su parte, la firma Portfolio Personal le asigna un 80% de probabilidades a una moderación de Milei frente a su planteo reformista original. Imagina que la dolarización sería congelada para más adelante y que se correría a la versión de la competencia de monedas, en términos como los que planteaba el programa de Juntos por el Cambio,

"En el sentido político, cuanto más cerca se muestre Milei del PRO, más fuerte se percibirá su gobernabilidad", señala el informe. Aun así, prevé que se daría una suba de hasta 10% del dólar "contado con liqui". Y prevé que el salto del tipo de cambio no será inferior a un 50%. 

Los economistas no descartan que se intente un esquema de desdoblamiento cambiario por un período breve, en el cual las exportaciones e importaciones correrían a un tipo de cambio diferente al de las obligaciones financieras. Es una propuesta que el mismo Carlos Rodríguez, que coordinó al grupo de asesores de Milei, hizo para evitar que la salida del cepo fuera traumática.

Lo cierto es que los tiempos del mercado son mucho más veloces que los de la política, y exigirá definiciones claras en el lapso de horas. El tiempo juega en contra de la estabilidad financiera: cuanto más demoren los anuncios, mayor será el apetito dolarizador, tanto en el plano financiero como en el de quienes hacen stock de mercadería.

 

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