Afirman que hay un escenario “estancado”. En lo que va del año 1400 personas se postularon en la Oficina de Empleo municipal. Destacan que, a pesar de las dificultades, en general, las firmas locales lograron mantener sus planteles de trabajadores. No obstante, más allá de las dificultades, hay buenas expectativas para 2018. Cuáles son los programas que ejecuta el municipio para apoyar a empresas y postulantes.
Una de las consecuencias de la economía que no repunta se ve en el amesetamiento del mercado laboral.
Si bien algunos referentes locales consultados por Democracia destacan que, más allá de las dificultades, las empresas lograron, en general, mantener sus planteles de trabajadores, lo cierto es que el escenario es de estancamiento y casi no se generan nuevos puestos de trabajo.
Con todo, hay expectativas de mejoramiento de cara a 2018.
1400 postulantes
En lo que va del año, 1400 personas se presentaron en la Oficina de Empleo buscando trabajo, lo que demuestra la necesidad laboral en nuestro medio.
Clara Masino, responsable de esa dependencia, destaca la importancia de este número, y cuenta que para esto también hubo una gran influencia de la presencia del llamado “Camión Joven” en Junín, en agosto último: “Hubo una gran afluencia al camión, pero el tema es que muchos creían que de ahí iban a salir con un trabajo, algo que no es así. De los 300 que se presentaron, la mitad vino a la entrevista que concertamos en la Oficina de Empleo, y de los que sí hicieron la entrevista, sólo algunos están participando del plan Más Joven –destinado a personas de 18 a 24 años–, por el que reciben una mensualidad si hacen una capacitación, que hoy están haciendo 30 chicos”.
En esta oficina advierten que no son tantas las empresas que se acercan para hacer sus búsquedas, aunque en el último tiempo hubo un leve incremento. Es que el personal de la dependencia sale a la búsqueda de compañías que quieran utilizar este servicio. Además, consultoras privadas de Junín y de la zona también piden datos para hacer alguna intermediación laboral.
“Lo que más se busca es atención al público –comenta Masino–, también estamos teniendo pedidos para instalación de alarmas, ventas de planes de ahorro, o la gestión de autoempleo, por ejemplo, la venta por catálogo. También se piden empleados rurales y tractoristas, un rubro en el que no tenemos mucho en nuestra base de datos”.
Para optimizar la relación entre empresas y postulantes, la Oficina de Empleo aplica diferentes programas del Ministerio de Trabajo.
En la actualidad, hay tres en ejecución. Uno es Entrenamiento Para el Trabajo (EPT), que apunta a estimular la práctica laboral en jóvenes de entre 18 y 24 años a través de una pasantía rentada de cuatro a seis meses en la que el empleador le tiene que enseñar al postulante cómo desenvolverse. Dentro del EPT hay actualmente 27 personas en entrenamiento y 43 empleadas. También está el Programa de Inserción Laboral (PIL), una iniciativa en la que hay una relación de dependencia por dos años y el ministerio ayuda con el 50% de la remuneración, que en este momento tiene dos personas incluidas en el ámbito local. Finalmente, también está el Promover, destinado a la inclusión laboral de personas con discapacidad.
“Estar atentos”
En la CGT local advierten, se está viviendo una etapa de incertidumbre, aunque destacan que el impacto local no es tan grave como en otras localidades. Así lo hizo saber Héctor Azil, uno de los integrantes del triunvirato normalizador de la central obrera: “Afortunadamente Junín no es de las ciudades más afectadas porque tiene un fuerte impacto el sector agropecuario y la administración pública, lo que le permitió sobrevivir de una manera un poco más tranquila que el resto de la provincia”.
No obstante, considera que hay sectores que sí sintieron la retracción, y da el ejemplo del gremio que él conduce, que es el de la Sanidad: “Es un área que demanda mucha mano de obra y por primera vez en veinte años tengo dos empresas pidiendo procedimiento de crisis y solicitando Repros al Ministerio de Trabajo de la Nación. Hay que estar atentos a estas cosas, porque un Repro te puede salvar por un tiempo, pero si las variables no cambian, eso se convierte en problemas permanentes”.
El Repro es un programa que brinda a los trabajadores de las empresas, cuya solicitud haya sido aprobada, una suma fija mensual remunerativa de hasta un monto equivalente al salario mínimo, vital y móvil por trabajador actualizado a la fecha de otorgamiento, por un plazo de hasta 12 meses, destinada a completar el sueldo de su categoría laboral.
Azil considera que hay otras señales de alarma, como “la disminución de horas extras y, sobre todo, la estadística que todos conocen pero que nadie quiere ver porque está invisibilizada, y es que los primeros trabajadores que se despiden son los que no están formalizados, y en una economía en la que más del 30% está en negro, es muy difícil dimensionar cuántos se quedaron sin empleo”.
Es por ello que Azil considera que lo que se puede esperar para el año próximo es “una perspectiva de lucha, de resistencia y de tratar de que no se avance sobre los derechos laborales”, aunque sabiendo que la suya es “una situación de debilidad porque estas medidas las está aplicando un gobierno que recientemente fue convalidado electoralmente”.
Pymes a la espera
Suele decirse que el de las Pymes es uno de los sectores que generan más fuentes de trabajo. Sin embargo, el escenario actual es, más que nada, de espera.
Así lo dice Guillermo Vega, titular de la Cámara Pyme del Noroeste de la provincia de Buenos Aires (Capynoba): “La situación que se ve es que las pymes están en un parate y queriendo arrancar, pero a veces pasa que tenemos uno o dos meses buenos, pero después vuelve a caer por el aumento de los combustibles, o de los servicios, o la retracción del consumo, entonces, al no haber un crecimiento sostenido, la inversión se retrae o se frena. Habrá que esperar hasta marzo del año que viene para ver lo que va a pasar, se ve que hay medidas que parecen que van a hacer arrancar la economía, pero no es fácil para las pymes”.
Eso se traduce en no poder incorporar personal, no solo porque el empresario pyme suele ser “conservador”, sino que también consideran que “el costo laboral sigue sin disminuir y cada vez que quieren ampliarse se piensa mucho antes de sumar alguna persona más”.
En este escenario, es destacable que las pymes hayan podido mantener sus planteles. “No se advierten disminuciones considerables, pero sí vemos que no hay una generación de nuevos puestos de trabajo”, resume Vega.
Además, no observan estímulos a la generación de empleo, ya que consideran que la actual administración “fomenta más que nada al emprendedurismo y la capacitación para que la gente esté preparada como cuentapropista y no tanto en la formación a empleados”.
Por eso insiste que debe esperarse a que la economía tenga un crecimiento sostenido: “Hasta que no mejore, las pymes no se van a largar a tomar personal o a invertir porque, al tener pocos recursos, son empresas conservadoras y cuidan lo que tienen. Generar una inversión tiene un costo alto y si no ven un futuro positivo, no lo van a hacer”.
“No se ve reactivación”
Si bien en el sector del comercio se ve “una leve” mejoría, esto se debe a una situación común en los meses de fin de año porque la venta se acrecienta, lo que alienta la toma de trabajadores temporarios. Los sectores en los que más se ve esto es en las casas de electrodomésticos y en supermercados, “que son los rubros más comunes porque la demanda es más grande y la reposición y atención son más intensas”. Así lo señala el subsecretario general del Sindicato Empleados de Comercio, Federico Melo.
El desafío, ahora, es que estos empleos temporarios sean permanentes. “A nosotros nos importa el incremento de trabajadores estables, no de temporadas –continúa Melo–, y en eso todavía no se ha visto una reactivación. Lamentablemente, los comercios siguen expectantes y con las ventas al límite, por eso no hemos podido ver incorporaciones, más allá de alguna empresa nueva que se ha instalado, como un mayorista de artículos de limpieza, que tomó unos 17 empleados y tenían cierta expectativa de sumar alguno más”.
Para el joven dirigente sindical, la variación de trabajadores “es la habitual”, por lo que “no se advierte una baja sensible o que llame la atención, hasta ahora”.
Según dice, esta meseta fue una constante “durante todo el año”. Y si bien “la mayoría de las empresas pudieron hacer un esfuerzo para sostener su dotación de trabajadores”, las perspectivas del gremio es que “después de fin de año se pueda consolidar esto para ver el año próximo con una expectativa más optimista, es decir, más que de aguantar, que sea una etapa para incrementar las plantillas de empleados”.
Falta calificación
El consultor privado Gustavo Nani sostiene que en el último trimestre hubo un repunte en las búsquedas laborales en ciertos rubros específicos: mandos medios y mano de obra especializada, como operarios de producción y de mantenimiento.
Según su análisis, esto fue motorizado por el resultado de las elecciones de octubre ya que allí “las empresas vieron un panorama alentador para tomar decisiones respecto de la búsqueda laboral”.
Nani explica que los puestos más difíciles de cubrir “son los de mano de obra calificada en el sector industrial y la metalmecánica”, y añade que “se está produciendo ausencias de personal calificado en ingeniería y analista de sistemas”.
En cuanto a la gente que busca trabajo y no encuentra dónde insertarse, afirma que las dificultades más notorias están entre los que no tienen estudios secundarios o terciarios: “Hoy la formación es muy valorada, sobre todo por tener en nuestra ciudad la Universidad e institutos terciarios, entonces esa capacitación es muy bien vista. El que no está capacitado es muy difícil que se inserte en el mercado. Tal es así que las empresas metalmecánicas buscan egresados de las escuelas técnicas”.
Por último, en referencia a las expectativas para 2018, Nani advierte que “hay un sesgo de optimismo de las empresas respecto al ingreso de personal”.
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