“La idea es que en esta macro región que componen estos tres países latinoamericanos, Argentina, Perú y Bolivia, podamos lograr el despegue de la actividad con mirada puesta en cambiar la realidad y la calidad de vida de esas sacrificadas artesanas que entre otras cosas nos han dado un lugar de distinción en el mundo por sus tejidos”. Ayer, visitaron la Casa de la Puna, junto al Int. Raúl Jalil, donde se interiorizaron del trabajo llevado adelante junto a las tejedoras y conversaron acerca de la posibilidad de generar una reactivación económica, poniendo en valor esta actividad..

En sintonía con impulsar alternativas productivas para Catamarca, y teniendo en cuenta las oportunidades que ofrece la geografía catamarqueña y el enorme talento de nuestras artesanas, Mera propuso esta cita para dar un envión a la producción de camélidos y generar una reactivación en la economía de esas comunidades.

Además de productores, artesanos y profesionales de Laguna Blanca, Antofagasta de la Sierra, Belén y Tinogasta, estuvieron presentes el secretario de Agricultura, Ganadería y Agroindustria de la Provincia, Eduardo Toledo, los senadores de Pomán Daniel Saadi, de Antofagasta de la Sierra José Liquín y de Santa María Gustavo Marcial, el diputado José Luis Martínez y el secretario de Gobierno de la municipalidad de la Capital, Hernán Martel.

“Nosotros tenemos por un lado una riqueza natural, que es la posibilidad de ser parte de la Puna, una región geográfica única en el mundo que nos une con los hermanos de Jujuy, Salta, Bolivia, Perú. Y por otro lado tenemos nuestros recursos humanos, que son las mejores artesanas del mundo, las artesanas catamarqueñas, aquellas que saben transformar desde ese recurso natural que puede ser una vicuña, una llama, una oveja, y hacer prendas que trascienden las fronteras internacionales y con las cuales presumen muchas personalidades del mundo”, destacó el Vicegobernador.

“A estos recursos hay que ponerlos en líneas con una posibilidad de desarrollo de nuestras comunidades y con un desarrollo comercial. Hacer una manta de vicuña lleva una enorme cantidad de trabajo, desde la recolección de la lana, su preparación y un largo tiempo de labor para poder concretar esa prenda. Todo ese proceso justifica su costo. Sin embargo, la menor cuantía, el menor monto, queda en nuestros pueblos, en nuestras comunidades”, agregó Mera.

Sobre la invitación, el vicegobernador puso de relieve que “El ingeniero Guillermo Vila Melo es un experto, que lleva más de 15 años trabajando junto a las comunidades en esta cuestión de ponerse en línea para tener los conocimientos mínimos necesarios para lograr conseguir un mejor precio y puede ayudar también a que nosotros desde el Poder Legislativo podamos plantear una política a mediano y largo plazo para atender la cuestión con una mirada más integral de esta producción”.

Optimizar la calidad y agregar valor a la actividad

El ingeniero Vila Melo contó las experiencias exitosas que tuvo oportunidad de llevar adelante, donde las comunidades, sus productores y artesanos, pudieron poner en valor la actividad que realizan y sus recursos naturales, con un desarrollo sustentable y con una revalorización de sus recursos, no sólo en materia de tejido, sino también en la producción cárnica.

https://mail.google.com/mail/u/0/images/cleardot.gifEl vicegobernador Mera, agradeció “la posibilidad de que nos marque un camino de sustentabilidad y de desarrollo económico para nuestras comunidades”. Además, expresó: “Espero que sea el inicio de un gran trabajo. Esta es una cuestión que se ha debatido durante mucho tiempo y lo que falta, amén de afinar ese debate que siempre es rico, ponernos a trabajar con un objetivo de mediano y largo plazo. Hay que fomentar una cadena de valor que vaya generando, aparte de nueva mano de obra y nuevas posibilidades de trabajo, la oportunidad de que cada uno se perfeccione en lo que sabe hacer. La idea es que en esta macro región que componen estos tres países latinoamericanos, Argentina, Perú y Bolivia, podamos lograr el despegue de la actividad con mirada puesta en que el primer beneficio tiene que llegar a las comunidades, tiene que cambiar la realidad y la calidad de vida de esas sacrificadas artesanas que entre otras cosas nos han dado un lugar de distinción en el mundo por sus tejidos”.