Mensaje al mercado: Milei busca "blindar" el déficit cero

Mensaje al mercado: Milei busca

Con el riesgo país entre ceja y ceja, Milei anunció que toda la política fiscal tendrá a los pagos de intereses de la deuda en el centro. En lo que denominó como un cambio de metodología para los presupuestos futuros, anunció una regla procíclica: cuando la economía caiga, el gasto ayudará a la recesión con menos demanda agregada

 

Por Mariano Cuparo Ortiz

 

El presidente Javier Milei anunció la voluntad oficial de “blindar” el superávit fiscal. En una nueva declaración de guerra contra el déficit, al que acusó de ser “el huevo de la serpiente de todos los problemas económicos argentinos”, presentó lo que denominó un cambio en la metodología del presupuesto 2025 y de todos los que vengan en el futuro: afirmó que, a partir de ahora, el gasto generado por los intereses será el determinante del resto de los gastos del Estado. Se trató de un tiro por elevación contra el riesgo país: la promesa implica que, pase lo que pase, los pagos de deuda serán prioridad.

Milei explicó que la escencia del cambio metodológico implicará poner a los intereses de la deuda en el centro de la política fiscal, por encima del gasto en jubilaciones, obra pública, sueldos de estatales, subsidios económicos, transferencias a universidades y provincias y programas sociales: “La primera premisa de la que partimos es que el superávit primario tiene que equivaler o exceder obligatoriamente al monto de los intereses de deuda a pagar”.

Y agregó: “Si el superávit primario es el resultado de netear los ingresos con los gastos corrientes y de capital, el gasto primario tendrá que ser igual o menor a los ingresos menos el superávit primario. El nivel de gasto a erogar estará condicionado por el nivel de superávit primario a conseguir, que a su vez estará condicionado por el monto de la deuda a pagar”.

Luego continuó con una reseña de los resultados que planea conseguir con el “blindaje” del déficit cero: cuando a la macro le vaya ocasionalmente bien, el gasto solo crecerá en aquellas erogaciones atadas a la inflación si la recaudación crece, pero el gasto total no lo hará no en la misma medida que los ingresos, ya que el gasto discrecional seguirá constante, lo que permitirá ahorro al fisco, sacando moneda de circulación. Si la mejora en la recaudación, producto de una mejora en la economía, es sostenida, eso permitirá bajar impuestos. Se trata de una política procíclica que, en caso de recesión, implicará menos ingresos y por ende también menos gasto, potencialmente generando un círculo vicioso recesivo, por la caída de la demanda agregada que eso implica.

Dijo: “Bajo este nuevo esquema que estamos proponiendo, si los ingresos son mayores a los estimados, el gasto automático podría aumentar en igual medida, pero el gasto discrecional se mantendrá igual. Por lo cual, si el aumento en la recaudación es transitorio el estado podrá ahorrar, lo cual implicará la destrucción de pesos, y por ende la revalorización del peso o la cancelación de deuda”.

Y agregó: “Y si el crecimiento económico es sostenido, y en consecuencia el aumento de los ingresos es estructural, el estado va a poder devolverle a la sociedad ese ahorro en reduccion de impuestos, tal como nos hemos comprometido. Por otro lado, si la economía no crece y los ingresos son menores a los estimados, caerá también el gasto automático y reduciremos el gasto discrecional en la misma proporción. Con lo cual, esta vez, será el sector público y no el privado el que absorberá eventuales recesiones”. 

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