Una mala práctica que afecta el bolsillo. Son datos de Provincia. Ayer se lanzó un acuerdo para incrementar el uso de esta modalidad, prevista por una ley.
A 12 años de la aplicación de la denominada Ley de Medicamentos Genéricos, menos del 20% de las recetas llegan a las farmacias con la prescripción de la monodroga base del producto. Los hábitos de consumo de los pacientes, algún relajamiento de los controles oficiales y la fuerte presión que ejercen sobre el mercado los laboratorios determinan este panorama, que impacta directamente sobre el gasto que genera la Salud.
Por eso, ahora las autoridades provinciales intentan “reimpulsar” esta normativa que se presentó como una herramienta para bajar el precio de los remedios y como un instrumento para facilitar el acceso de la población a la salud. Sin embargo, farmacéuticos, médicos y autoridades coinciden en que los objetivos de la reforma legal no llegaron a concretarse.Según datos oficiales, existe una brecha de más del 200% entre el precio de productos medicinales de diferentes laboratorios que contienen los mismos componentes básicos, según sean versiones comerciales o genéricas.
Buenos Aires fue pionera en el impulso de esta normativa. El primer proyecto se debatió hace 25 años en el Parlamento provincial. Fue en la gestión de Ginés González García, actual embajador argentino en Chile y ex ministro de Salud de la Nación entre 2002 y 2006. Sin embargo, la ley dejó abierta la posibilidad de que el profesional responsable de la prescripción sugiriera en la receta un nombre comercial del remedio. Ese atajo utilizan hoy 8 de cada 10 médicos para formular una receta.
Por eso, ayer en el encuentro convocado por el gobierno provincial para firmar un “amplio acuerdo” entre todos los sectores vinculados con la Salud se mencionó la posibilidad de plantear una reforma para incorporar una restricción. Legisladores y funcionarios mencionaron incluir la palabra “exclusivamente” en el texto de la ley, para no dejar la chance de colocar una marca comercial.“Los usos habituales derivaron en la prescripción de los medicamentos por el nombre comercial. Esta situación no se adecúa a la ley y coloca en desventaja a los sectores más desfavorecidos”, aseguró el ministro de Salud provincial Alejandro Collia.
En la misma línea, González García, quien además recibió un reconocimiento en el encuentro, explicó el espíritu de la iniciativa: “Que el médico elija el medicamento, pero que el paciente pueda elegir el precio, es una política que no requiere dinero sino construcción de consenso”.
Ayer, en una jornada sobre “Los medicamentos y la gente”, realizada en La Plata, médicos, odontólogos, representantes de las clínicas y farmacéuticos avalaron un compromiso para “impulsar entre todos sus representados la obligatoriedad de la prescripción por nombre genérico”.
Desde la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (FACAF) que agrupa a más de 5.000 locales de todo el país, su presidente Miguel Lombardo, pidió “ajustar los controles necesarios para el cumplimiento de la ley”.
En el Congreso nacional también analizan modificaciones. Una propuesta de la diputada Gloria Bidegain (FPV) busca anular toda mención de nombres comerciales en las recetas de medicamentos para que las prescripciones sólo incluyan “el nombre genérico o su denominación común internacional”.
La discusión por los medicamentos se reinstala luego de un año en el que los productos tuvieron hasta un 40% de aumento, según admiten en el sector farmacéutico.
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