Los efectos de una política que apunta al enfriamiento de la economía se empiezan a notar. Cerraron tres autopartistas por la caída en la fabricación de 0 Km, la baja de demanda local y regional. Además, otras plantas comenzaron con planes de retiros voluntarios y despidos.
El sector automotriz, que ya venía sufriendo una caída en su producción desde 2013, tras el fuerte pico de los años anteriores, este año ya vivió el cierre de tres fábricas.
Ante esta situación, el gobierno nacional anunció recientemente que enviaba al Congreso un proyecto de ley que tiene como objetivo el incremento de la participación de las autopartes nacionales en los próximos autos 0 Km que se fabriquen en la Argentina. Se trata del eslabón con mayores dificultades de la cadena automotriz.
Pero mientras en el Ministerio de Producción se terminaban de delinear los últimos retoques del proyecto, dos autopartistas se sumaban a la lista de empresas que bajaron la persiana durante lo que va de 2016.
Según confiaron fuentes gremiales, una de ellas es Punch Automotive, compañía que fabricaba suspensiones, paragolpes, soportes de panel de instrumentos, ejes y que entre sus clientes contaba a la mayoría de las terminales como Ford, General Motors, Mercedes Benz, Peugeot Citroën Argentina, Renault y Volkswagen.
La otra autopartista que cerró sus puertas es Ar Zinc, propiedad de la multinacional Glencore. La empresa comunicó al Ministerio de Trabajo la suscripción de 243 acuerdos de retiros voluntarios (88% del personal) y avisó que ejecutará el plan de cierre ambiental de acuerdo con la legislación argentina vigente.
Antes había hecho lo propio Paraná Metal, fábrica ubicada en la localidad santafesina de Villa Constitución, propiedad del empresario Cristóbal López, dejando 160 trabajadores en la calle. Hay otras compañías que, según fuentes sindicales, están pasando por procesos de despidos en menor escala. En todos los casos, la explicación del sector industrial es la baja de la producción.
La situación es complicada por distintas cuestiones. Por un lado, la menor demanda de Brasil, pero al mismo tiempo, aumenta su oferta de producción. Al respecto, Juan Cantarella, gerente general de AFAC, explicó que como consecuencia de la creciente capacidad ociosa de las fábricas brasileñas, las piezas que llegan del vecino país “lo hacen con precios realmente muy bajos”.
Por último, la baja de la propia demanda local, que según explicó a El Cronista Comercial el presidente de la Unión Industrial de Santa Fe, Alejandro Taborda, quien también es el dueño de la fabricante de radiadores Facorsa, “con respecto a las autopartistas de reposición, con fuerte en el mercado interno, la baja de pedidos va del 20 al 40% según el producto, en los primeros dos meses del año”.
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