Menem y Pichetto avanzaron en un “acuerdo salomónico” para destrabar la integración de la Comisión Bicameral de Inteligencia

Menem y Pichetto avanzaron en un “acuerdo salomónico” para destrabar la integración de la Comisión Bicameral de Inteligencia

El jefe del bloque Hacemos Coalición Federal resignaría la postulación de Monzó y Menem accedería a incorporar a los representantes de esa bancada en las comisiones bicamerales más relevantes

 

Laura Serra

El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y el jefe de la bancada Hacemos Coalición Federal, Miguel Pichetto, llegaron esta tarde a un acuerdo salomónico. Tras el malestar de Pichetto por el desplazamiento de Emilio Monzó de la futura integración de la estratégica Comisión Bicameral de Fiscalización de los organismos de Seguridad e Inteligencia, Menem accedió a incorporar a representantes del bloque dialoguista –de 31 integrantes que son claves para los acuerdos que necesita el oficialismo– en las restantes comisiones bicamerales del Congreso.

“Coincidimos en que debemos alcanzar una salida política, sin ganadores ni perdedores, para que se constituyan todas las comisiones bicamerales y se pongan en funcionamiento cuanto antes”, deslizaron fuentes cercanas a Pichetto tras la reunión. Si bien Monzó no formaría parte de la Comisión de Inteligencia, Pichetto insistirá en que, en reconocimiento a su trayectoria como expresidente de la Cámara baja –durante la gestión de Cambiemos–, ocupe un lugar de relevancia en otra comisión bicameral.

En rigor, Menem insistía en que a la bancada que comanda Pichetto no le corresponde ninguna silla de las comisiones bicamerales porque el sistema D’Hont –de reparto proporcional según la integración de los bloques– la dejaba afuera. Empero, las matemáticas de Menem se encontraron con el firme rechazo de Pichetto, quien le reprochó al riojano que el acuerdo político era otro. El conflicto, que estalló el jueves pasado, amenazó con escalar y poner en peligro el apoyo de este bloque dialoguista a los proyectos por venir del Poder Ejecutivo.

“Nuestro bloque tiene una de las llaves que le permite al oficialismo sancionar las leyes en la Cámara de Diputados. Apoyamos la Ley Bases y el paquete fiscal. Menem se había comprometido a considerarnos en la composición de las comisiones bicamerales. Representamos a cuatro bloques, con 31 miembros. De buenas a primeras el oficialismo pretendió desconocer lo acordado”, cuestionaban desde el entorno de Pichetto.

Finalmente, la sangre no llegaría al río. Menem y Pichetto, quien concurrió a la reunión acompañado por el diputado cordobés Oscar Agost Carreño, acordaron darle una salida pacífica al conflicto. La bancada dialoguista se quedaría sin un lugar en la Comisión Bicameral de Inteligencia, pero tendría garantizada una silla en otras comisiones claves que aún no fueron integradas. Las más buscadas son las comisiones Mixta Revisora de Cuentas; la de Seguridad Interior; la de seguimiento del Ministerio Público; la administradora de la Biblioteca del Congreso y la de seguimiento de las privatizaciones, entre otras.

Por de pronto, el propio Pichetto presidiría la Comisión Mixta Revisora de Cuentas, encargada de aprobar o rechazar los informes que elabora la Auditoría General de la Nación (AGN), organismo de control del cual fue integrante hasta diciembre pasado. La Cámara de Diputados debe cubrir tres vacantes de la AGN –entre ellas, la de Pichetto–, cuestión que se definirá en la sesión del próximo 7 de agosto.

Denuncias contra Bullrich

Con este principio de acuerdo alcanzado con Pichetto, Menem avanzará con el nombramiento de dos representantes libertarios en la Comisión Bicameral de Inteligencia: el diputado César Treffinger y Gabriel Bornoroni, el jefe de la bancada de La Libertad Avanza en Diputados. De esta manera, se aseguraría el control de ese cuerpo estratégico, que empezó a recibir denuncias sobre la actuación de las fuerzas de seguridad a cargo de la ministra del área, Patricia Bullrich.

Esas denuncias giran en torno a presuntos interrogatorios ilegales por parte de las fuerzas federales a los detenidos por las protestas que tuvieron lugar frente al Congreso por la Ley Bases y el paquete fiscal. Dos mujeres se presentaron ante la comisión bicameral la semana pasada y dieron cuenta, con su testimonio, de estos apremios: ambas relataron que fueron sometidas de manera sistemática a interrogatorios sobre sus filiaciones político partidarias, lo cual está prohibido por la ley de inteligencia.

El diputado kirchnerista Leopoldo Moreau, quien ejerce todavía la presidencia de la comisión bicameral de Inteligencia ante el retraso de Menem y Villarruel en constituirla, recibió a ambas mujeres y declaró admisibles sus denuncias tras receptar también las actuaciones correspondientes del juzgado federal de Lomas de Zamora, donde se instruye la causa, interinamente a cargo del juez Ernesto Kreplak.

Alertado por esta situación, el oficialismo decidió tomar cartas en el asunto y en los próximos días formalizará la integración de la comisión bicameral para desactivar esas denuncias. Necesitará, para ello, que la mayoría de sus miembros actúen en consonancia.

“Monzó, que era el representante elegido de Hacemos Coalición Federal, no era confiable para el oficialismo”, explican en los círculos libertarios.

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