Diputados la tratará el jueves en sesión especial. Políticos, empresarios, especialistas y ciudadanos comunes rechazan la ley de Alcohol Cero. Los argumentos.
La cámara de Diputados de la Nación avanzará el jueves en sesión especial con el proyecto de ley de Alcohol Cero al volante, mediante el cual se pretende modificar la Ley de Tránsito (Nº 24.449) para prohibir la conducción vehicular con una alcoholemia superior a 0 miligramos por litro de sangre, eliminando la restricción actual, que permite los 0,5 gramos.
La medida genera polémica en diversos sectores y es resistida fundamentalmente en las provincias con una rica cultura vitivinícola, como Mendoza o San Juan. Si bien en Argentina hay jurisdicciones que actualizaron sus reglamentaciones viales para prohibir el alcohol al volante (Córdoba, Tucumán, Salta, Jujuy, Entre Ríos, entre otras), los datos de siniestros viales no reflejan que tales acciones sean eficientes. Por el contrario, la mayoría de esos distritos reflejan cifras de siniestralidad acentuadamente superiores a las de nuestra provincia.
En las últimas semanas, Sitio Andino recogió la opinión de diferentes actores sociales -de todos los estamentos- que contundentemente expusieron las razones de por qué la norma no cumplirá el objetivo por el cual fue impulsada, además de perjudicar a la industria madre de Mendoza, la vitivinícola. Insignia en la Argentina, que declaró en 2010 al vino como su “Bebida Nacional”.
Sería el primer país de los grandes productores de vino que aplicaría una regulación de esas características en su territorio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que el nivel máximo legal de alcoholemia no exceda los 0,5 gramos de alcohol en sangre, y a ese límite se ha apegado la mayor parte de los países del mundo. Algunos como Canadá, Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y varios estados de EEUU aceptan hasta 0,8g en sangre.
Mejorar los controles
En 2019, la Legislatura de Mendoza sancionó una norma que implementó sanciones más severas para conductores ebrios. Esa es la idea madre que se impone en la Provincia: endurecer las penas, concientizar a la población y cumplir con la normativa vigente, mejorando los controles.
Así lo entienden desde el Gobierno provincial. El ministro de Economía y Energía, Enrique Vaquié, destacó -en diálogo con este medio- que la mejor forma de abordar la problemática vial “tiene que estar vinculado con los controles que los Estados seamos capaces de hacer para que la gente que tome de más no conduzca”.
Además, hizo hincapié en la educación ciudadana, que “es un tema más profundo, que tenemos que hacer los padres para que los chicos no manejen si toman”. “Me parece que una nueva ley que prohíba más, no va a producir los efectos que se buscan”, sintetizó.
Marcelo Montenegro, titular del Emetur, por su parte destacó que en Mendoza “entendemos al vino como un producto turístico emblema y el enoturismo es nuestra bandera como destino, que se identifica con las bodegas abiertas al turismo y con cada prestador gastronómico, que brinda en sus platos ese maridaje de un varietal mendocino a visitantes y mendocinos”.
Desde el Congreso, la diputada radical Jimena Latorre dio un indicio de la dificultad de aplicarse que tendría la nueva ley. “Solo tiene competencia a nivel nacional y si las provincias no adhieren a esta ley, solo se podría aplicar en rutas nacionales; su finalidad -entonces- no se terminará cumpliendo”. Desde el Senado, Alfredo Cornejo planteó que la propuesta es “demagógica y ha fracasado en los países donde se intentó implementar: implicaría un impacto muy serio y dañino para la industria vitivinícola”.
Del lado del peronismo, el titular del INV Martín Hinojosa consideró que a la hora de legislar hay que tener en cuenta los controles y los resultados que arrojan respecto a la graduación de alcohol en sangre de los conductores.
La mirada empresarial y la estrategia judicial
Vicepresidenta del ala gastronómica de AEHGA, Beatriz Barbera, cree que la sanción de la ley "no va a modificar el índice de accidentes. Hay que apuntar a la educación y la conciencia".
"El 80% de los accidentes son a altas horas de la madrugada, y la realidad es que muchos registran más de 0,5. Está demostrado que faltaron controles, porque a ese nivel no se pierden reflejos y no representan riesgo para la sociedad. ¿Por qué prohibir? Se sabe que nunca fue una solución porque provoca un efecto rebote", aseguró la empresaria. En ese sentido, se plegó al pedido de endurecimiento de penas.
El sector vitivinícola considera que la ley es una medida “demagógica” de la política. “No se trata sólo del consumidor de vino, sino de una industria que da trabajo a muchas personas. ¿Cómo podrán afrontar los enólogos una degustación por ejemplo? Sería absurdo que un país vitivinícola grande por producción y consumo como Argentina, avance con una ley así", resaltó José Zuccardi, titular de Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina).
Eduardo Sancho, titular de ACOVI, remarcó que no se oponen a la priorización de la seguridad de las personas y la toma de precauciones para evitar accidentes, sin embargo aclaró que “el tema es creer que los incidentes son producidos por una persona que tomó una copa de vino, que no genera ningún tipo de efecto”. Sostuvo que el foco debe situarse en que “las sanciones de un conductor que realmente está alcoholizado tienen que ser penales y muy fuertes”.
El gerente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), Sergio Villanueva, analizó que se utilizó políticamente a las ‘Madres del dolor’ (organización de madres de víctimas de accidentes de tránsito, que impulsan la iniciativa), restándole “tratamiento racional” al debate. Anticipó, además, que de sancionarse la ley presentarán un recurso de amparo ante la Justicia, como ocurrió- por ejemplo- en Rosario.Técnicamente “reprochable”
Héctor "Budy" Roitman cuenta con más de 40 años de experiencia como perito de accidentología vial. El especialista se mostró en desacuerdo con la legislación de Alcohol Cero: “Es una nube para tapar la inacción en otros aspectos. Pueden satisfacer a algunas asociaciones de víctimas de accidentes de tránsito, pero por haber participado en muchos casos célebres puedo decir que ninguno tenía 0.43 o 0.45 de alcohol en sangre: la mayoría registraba de 1.6 a 2.5”.
El experto confirmó que "la pérdida de control total de reflejos no se da con 0.5, que puede detectarse en una persona que tomó un vaso de vino en una cena. Se toman acciones espasmódicas, como controles viales masivos con largas filas, que en definitiva son sólo para verificar documentación y por lo tanto no sirven de nada".
A propósito del control, Roitman recordó que, en el caso de Salta, una de las provincias donde rige el alcohol cero, la medida se implementó junto a "todo un plan de control en la calle. Obviamente, así baja el índice de siniestralidad, pero estamos hablando del control mismo, no de cuál es el límite. El control debe ser cada día, y consiste en modificar actitudes como en Mendoza ocurrió al lograr que los automovilistas respeten la circulación en una rotonda".
La ciudadanía, también en contra
En un recorrido por diferentes comercios, los consumidores mendocinos se mostraron en contra de la medida e insistieron en la necesidad de incrementar las campañas de concientización y mejorar los controles.
Además, pidieron que se impulse la ley de “Conductor Responsable” para que se designe a una persona del grupo que traslade al resto de los participantes de los eventos donde existe el consumo de alcohol.
Queda clara la postura contraria a la ley que pretende sancionar el Congreso. Mendoza, que muestra mejores cifras de siniestralidad que buena parte del país, no quiere una norma de Alcohol Cero.
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