Cada mes de julio, desde 2011, se activa Julio Sin Plástico, un movimiento para alertar que el uso de este material está causando problemas cada vez mayores en nuestro planeta.
A lo largo de la historia de la humanidad, el plástico ha formado parte de la vida del hombre sin importar qué actividad realice, dónde se encuentre o su clase social. Por una parte, nos ofrece ventajas sobre otros materiales porque es ligero, resistente, económico y duradero. Por otra, plantea un problema enorme para el ambiente.
La idea consiste en vivir durante todo julio desechando el menor número posible de plástico. Lo que implica, por tanto, no comprar nada con envase plástico e intentar evitar los plásticos de un solo uso. Es decir: intentar ir en contra de nuestra cultura de “usar y tirar”.
Julio Sin Plastico plantea la idea de que con pequeños cambios podemos conseguir grandes impactos. Nos invita a intentar consumir lo menos posible y vivir de manera un poco más consciente.
Cuando tiramos un plástico a la basura no desaparece
El plástico sólo cambia de lugar. Llega a otro lugar, se mueve, se desplaza, viaja kilómetros con las corrientes marinas, se lo lleva el viento, pero no desaparece. De los aproximadamente 6.300 millones de toneladas de plástico que hemos descartado desde el inicio de su producción, solo se ha reciclado el 9%.
Se estima que once billones de toneladas métricas de plástico se acumularán en el ambiente para el 2025. La idea es empezar de a poco con el cambio de hábitos. Por ejemplo, empezar haciéndolo solo un día, una semana, o todo el mes.
Por dónde arrancar a cambiar los hábitos
Acá van algunos ejemplos simples para ir poniendo en práctica:
Usar la bolsa de tela para comprar, reemplazando a las plásticas.
Tener una botella que sea de acero o vidrio para evitar las descartables.
Tener un vaso de café reutilizable. (Cada vez hay más cafeterías que hacen descuento si llevás tu vaso o taza.)
Optar por comprar a granel.
Evitar el shampoo o los productos de cosmética que tengan envase de plástico o que contengan microplásticos en su contenido. Inclinarse hacia la cosmética natural, cuyo formato generalmente es sólido, o en todo caso, con envase de vidrio retornable.
Seleccionar productos de limpieza para el hogar sólidos o con envase retornable.
Tener siempre a mano un kit de cubiertos sustentables y un sorbete de acero.
“Es solo una botella”, dijeron 8 mil millones de personas
Es importante también darles una segunda oportunidad a los envases de plástico que no podemos evitar, y a la hora de tirarlos, hacerlo en los contenedores de reciclaje correcto. Otra opción es usar estos plásticos blandos para hacer ecobotellas o ecoladrillos.
El avance exponencial del uso plástico en las últimas décadas y su incapacidad para degradarse es un tema de urgencia para la fauna y flora de la Tierra y para nosotros como especie responsable. La única alternativa es cambiar de hábitos. El primer paso es eliminar el uso del plástico para aquellas actividades de un sólo uso. El segundo, la separación correcta para su reciclaje. La verdadera solución está en evitar que el plástico se convierta en basura. El mejor residuo es el que no se genera.
“Es solo una botella”, dijeron 8 mil millones de personas. El poder de cambio está en nosotros, en nuestros hábitos de consumo. Julio Sin Plástico pretende aumentar nuestra conciencia sobre el uso de plásticos. De a poco, pero de manera urgente, ya que nada dura para siempre, excepto el plástico.
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