El Senado exhibió ayer en jornada doble las dificultades del oficialismo para blindar la aprobación de la nueva ley de medios. Por la mañana, el Gobierno de Cristina de Kirchner cedió y giró el proyecto a cuatro comisiones, tal cual reclamaba la oposición.
Aunque Néstor Kirchner se oponía desde Olivos, Cristina de Kirchner habilitó desde Nueva York el giro a las comisiones de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión; Presupuesto y Hacienda; Industria y Comercio, y Asuntos Constitucionales. De esa manera, descomprimió la tensión al interior de su propio bloque y evitó una guerra abierta con el jujeño Guillermo Jenefes y otros senadores del Frente para la Victoria.
Entre las bajas seguras del oficialismo está la misionera Élida Vigo, quien se recupera de una enfermedad, pero ya avisó que no estará presente en la sesión plenaria, que podría ser el 7 o el 14 de octubre, aunque todavía no tiene fecha confirmada. El cordobés Roberto Urquía también está enfermo, hace semanas que no aparece por el Senado; en el bloque oficialista no cuentan con su voto. La peronista santiagueña, Ana Corradi de Beltrán, pidió que le llevaran a su despacho todos los dictámenes de minoría que se presentaron la semana pasada en la Cámara de Diputados, con especial atención a los del peronismo disidente, y dejó trascender su discrepancia del polémico artículo 161, que fija un plazo de un año para que las empresas de medios que no se adapten a la nueva regulación se desprendan de sus activos.
A estos tres casos se suma la rebeldía confesa del jujeño Jenefes, cuya familia posee medios en su provincia, y la chubutense Silvia Giusti. Aunque en la Cámara de Diputados los legisladores de Mario Das Neves acompañaron al oficialismo, en el Senado las huestes del gobernador de Chubut podrían desdoblarse. Mientras Marcelo Guinle votaría junto al kirchnerismo, Giusti sería la punta de lanza de Das Neves para concretar una pequeña venganza contra Néstor Kirchner. El ex presidente tentó, vía Julio De Vido, a un funcionario de confianza del gobernador patagónico de nombre Néstor Di Pierro para sumarse a la conducción del ENRE. Esa travesura de Kirchner para cooptar al ex agente de Petrominera Chubut, que se suma a sus mortificantes incursiones en la provincia sin avisar a Das Neves, podría costarle al oficialismo el voto en contra de Giusti.
Más allá de las previsibles ausencias de Vigo y de Urquía, ni Jenefes ni Giusti, ni Corradi de Beltrán aseguraron su voto a favor del artículo 161. Reclaman al unísono ampliar el plazo de un año para que las empresas de medios puedan adaptarse a la nueva ley y no vean afectados sus derechos adquiridos. Jenefes, titular de la Comisión de Medios y Libertad de Expresión de la Cámara alta, expuso esta postura sin eufemismos: «Quiero una Argentina que garantice seguridad jurídica en materia de comunicaciones». Ese atrevimiento del kirchnerista jujeño le valió la reprimenda del presidente provisional del Senado, José Pampuro: «Tiene intereses directos en medios». Con estas cinco bajas, la bancada oficialista pasaría de 36 votos propios a 31, un número insuficiente para garantizar la conversión en ley del proyecto. Más allá del apoyo del socialista Rubén Giustiniani en la votación a favor, el kirchnerismo quedaría con seis votos menos de los 37 necesarios para blindar la aprobación del proyecto, y el expediente debería volver a la Cámara de Diputados. Tampoco María Díaz y José Martínez, del ARI fueguino, apoyarán al oficialismo en la votación en particular, molestos porque la Casa Rosada le prometió a su gobernadora, Fabiana Ríos, la aprobación de un régimen de promoción industrial para la producción de artículos electrónicos en su provincia. Ayer, en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el kirchnerismo ni siquiera pudo lograr ocho firmas propias para emitir dictamen en ese proyecto.
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