El escándalo con Alberto Fernández apuró las conversaciones rumbo a las elecciones del PJ. Tras el acto en La Rioja, Ricardo Quintela emerge como candidato de peso, con guiño de Axel Kicillof. Unidad o interna, la gran disyuntiva.
Por Joaquín Rodríguez Freire.
En medio del tembladeral por las revelaciones sobre Alberto Fernández, el peronismo encontró un oasis con miras a futuro en La Rioja, donde la jura de la nueva Constitución provincial permitió trazar una bitácora sobre los nuevos liderazgos y las alianzas vigentes. Dentro de la danza de nombres para presidir el Partido Justicialista (PJ), los gobernadores pican en punta, tal como contó Ámbito tiempo atrás.
A la debacle electoral del año pasado y los numerosos desafíos que llegan desde la Casa Rosada se sumó el escándalo que tiene a Fernández en el centro de la escena. No es menor: más allá de ser un expresidente, también ostenta la conducción formal del PJ (actualmente está de licencia), un cargo al que se espera que renuncie en las próximas horas.
Y aunque entre las filas peronistas optan por moverse con pie de plomo, fuentes celestes reconocen que los hechos de público conocimiento aceleraron los tiempos en la interna. Las elecciones están convocadas para el 17 de noviembre, en espejo a lo que ocurrirá en el PJ bonaerense el mismo día. Dentro del pelotón de dirigentes con intención de liderar, los jefes provinciales cuentan con territorialidad, caja y poder político, tres aspectos que potencian sus aspiraciones. Sería la piedra angular para ordenar a una tropa diezmada y sin conducciones claras.
Gobernadores, la esperanza del peronismo para sortear la crisis
En ese esquema, el riojano Ricardo Quintela sumó puntos al aglutinar a una parte importante de la dirigencia en su terruño. Allí acudieron intendentes, gobernadores, senadores, diputados y otros enviados de todo el país. Pese a que fuentes riojanas comentan que la intención de Quintela es "sumar a la unidad del movimiento", lo cierto es que sus aspiraciones para ponerse al frente del partido están más sólidas que nunca.
Al día de hoy, el norteño protagoniza una fuerte polarización con el Gobierno nacional y usa cada oportunidad para contrastar modelos. Por ejemplo, no rubricó el Pacto de Mayo, a diferencia de lo que hicieron sus vecinos Raúl Jalil, de Catamarca, y Osvaldo Jaldo, de Tucumán, quienes también integran Unión por la Patria (UP). No obstante, mantiene diálogo con la Casa Rosada vía Guillermo Francos, como la mayoría de sus pares.
Su intención de encabezar al peronismo nacional contaría con el apoyo de Axel Kicillof, la otra gran figura que emerge en contraposición de Javier Milei. Tal vez siguiendo la senda de Cristina Kirchner, al mandamás bonaerense no lo desvelan las cuestiones partidarias. Muestra de ello fue, por ejemplo, la nula expectativa que transmitieron en La Plata en la víspera del Congreso Partido en el microestadio de Ferrocarril Oeste, donde se aceptó la licencia de Alberto Fernández y se designó una comisión para sustituirlo temporalmente al frente del sello.
Cabe aclarar que, más allá de la poca voluntad para animar las pulseadas intestinas, el economista es uno de los vicepresidentes del PJ, un puesto que ocupa más por necesidad que por una vocación verdadera. Por caso, el gobernador ni siquiera preside al partido en la Provincia de Buenos Aires. En la actualidad, su titular es Máximo Kirchner, quien ya convocó a los comicios para el 17 de noviembre. "Axel está abocado a la gestión", repiten en despachos platenses. Allí plantó bandera blanca con La Cámpora, luego de una interna que subió la temperatura en el distrito fundante del justicialismo.
Este martes, el exministro de Economía partirá a Brasilia, donde se reunirá con el vicepresidente de Brasil, Gerardo Alckmin; con el ministro de Economía, Fernando Haddad; y con el canciller, Mauro Vieira, todos hombres de peso del gobierno de Lula Da Silva. De un tiempo a esta parte, Kicillof se dio a la tarea de ocupar espacios que la administración libertaria dejó vacíos. Por ejemplo, tejió lazos con gobernadores de Juntos por el Cambio (JxC), como con el chubutense Ignacio Torres y el santafesino Maximiliano Pullaro, y hace lo propio con la agenda internacional. Este será su tercer viaje al país vecino. Semanas atrás, además, había estado en Montevideo.
Otro de los mandatarios que sobrevivió a la derrota electoral del 2023 es Sergio Ziliotto, de La Pampa. Aunque mantiene una oposición igual de dura a la gestión libertaria que su compañeros riojano y bonaerense, Ziliotto vuela más bajo en el radar. El mes pasado recibió a Kicillof en la provincia, con quien suscribió diversos acuerdos. En la pulseada entre Buenos Aires y Río Negro por la instalación de la planta de GNL evitó pronunciarse en favor de Alberto Weretilneck, uno de sus pares en la liga patagónica. Fue a todas luces un guiño a su vecino bonaerense.
Axel Kicillof y Sergio Ziliotto, en La Pampa.
El líder pampeano no viajó a La Rioja para participar del lanzamiento de la nueva Constitución, pero envió a una comitiva. Su distrito estuvo representado el diputado provincial Espartaco Marín y por los ministros de Asuntos Municipales y de Gobierno, Pascual Fernández, y de Desarrollo Social y Derechos Humanos, Diego Álvarez.
Mientras algunos sectores denuncian haber sido marginados por el kirchnerismo y claman por una interna competitiva, otros tantos se muestran reacios a esa posibilidad, evocando los fantasmas del 2015, cuando la disputa bonaerense entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez causó destrozos en todos los frentes. "¿Te imaginás una elección partidaria cerca de diciembre, avizorando el horizonte social que tenemos?", resumió un dirigente de la Provincia de Buenos Aires.
Los reclamos por internas en el peronismo
En la línea contraria, el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, es uno de los que lleva la voz cantante contra las conducciones del justicialismo. "Cuando el peronismo pierde una elección -y esto es tradición nuestra-, el presidente del PJ automáticamente presenta su renuncia. Perdimos la elección en octubre y ni Alberto Fernández ni Máximo Kirchner se hacían cargo de la derrota. Yo públicamente pedí las renuncias de ambos como presidentes del PJ nacional y de la Provincia. El Congreso del Partido determinó darle una licencia a Alberto...así estamos", dijo a Ámbito.
Consultado respecto a su inclinación en la arena nacional, Gray comentó: "Los dirigentes que más me gustan, lo mismo que los militantes que más me entusiasman, son los que están fuera del partido. El peronismo fue siempre un partido abierto a la población, al campo nacional y popular, abierto a la comunidad. Hoy se fue cerrando y cerrando, entonces los mejores cuadros están por fuera del peronismo. Los militantes están en su casa; gran parte de los gobernadores ya provincializaron sus estructuras, con lo cual se fueron alejando".
Fernando Gray encabeza una corriente interna opositora a la conducción del PJ.
En esa línea, ponderó al mandatario cordobés, Martín Llaryora, de extracción peronista: "Están por fuera del PJ nacional porque se sienten excluidos. Cuando radicalizás las posturas, excluís. Córdoba no va a estar bajo la conducción de La Cámpora, como tampoco lo voy a estar yo. Misiones es otro ejemplo. El PJ tiene a cuatro o cinco provincias; el resto armó sus propias estructuras provinciales, con frentes mucho más amplios que los que tenemos a nivel nacional".
Respecto al acto en La Rioja, el jefe comunal apuntó: "Lo que me generó -y lo digo con mucho afecto y respeto- es no entender lo que pasa en el país. En pleno conflicto con un expresidente de la Nación y presidente del PJ, hacer un acto político lo menos que puedo decir es que está fuera de lugar. Es el momento más inoportuno para hacer un acto del PJ". Actualmente, Gray es uno de los referentes de una corriente interna del PJ que propone una "fuerte renovación" del partido. Otra de las figuras de ese espacio es el exalcalde de Hurlingham y exministro de Desarrollo Social de la Nación Juan Zavaleta.
En el entretanto, las tribus hacen el recuento de daños por las revelaciones sobre Alberto Fernández y las denuncias de violencia de género de su expareja Fabiola Yáñez. Las voces más alejadas del kirchnerismo, además, aprovechan la oportunidad para cargar las tintas sobre el "dedo" de Cristina y piden evitar escenarios similares. "A esto nos llevó", vociferan. Si bien la expresidenta no tiene un cargo orgánico, su figura tiene peso propio de cara a noviembre.
Lucía Corpacci.
Aunque por fuera del bolillero de los gobernadores, otro nombre importante en el futuro orgánico es el de la senadora por Catamarca y exgobernadora Lucía Corpacci. De buenos vínculos con el Instituto Patria, la legisladora tiene un armado propio y, más allá de una convivencia aceptable, no reporta directamente al gobernador Jalil. De hecho, votó de manera negativa la ley Bases y el paquete fiscal, contrario a los deseos del jefe provincial, interesado especialmente en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Actualmente, Corpacci conduce al PJ catamarqueño y es vicepresidenta en la estructura nacional.
Por fuera de la ingeniería PJ pero con influencias internas, Sergio Massa observa desde cuarteles de invierno, mientras le pone fecha a una cumbre del Frente Renovador (FR) con el objetivo de revitalizar el espacio que supo constituir en 2013, cuando rompió con el kirchnerismo e inauguró una nueva aventura política. Esa reaparición pública viene posponiéndose y su futuro es una incógnita.
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