En la sesión ordinaria de este jueves en el Concejo Deliberante, no se abordaron diversos temas que hayan sido de conocimiento público. Sin embargo, lo más saliente fue “el debut” de la concejal del radicalismo, Rosana Morrone, quien fue la protagonista de uno de los escándalos recientes dentro del cuerpo legislativo local tras haber denunciado que, en carácter de primera concejal suplente, no fue avisada por su espacio para ser la reemplazante ante la ausencia de algunos de los ediles en vigencia.

Se trató de un caso que culminó con el desplazamiento de Nicolás Maiorano como titular del Concejo Deliberante y complicó, aún más, el tratamiento de los expedientes. Los cuestionamientos fueron recurrentes a lo largo de estas semanas y este jueves también ocurrió.

Previo a la orden del día, se generó un duro ida y vuelta entre el oficialismo y el radicalismo, aunque no pasó de ser chicanas personales y alguna crítica entre partidos políticos.

Morrone, quien asumió su cargo en lugar de su par Maximiliano Abad, quien se tomó licencia por 15 días, evitó dar demasiadas precisiones a la prensa. Aseguró que “en este momento estoy ocupando la banca, lo que pasó quedó atrás y ya fue tratado y hoy está en la instancia en la que debe estar” y remarcó: “No voy a hacer comentarios; no quiero dar ventaja a ninguno de los partidos, simplemente me comunicaron y acá estoy”.

Más allá de los cuestionamientos, todos los ediles le dieron la “bienvenida” a Morrone pero sin dejar de lado “el grosero error” del radicalismo, que sostiene que no cometió “ningún hecho irregular” y que faltan mayores reglamentaciones dentro del cuerpo legislativo ante este tipo de casos.

Punto y aparte para esta “novela”, que parece haber bajado telones, pese a algunos intentos aún latentes de conseguir mayores pruebas sobre el accionar de la UCR. Lo cierto es que, por lo pronto, el debate en torno a este tema se ha terminado.