Qué se habló durante la cumbre en La Rosada, la interna de La Cámpora y el aviso: "Funcionario que fogonea internas, funcionario que se va".
Después de varias semanas de cumplir a rajatabla con el mandato que Alberto Fernández le dio a sus huestes ante la avanzada crítica de La Cámpora, los referentes del denominado "albertismo" comenzaron a alzar la voz y dejaron de "dejar pasar" las duras acusaciones vertidas por parte de los principales referentes de la agrupación que conduce Máximo Kirchner. "No nos mean más", le espetaron desde la mesa chica al primer mandatario los "históricos de la política" que componen su núcleo duro.
La gota que rebalsó el vaso fueron las duras declaraciones de Andrés "Cuervo" Larroque. "El que fuerza la ruptura permanentemente con operaciones de desgaste sobre la figura de Cristina Kirchner y sobre el sector que ella representa es Alberto, sin ningún tipo de dudas", disparó, al tiempo que sumó: "Tuvimos una derrota catastrófica a nivel nacional y la lectura fue que hubo un triunfo. Hay un entorno de pillos que bolsiquean (Sic) permanentemente a Alberto. No hay 'albertismo'. El Gobierno es nuestro. Nosotros construimos esta fuerza política, lo convocamos a Alberto y ganamos las elecciones. La intención de voto mayoritaria es a Cristina. Nosotros respetamos, pero Alberto no se va a llevar el Gobierno a la mesita de luz. Acá hay un frente", disparó.
"Ya hablan de 'propiedad' del Gobierno, necesitamos ponerle un freno a esta locura porque le están entregando el 2023 a la oposición. No te podés dejar pegar todos los días", le advirtieron al primer mandatario después de las declaraciones del funcionario bonaerense. Y así, en cuestión de minutos, fueron muchos los que salieron al cruce de Larroque. Luis D'Elía habló de "desestabilización" por las constantes críticas a Martín Guzmán, Aníbal Fernández denunció que buscan "voltear al muñeco" (por el ministro de Economía) para "dañar" al presidente y Fernando "Chino" Navarro llamó a "bajar los decibeles", al tiempo que reconoció sus diferencias con Guzmán, pero advirtió que la interna le está haciendo "el favor a la derecha".
No son pocos los que por estas horas resaltan en los pasillos de La Rosada que quien ungió como candidato a Fernández fue la propia Cristina Fernández de Kirchner. "Muchos de los que hoy buscan dañar al presidente se enteraron de la fórmula por Twitter, como todos nosotros", señalan por lo bajo, al tiempo que advierten con alarma: "La bala de la casta política nos pegó a nosotros y también a Juntos por el Cambio. No la están viendo. Estamos frente a una crisis económica muy dura, la gente tiene hambre y estas chicanas lo único que hacen es alejarnos del pueblo, que es el que nos votó para sacarlo justamente a Macri".
"Operan en sus medios diciendo que Cristina mide mucho mejor para el 2023 y que se va a presentar para enfrentarlo a Alberto. Mientras tanto, Milei multiplicó por cinco sus visualizaciones en redes sociales y su rating cada vez que aparece en televisión. La bronca contra 'la casta' nos pegó a todos, pero nosotros con estas operaciones se la estamos haciendo más fácil", sostienen por estas horas quienes se encolumnaron detrás del presidente.
La preocupación de los propios convenció a Alberto, quien en el acto de ayer respondió por primera vez a las constantes críticas de La Cámpora. ¿Un dato no menor? Hizo especial énfasis en que "nadie es el dueño de los votos". "Nadie es dueño del gobierno, el gobierno es del pueblo y nosotros sólo representamos a ese pueblo. Estoy seguro de que ese pueblo quiere que trabajemos juntos y cumplamos con las palabras empeñadas", señaló desde General Pico.
La lectura de algunos de los referentes del albertismo es que La Cámpora da por descontada la reelección de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, lo que les garantizaría un "espacio de resistencia" de cara al posible segundo gobierno de Juntos por el Cambio. En efecto, el sector "más duro" de la agrupación que dirige Máximo Kirchner ya comienza a deslizar por lo bajo que una eventual candidatura de la vicepresidenta en 2023, aunque pierda, la dejaría como "la dueña del espacio" de cara al 2027.
Los ataques al presidente y a sus principales ministros también generaron una interna dentro de La Cámpora. Poco se habló de la reunión que Wado de Pedro mantuvo con el presidente al regresar de su viaje a Israel. El encuentro fue en buenos términos y se alcanzó un punto de acuerdo para acelerar la gestión, pese a que hubo un pase de factura por parte del presidente por la catarata de renuncias que encabezó el ministro del Interior y que culminó con la primera gran crisis interna del Frente de Todos.
De hecho, fue el propio ministro del Interior quien, durante la gira, le reconoció a los periodistas de la comitiva la importancia de sostener el diálogo con los empresarios. "Ya fracasamos de la otra manera", advirtió, en alusión a la postura más dura del kirchnerismo que cuestiona a los funcionarios "albertistas" por tender puentes con los sectores empresariales.
Tal es la interna que se desató en la agrupación, que esta mañana se hizo especial hincapié en la ausencia de Wado de Pedro a la reunión de Gabinete convocada por Juan Manzur en La Rosada. La primera en seis meses. Sin embargo, con el correr de las horas, se supo que el ministro del Interior no sólo participó de la cumbre y que su demora fue por un problema de salud que tuvo uno de sus hijos. Llegó pasadas las nueve de la mañana y no hubo tensión durante el encuentro.
"El foco de la reunión estuvo puesto en acelerar la gestión. Sí hubo alguna que otra referencia a la interna, pero siempre desde el lugar de que tenemos que ponernos de acuerdo, dejar las diferencias a un lado y mejorar las condiciones de vida de los argentinos que la están pasando muy mal", advirtieron, al tiempo que recordaron: "De todos modos, la bajada sigue siendo la misma: el funcionario que no se alinea, se va. No importa a quién responda".
La aclaración no es ingenua, ni menor. La semana que viene se realizarán las audiencias públicas para avanzar con la aplicación de los aumentos a las tarifas de luz y gas, una de las decisiones más resistidas por el kirchnerismo y que alcanzó su punto máximo de tensión el mes pasado, cuando el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, elaboró un documento en el que criticó la decisión de Guzmán, su "jefe directo" en el ministerio.
"Se va a llevar adelante el tema de las tarifas tal y como explicó Guzmán. Si Basualdo vuelve a cuestionarlo en público, queda afuera. La misma lógica para todos: el que no se acomoda, se va de la gestión", anticipan desde el albertismo. ¿Qué sucederá con el Frente de Todos? Nadie lo sabe. Ahora la expectativa está puesta en el viernes, día en el que se sabe la vicepresidenta dará un nuevo discurso.
Comentá la nota