Su precio representa el 65% del valor total de la factura; habrá una fuerte suba en octubre y luego ajustes bianuales más moderados; los clientes de menor consumo, con la mayor alza
La propuesta de aumento de gas que llevará el Gobierno a las audiencias públicas del 16 de este mes responde a rajatabla a dos órdenes que le dio la Corte Suprema a la administración de Mauricio Macri: aplicar eventuales subas con gradualidad y previsibilidad.
A tal punto intenta cumplir con esa premisa la Casa Rosada que es posible estimar cuál será la evolución en los próximos cuatro años del precio del gas mayorista, que en el lenguaje de los petroleros se denomina "boca de pozo". Ese insumo representa el corazón de la factura que pagan los usuarios y se multiplicará 13 veces en dólares desde su valor actual (con los números heredados del kirchnerismo, si bien el impacto en la factura será menor) hasta octubre de 2019 para los consumidores que menos utilizan el recurso. Suele tratarse de viviendas de uno o dos ambientes habitadas por una o dos personas y tienen el precio del gas más atrasado entre los consumidores residenciales.
En tanto, para quienes se ubican en un escalón intermedio del uso del gas el incremento en la gestión de Mauricio Macri para el precio mayorista alcanzará casi el 395%, mientras que los usuarios de mayor consumo sufrirán una suba menor en términos porcentuales, del orden del 166%.
Al menos en los primeros años, todos los consumidores podrán moderar su factura si ahorran, en especial los clientes de menor consumo, de acuerdo con un plan de bonificaciones que establecerá el Gobierno, con descuentos de hasta el 50 por ciento.
Así se desprende de los números que maneja el Ministerio de Energía y Minería de Juan José Aranguren. Salvo algún retoque de último momento luego de las reuniones con representantes gremiales, de la oposición, del comercio y de la industria que las autoridades tendrán en los próximos días (ver aparte), será la propuesta final que llegará a las audiencias públicas. Como esa instancia es "no vinculante", las voces en contra de esa alternativa que se escuchen en ese encuentro no tienen necesariamente que ser tenidas en cuenta por el Gobierno.
Los aumentos en el precio mayorista del gas serán escalonados y diversos según la categoría de consumo. Por caso, un usuario de baja demanda sufrirá un aumento de 317,31% a partir del primer día de octubre, que se notará en la factura que le llegará al mes siguiente. En términos prácticos, siempre según las estimaciones oficiales que también incluyen las nuevas tarifas de transporte y de distribución, eso implica que sufrirá un incremento del 237% en su boleta mensual, que debería rondar los $ 107 sin impuestos. En ese lote estarán un 56% de los usuarios de gas natural del país.
El mismo usuario recibirá todos los meses de abril y octubre, desde el año próximo hasta 2019, aumentos en dólares apenas por debajo del 21 por ciento. Su impacto en la tarifa final es imposible de calcular hoy porque no contempla los futuros valores del transporte y la distribución (dos de los ítems que componen las boletas, además del gas en boca de pozo y los impuestos). Tampoco se sabe cuál será la evolución del tipo de cambio, que impactará de lleno en los valores expresados en dólares.
Entre los empresarios del sector llamaba la atención ayer la fecha elegida por el Gobierno para aplicar los aumentos. Sucede que en abril comienzan los meses fríos, cuando aumenta la demanda de gas, de manera que los mayores precios llegarán en la época de más consumo. Y consideraron que octubre suele ser un mes malo para las subas debido a que con frecuencia hay elecciones.
Un usuario intermedio (son los ubicados en las categorías R31, R32 y R33, que figuran en las boletas) tendrá un aumento inicial del gas en boca de pozo del orden del 178% a partir del mes próximo, mientras que los futuros ajustes, siempre en dólares, serán de entre el 9,9% y el 10,2% cada seis meses hasta 2019.
El primer aumento implica que ese usuario recibirá una factura del orden de los $ 371 por mes (sin impuestos). Esa situación abarcará a 31% de la demanda.
Entre los clientes de mayor consumo, denominados R34 en el lenguaje del sector gasífero, las subas serán menores en términos porcentuales. Desde el mes próximo el valor en boca de pozo trepará 107% y recibirá una factura mensual sin impuestos del orden de los $ 953 (122% más que lo que paga hoy). En esa situación están un 13% de los consumidores de gas por redes.
Después del primer aumento, los ajustes serán mucho menores, del orden del 4%.
El plan del Gobierno es que al final del mandato todas las categorías paguen un precio similar por el gas en boca de pozo, en torno de US$ 6,78 el millón de BTU.
Es el valor al que hoy se importa el fluido que llega por barco a los puertos de Escobar y Bahía Blanca. De esa manera, estima, se reducirán parcialmente los subsidios a ese sector.
Tiene motivos para buscar ese Norte: no sólo porque el precio que paga la demanda de gas está hoy por debajo de su costo, sino también debido a que los contribuyentes aportan para ese fin, incluso quienes no tienen acceso al gas natural.
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