El presidente deber resolver el problema de la falta de inversiones extranjeras; el G20, la relación con Estados Unidos, China y la Unión Europea en la mira
Mauricio Macri suele disfrutar más de los destellos de la política exterior que de las rencillas internas de la política doméstica. Así quedó demostrado ayer en la VIII Cumbre de las Américas en Perú, con la visita de Mariano Rajoy y con la fuerte expectativa que se fijó el presidente para los próximos meses en el plano internacional. A la vista tiene por lo menos 10 retos que el Gobierno tendrá frente al mundo para cubrir las graves faltantes que hoy tiene la Argentina.
Entre las deudas más grandes en el plano internacional figuran: la necesidad de alcanzar más inversiones extranjeras, lograr una mayor liquidez de fondos, sustentar asociaciones estratégicas con determinados países y establecer nuevos acuerdos comerciales beneficiosos para el país.
En la VIIICumbre de las Américas que finalizó ayer en Perú el presidente Macri buscó mostrarse como líder regional al enarbolar otro enérgico reclamo por la debacle política de Venezuela, sustentó el discurso anticorrupción como contraposición al efecto Lula o Cristina Kirchner, se diferenció ante un Brasil en crisis y mantuvo una serie de reuniones bilaterales de alto nivel.
Pero el problema externo para Macri es que la Argentina sigue sin generar la confianza plena del empresariado extranjero, las inversiones no llegaron como se esperaba y el mundo vive en una crisis permanente donde nuestro país ocupa un lugar de escasa relevancia.
Las reuniones bilaterales o las visitas de jefes de Estado de por sí no traen fondos ni generan inversiones. Así quedó demostrado esta semana con la visita del español Mariano Rajoy, que no trajo en sus manos grandes anuncios de inversiones. En rigor, en estos dos años de gestión Macri se reunió con más de 25 jefes de Estado. Pero la Argentina sigue esperando aquella "lluvia de inversiones" prometida desde la Casa Rosada.
Ante este panorama sombrío en el plano internacional a Macri le deparan en lo inmediato 10 desafíos concretos por resolver:
1- El comercio con Estados Unidos. Ayer se suspendió a último momento una reunión en Lima de Macri con el vicepresidente norteamericano Mike Pence. En rigor el encuentro original iba a ser con Trump. Pero la crisis de Siria obligó al presidente de Estados Unidos ausentarse de la Cumbre de las Américas y por "problemas de agenda" también Pence levantó el encuentro con Macri. El presidente argentino lamentó ese infortunio ya que esperaba cerrar allí una promesa más certera de la administración norteamericana de que no levantará la excepción temporal que impuso a la Argentina la administración Trump para fijar aranceles más altos al aluminio y el acero argentino que entra a Estados Unidos. En el fondo, Macri teme que esta excepción se levante y se convierta la ruina para los industriales argentinos. Tiene antecedentes sobre importaciones truncas: la Argentina no puede exportar 1500 millones de dólares anuales de biodiesel a Estados Unidos por impedimento de la Secretaría de Comercio a pedido de los industriales norteamericanos. La relación política de Washington y Buenos Aires hoy es muy buena en muchos planos. Pero en el comercio hay nubarrones que Macri debe despejar de inmediato.
Macri junto a Mike Pince, durante su visita a la Argentina el año pasado
2-El fantasma de Rusia. La alianza estratégica que Vladimir Putin buscó mantener con la Argentina desde la era Kirchner al mandato macrista hoy tiene debilidades. "No son los mejores tiempos de la Argentina con el Kremlin", admitió ante infobaeun destacado diplomático argentino. No se refería a los pronósticos del Mundial de fútbol precisamente sino de la ausencia de acuerdos mantenidos en el tiempo con Moscú. La administración de Putin no logró hacer pie en los proyectos de represas en Neuquén, tampoco cerró un trato por la construcción de centrales nucleares y ahora sólo debe contentarse con un acuerdo menor de la gigante Rozatom con el INVAP. Ni siquiera se logró avanzar para que los capitales rusos logren invertir en Vaca Muerta. La crisis de Medio Oriente que tiene enfrentados a Estados Unidos y Rusia podría generar más ruidos en este vínculo de Buenos Aires y Moscú.
3-China con molestias. Macri se jacta de mantener una "alianza estratégica integral" con Xi Jinping. Se avanzará en los próximos meses en la construcción de las represas Cepernic y Kirchner en Santa Cruz tras arduas negociaciones de un acuerdo de la época de Cristina Kirchner que fue modificado por completo por el ministro de Energía José Aranguren. En el medio, China perdió dinero y confianza en la Argentina. Lo mismo ocurrió con el reciente acuerdo sellado por la construcción de la central nuclear Atucha III, cuyo acuerdo se redujo en 1600 millones de dólares por "irregularidades y costos excesivos". Los chinos están dispuestos a invertir en la Argentina pero empiezan a hacerse preguntas y observar cierta incertidumbre en la Argentina de Macri.
4-Malvinas en la mira. Los acuerdos de la Argentina con Gran Bretaña en el plano comercial y político transitan por muy buen camino. Hay más cooperación entre ambos gobiernos de lo que se muestra públicamente. Pero la relación siempre aparece teñida por el conflicto de Malvinas. Fuentes calificadas de la Cancillería admitieron ante Infobae que están frenados los acuerdos de exploración petrolera conjunta en la zona de Malvinas y de control de pesca conjuntos en el Atlántico Sur. A ello se le agrega la desconfianza de los ingleses con la Argentina que se potenció después de la desaparición del ARA San Juan y los informes que mencionan un eventual trabajo de espionaje en la zona de Malvinas que presuntamente hacía el submarino argentino a la Royal Marine de Gran Bretaña.
5-Unión Europea y Mercosur. La gran apuesta de Macri por cerrar cuanto antes un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur empieza a desvanecerse de sus manos. En junio próximo hay una cumbre de presidentes del Mercosur y para ese entonces no hay esperanzas en la diplomacia de ambos bloques en que se logre cerrar un acuerdo. Siguen las resistencias mutuas. Mucho menos se cree en la firma de un acuerdo ahora, con la crisis en que se sumergió Brasil tras la detención de Lula Da Silva, el candidato favorito de las encuestas para la presidencia. Nada es casual: Macri alentó en los últimos tiempos un acuerdo de libre comercio con Canadá como fusible ante un eventual fracaso de la negociaciones con la Unión Europea. Algo de esto habló ayer el presidente argentino con su par canadiense Justin Trudeau en un apartado de la cumbre de Perú.
Lula al llegar al cuartel general de la Policía Federal de Curitiva, donde cumplirá la sentencia de 12 años de prisión
6-Brasil en problemas. La recuperación de la economía brasileña estaba traccionando nuevamente la actividad en Argentina hasta fines del año pasado. Se observó así que las exportaciones argentinas hacia Brasil superabam los 9.300 millones de dólares en 2017. Pero el nubarrón Lula y los problemas que ello podría deparar en las elecciones presidenciales del vecino no son signo de buenos augurios para la Argentina. Así se lo hicieron saber al Ministerio de la Producción recientemente un grupo de empresarios de la poderosa Federación Industrial de San Pablo.
7-El desarrollo del G20. Como presidente de la cumbre del G20 que se realiza durante todo este año en la Argentina y que tendrá su punto de culminación en noviembre con los presidentes reunidos en Buenos Aires Macri está obsesionado en que todo salga a la perfección. Desde el armado logístico y la seguridad hasta el documento final. No tiene un buen antecedente que lo deje tranquilo en la materia. En diciembre del año pasado, por diferencias graves entre Estados Unidos y los países aperturistas, fracasó en Buenos Aires la Cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Allí no se pudo alcanzar siquiera un documento consensuado. Macri no quiere que ahora pase lo mismo con el G20 y la crisis mundial desatada entre Estados Unidos y Rusia por el conflicto de Siria dejó aun más preocupado al presidente argentino como anfitrión a fin de año de la reunión de los 20 jefes de estado más poderosos del mundo en Buenos Aires.
8-Los derechos humanos. El secretario General de Amnistía Internacional Salil Shetti acaba de visitar la Argentina y se reunió con Macri en Olivos. Ambos tuvieron amplias coincidencias en cuestionar la falta de libertades y la violación de derechos humanos en Venezuela. Pero Shetti también aprovechó el encuentro para cuestionar a la Argentina al sostener que aquí "la libertad cívica y de expresión ha sido erosionada". El titular de esta ONG que está presente en más de 160 países hizo un llamado de atención al gobierno por el accionar policial y el trato hacia los pueblos indígenas. En la Casa Rosada minimizaron las críticas de Amnistía y se quedaron con las coincidencias por el tema Venezuela. Pero los cuestionamientos hacia la Argentina por la situación de los pueblos indígenas y el accionar policial es una amenaza real que persigue al gobierno.
9- Alianza del Pacífico. La llegada de Sebastián Piñera a la presiencia de Chile animó a Macri para avanzar cuanto antes en un acuerdo de libre comercio de ese bloque con el Mercosur. De hecho, Macri fue invitado por México para participar en julio próximo de una cumbre de la Alianza Pacífico. Macri sueña con un gran bloque Sudamericano, más cercano a los negocios y el comercio. Esta idea colisiona con la Unasur que fundaron en su momento los jefes del eje bolivporiano liderado por Chávez, Lula, Kirchner, Correa y Evo Morales que tuvo un claro perfil político.
10- El fantasma de la inflación. El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) Juan Rosell, que llegó la semana pasada con el presidente español Mariano Rajoy en la visita oficial a la Argentina dijo con crudeza lo que muchos de los 70 empresarios de España y otros tantos de otros países piensan del gobierno de Macri. "Vemos un problema: tenéis crecimiento del Producto Bruto, procesos de inversión espectaculares… lo único que nos preocupa a los empresarios españoles es la inflación", dijo. Este vivorón ya no sólo es un problema para los argentinos. También lo es para los empresarios extranjeros que frenan sus ánimos inversores en la Argentina. Y es el gran problema que también acosa a Macri en cada esquina, por más que llene su agenda de viajes al exterior o de visitas de funcionarios extranjeros.
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