Cambios.Desplazaría a un hombre de Capitanich.
Mientras define su rol en 2015, Máximo Kirchner quiere mover algunas piezas dentro del Gobierno. Según fuentes oficiales, el hijo de la Presidenta pretende ubicar a un hombre de sus filas al frente de la Aduana, un lugar anhelado por muchos funcionarios. Esa silla la ocupa actualmente Carlos Sánchez, hombre del jefe de Gabinete Jorge Capitanich, quien sigue a un paso de dejar el Gobierno. Máximo ya tiene el sucesor en la cabeza. Se trataría de un patagónico que no integra la planta permanente de Aduana, lo que obligaría a aplicar la figura de la intervención.
Si se concreta el movimiento, Sánchez seguirá en la Aduana, donde tiene una amplia carrera y la máxima categoría.
El funcionario asumió como director general en diciembre pasado, en reemplazo de María Siomara Ayerán. Dos semanas antes, Capitanich lo habría elegido como su jefe de Gabinete.
“Están todos expectantes porque se iría Sánchez y también vendría gente de Rudy Ulloa, que ya puso un pie en la Aduana”, dijeron fuentes del organismo.
De la jugada no interviene el Sindicato del Personal Aduanero. El gremio se enfrentó a la conducción actual por una discusión salarial y lanzó dos paros en los últimos meses. Una de las protestas ocasionó una suerte de estampida en Ezeiza, con cientos de pasajeros que se cansaron de esperar.
Los rumores comenzaron la semana pasada, y se intensificaron luego de las declaraciones del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, sobre los negocios que comparten Lázaro Báez y Cristina Kirchner.
Es más, cerca del empresario patagónico sospechan que la información sobre la compra de facturas truchas, revelada hace una semana por los diarios La Nación y Perfil, provino del organismo recaudador. No es la primera vez que Báez le apunta a Echegaray, con quien no tiene buena relación.
En la AFIP relativizaron los posibles cambios en la cabeza de la Aduana y advirtieron que los “puestos clave” siguen respondiendo a Echegaray. Uno de ellos es Daniel Santanna, subdirector de Operaciones Aduaneras.
Sobre una supuesta intervención, las mismas fuentes advirtieron que tendría un “alto costo político”.
Es una incógnita si seguirá Beatriz Paglieri, actual directora adjunta de la Aduana.
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