Se trata de Facundo Tignanelli que preside el bloque del Frente de Todos. Iba noveno en la lista y el partido de Espert le sacó la banca en la suma de votos final.
Máximo Kirchner pierde una herramienta de construcción política en la Legislatura bonaerense. Facundo Tignanelli, presidente del bloque del Frente de Todos, se queda sin reelección porque no alcanzó la cantidad de votos requeridos por la Justicia Electoral en la legislativa del 14 de noviembre.
Tignanelli está en la lista del FdT por la poderosa tercera sección electoral, en el sur y oeste del Conurbano. En la nómina ocupaba el noveno puesto. Pero, el oficialismo obtuvo sufragios que garantiza ocho lugares. Este martes faltaban recuentos de los votos del padrón de inmigrantes. Es un albur de último momento al que se aferran en La Cámpora. El escrutinio está agotado en un 98,9 %. "Todavía no está formalmente cerrado", alegan en las cercanías del candidato.
Avanza Libertad, el espacio que lidera José Luis Espert, colocará se queda con la banca de Tignanelli y ocupará en ese noveno lugar a Constanza Moragues Santos. Todavía no hacen el anuncio oficial.
Confirmada la novedad de la pérdida de la banca de Tignanelli, el FdT deberá buscar un reemplazante. El kirchnerismo mantendrá esa representación en la Cámara de diputados provincial. No obstante, más temprano que tarde comenzará una discusión para el reemplazo.
El resultado del comicio, y aún en el proceso iniciado con las PASO, determinó el nuevo perfil del gobierno de Axel Kicillof. Comenzó con el arribo de intendentes a la administración central. Martín Insaurralde (Gabinete) y Leonardo Nardini (Infraestructura) fue la primera oleada que precede un desembarco escalonado. Y se proyecta a otros niveles de decisión institucional.
Insaurralde ya colocó al presidente de la Cámara, Federico Otermín. Otros alcaldes buscan delegaciones políticas en la Provincia. Consideran que conformaron la base territorial más consistente en el achique de diferencia a 1,3 puntos con Juntos por el Cambio. Se atribuyen ese mérito.
Desde hace semanas, por revisión de actos o forzado por las circunstancias, Kicillof avala el escalamiento de los intendentes. Incluida la eventualidad de revisar la cláusula legal que prohíbe la re reelección de jefes comunales. También de concejales y legisladores.
El gobernador tardó dos años y una elección perdida para transformar su esquema de alianzas. Asumió como una task force armada únicamente con sus colaboradores de mayor confianza. Ahora procura cercanías hasta con su ministro de Seguridad, Sergio Berni, de distancia absoluta con la gestión de Alberto Fernández. El funcionario había adelantado su intención de alejamiento post electoral. No ocurrió y se transformó en una fuente de ponderaciones sobre la tarea de Kicillof.
En los últimos días, Kicillof se reunió un par de veces con intendentes partidarios del Gran Buenos Aires. Intenta un relanzamiento de su gobierno. Abunda en consideraciones sobre"la nueva etapa", pasada la pandemia y el aparente repunte electoral en estas comarcas. En esos encuentros no participa Máximo Kirchner. No tendría por qué hacerlo. No obstante, las distancias pueden marcarse con gestos.
¿Incidirá la opinión del gobernador en la designación del reemplazante de Tignanelli?
No había terminado el recuento definitivo cuando el conflicto de intereses iniciaba su trámite interno.
La representación del saliente presidente de bloque, emana de Máximo. Tignanelli tiene poca gravitación en su distrito, La Matanza, donde el tándem Fernando Espinoza - Verónica Magario (vicegobernadora), concede buenas vecindades con el camporismo, aunque apenas en condiciones de inquilinato. Tignanelli siquiera pudo armar lista en ese municipio.
Como sea, el 5 de diciembre, cinco días antes de la jura de los diputados en la Legislatura, quedará resuelto quién será el nuevo presidente del bloque oficialista. La designación no definirá sólo la funcionalidad del cargo. El nombre proyectará, además, los equilibrios de poder en la coalición gobernante.
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