El diputado sale a dar la batalla. El gobernador reencauza su estrategia y se centra en la gestión. Dos caminos sin retorno rumbo a 2027.
Por Macarena Ramírez
Después del tenso encuentro entre Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner en el 47 aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo en La Plata, el gobernador intenta congelar la discusión interna del peronismo enfocándose en la gestión y en la competencia con el presidente Javier Milei. En cambio, Máximo Kirchner opta por la confrontación directa, marcando sus diferencias con el mandatario.
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La situación mantiene en vilo a todo el peronismo a tres semanas de la elección por la presidencia del PJ que enfrenta a CFK y Ricardo Quintela, que ahora quedó envuelta en un laberinto tras la resolución de la Junta electoral partidaria -que rechazó la lista “Federales, un grito de corazón”- y la respuesta del gobernador en la justicia.
Axel Kicillof busca salir del barro
El gobernador bonaerense intenta dar vuelta la página y concentrarse completamente en la gestión de la provincia de Buenos Aires. Su objetivo es mostrar los avances provinciales en comparación con el gobierno nacional y, de esa forma, seguir construyendo una alternativa frente a Milei.
Desde Calle 6 consideran que la disputa interna aleja a Kicillof del diálogo público, centrado en los problemas ciudadanos. Por eso, el mandatario toma distancia de la interna y refuerza su presencia en el territorio con actividades de gestión, como las que encabezó el miércoles en Castelli y Punta Indio, antes de asistir al acto en el Teatro Argentino de La Plata.
“Vamos a reforzar la gestión todo lo que podamos. Estar atrapados en la interna nos aleja de la gente; hay que poner el foco en la gestión y visibilizar lo que hacemos. Este debate no aporta nada a quienes tienen problemas reales”, afirmó a Letra P una fuente cercana al gobernador.
En términos de actividades políticas, Kicillof se aferra a una postura cautelosa. Evalúa encabezar un acto el 20 de noviembre en San Pedro y tiene pendiente una visita a Formosa. Sin embargo, en el entorno del mandatario advierten que cualquier movimiento podría interpretarse como una injerencia en la interna partidaria: “Debemos ser cuidadosos y poner un pie en el freno. No queremos que parezca que estamos interviniendo en la interna”, señalaron.
El objetivo de Kicillof es cerrar el año con un fuerte enfoque en la gestión y en la confrontación con Milei. El lunes tendrá una oportunidad relevante para visibilizar su trabajo: el lanzamiento de las finales de los Juegos Bonaerenses en Mar del Plata. Además, está preparando un balance para presentar los logros de su gobierno en contraste con los retrocesos atribuidos al gobierno nacional.
Máximo Kirchner, a fondo
El titular de La Cámpora decidió hace tiempo asumir un rol más confrontativo que luego fue intensificando. El acto que encabezó en el microestado de Atenas, en La Plata, donde sus seguidores estrenaron cánticos en contra del gobernador fue el punto de partida del ataque a discreción.
Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof en La Plata
Esta semana, en una entrevista con Radio 10, criticó la falta de definición del gobernador en torno al liderazgo de CFK en el PJ. Según Kirchner, el problema radica en que Kicillof no expresó su apoyo explícito, optando en su lugar por pedir unidad desde el escenario de Berisso. Como contó Letra P, en el evento organizado en el distrito comandada por Fabián Cagliardi el gobernador mostró que está decidido a avanzar aunque eso le cueste un enfrentamiento con su mentora Cristina y el hijo de esta, el jefe de La Cámpora.
Kirchner afirmó que no está desgastando a Kicillof, sino que es el gobernador quien busca erosionarlo a él. Agregó que hasta el acto del Día de la Lealtad del 17 de octubre tenía en mente apoyarlo como candidato presidencial, pero que esa opción se desvaneció tras su ambigüedad política: “Alguien que no puede decidir entre Quintela y Cristina me obliga a reevaluar las cosas”, subrayó el diputado.
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