El PRO de Mauricio Macri: volver al futuro

El PRO de Mauricio Macri: volver al futuro

El expresidente arrancó en Buenos Aires la purificación del partido. ¿Para qué? Raíces 2005, el factor Milei y los socios necesarios.

 

Por Juan Rubinacci

Provincia de Buenos Aires, mayo de 2024. El creador, Mauricio Macri, se sube al Delorean y viaja en el tiempo, 20 años hacia atrás, a buscar a los leales a su liderazgo que le dieron vida al PROen 2005. Les encomienda una misión: refundar el partido, purificarlo al amarillo más intenso para volver a ser lo que alguna vez fue.

 

El fundador vio que su creación estaba en peligro de extinción, por errores propios, marchas y contramarchas y un affaire a punto de romperse con Javier Milei, a quien le ofreció su estructura y el acompañamiento de su electorado para que llegara a la presidencia en el ballotage con Sergio Massa. Ese pasado reciente ya no corre. Lo que quedó del acuerdo es Patricia Bullrich en el gobierno y la tribu que la sigue, militando una fusión de partidos, lejos de lo que Macri pretende para su espacio.

Mariá Eugenia Vidal, Mauricio Macri y Cristian Ritondo.

¿Para qué, Mauricio Macri?

Parafraseando al segundo libro editado por el expresidente, PRO puro, ¿para qué? Vale sumarle un par de preguntas: ¿Cómo piensa Macri revivir a una fuerza que llegó a la gloria con socios que ya no tiene? ¿Qué piensan la UCR y la Coalición Cívica, que cuestionaron el perfil oficialista que el PRO tomó en los últimos meses y del que ahora busca despegarse? ¿Puede el PRO, sin socios, recobrar volumen para dar la batalla electoral en 2025?

 

 

La primera pregunta se responde con la decisión que el expresidente tomó en Buenos Aires, la madre de todas las batallas, donde ordenó las renuncias masivas al consejo directivo para aislar a la bullrichista Daniela Reich, dejar acéfalo el partido y convocar a elecciones para que Cristian Ritondo –bajo un acuerdo político- asuma el próximo 4 de agosto.

Macri juntó a su tribu leal, conformada por intendentes, tropa legislativa y otra dirigencia que lo siguen y presiona para que la ministra de Seguridad de Milei se aleje del partido, sin internismos.

Néstor Grindetti, uno de los leales a Mauricio Macri desde hace 40 años.

La UCR espera, con condiciones

Sus exsocios esperan el regreso amarillo expectantes, como la pareja que perdona una infidelidad, pero con condiciones. A partir de ahora, si hay acuerdo será diferente. Allí estará la UCR bonaerense, con sus 27 intendencias y 24 representantes en la Legislatura, lista para dar cartas de nuevo.

El PRO está lejos de imponer condiciones como cuando era un espacio electoralmente mucho más fuerte que el radicalismo. Sólo controla 16 de los 135 municipios, aunque conserva la mayoría opositora en La Cámara de Diputados –a pesar de la fuga de cinco miembros a PRO Libertad, el flamante espacio bullrichista-. En el Senado también es la primera minoría con nueve, pero en el marco de una oposición mega atomizada.

Esto último también será un obstáculo para el PRO. Más allá de que históricos dirigentes como Ritondo, Néstor Grindetti, María Eugenia Vidal y Diego Santilli busquen recuperar la identidad que los hizo llegar a gobernar el país en 2015, las alianzas opositoras a Axel Kicillof deberán darse con una serie de actores que no existían hace dos años. Atrás quedó la grieta kirchnerismo-macrismo, para darle lugar a las ideas de la libertad en todas sus formas, a las distintas vertientes radicales que conviven y, ahora, también a la división interna que sufre el PRO entre macristas y bullrichistas.

Si no es con alianzas, ¿cómo imagina Macri volver a ser potencia electoral en el territorio que concentra el 37 por ciento del padrón electoral nacional? El PRO no es la novedad que supo ser, aquella que dejó a Vidal en la gobernación en 2015, con una montaña de intendencias amarillas.

Por más renovación de autoridades y purificación que realice, el PRO sufre de anemia política y se aturde en una interna sin salida.

Macri busca volver al futuro porque no ve futuro posible en el camino que él mismo eligió hace cinco meses, cuando llamó a votar por Milei. Tampoco lo tendrá si cree que sigue siendo la novedad que fue en 2015 -ahora es La Libertad Avanza- y no busca nuevos socios, o viejos, pero con nuevos acuerdos, carentes de personalismos.

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