El presidente de la Nación Mauricio Macri y su esposa Juliana Awada dejaron ayer -por algunas horas-, el campo de la familia Blanco Villegas y se trasladaron a las instalaciones de El Valle de Tandil, donde jugaron un extenso partido de golf, cerca de la naturaleza y con las espléndidas vistas a las sierras. Tras unas cinco horas de tranquilidad, sin contacto político alguno, regresaron a la estancia para continuar con el fin de semana de descanso.
El mandatario había arribado a la ciudad el viernes, cerca de las 15.35, en el avión Tango 10, que había partido desde Chaco y aterrizó en el aeropuerto civil contiguo a la Base Aérea. En principio, se dirigió al campo de su familia materna. En tanto, ayer, sorprendió a los socios, golfistas y turistas que pasaban la tarde en el club local, al aparecer de incógnito en la cancha.
El presidente arribó al club, que está enclavado en un espectacular entorno serrano, cerca de las 13.30, sin avisar. Incluso, los golfistas que ofician como sus compañeros habituales en Tandil estaban disputando otro partido y debieron abandonar para acompañar al matrimonio Macri.
Hasta cerca de las 18, el mandatario jugó al golf con su esposa, Nicolás Parasuco y Marcos Paskvan, y luego compartió con ellos una charla en el club house, donde bebió una gaseosa. Media hora después, regresó al campo, donde lo esperaba su hija Antonia.
Nicolás Parasuco y Mauricio Macri se conocen mucho antes de que el último se convirtiera en presidente. Comenzaron a jugar al golf cuando era la máxima autoridad de Boca Juniors y el equipo de Primera hacía sus pretemporadas aquí, alojado en el mítico hotel Posada de Los Pájaros. La relación siguió los años posteriores, durante sus frecuentes visitas a la ciudad y alguna incursión del propietario de El Valle de Tandil a la Bombonera.
Tranquilo y con
buen semblante
El presidente Macri arribó a El Valle de Tandil, complejo ubicado sobre avenida Don Bosco, con una mínima custodia, distendido y de buen ánimo. Durante más de cuatro horas jugó los 18 hoyos y disfrutó de la naturaleza, en una típica tarde fresca de las que ofrece octubre en estas sierras.
Durante el trayecto, se cruzó con varios socios y grupos de golfistas que lo saludaron con amabilidad. Algunos se atrevieron a pedirle sacarse una foto y accedió en todas las ocasiones, sin problemas.
Macri se movió con gran soltura por las instalaciones del club, en un clima amigable y tranquilo. Incluso, las personas que lo saludaron coincidieron en que tenía buen semblante. Algunos le desearon la fuerza necesaria para enfrentar los problemas y compromisos que debe atravesar en la conducción del país.
Durante su estadía en Tandil, aún no dialogó con políticos ni dirigentes tandilenses. Consultados funcionarios del Municipio y militantes del PRO, todos confirmaron que no tuvieron contacto con el Presidente, ya que su visita fue para descansar. Sin embargo, desde el Departamento Ejecutivo no descartaron la posibilidad de gestionar alguna entrevista.
La agenda
De acuerdo a la información oficial, Mauricio Macri compartirá estas jornadas con su hija Antonia, quien cumplirá 5 años mañana. En principio, para ese mismo día está previsto el regreso de toda la familia a Buenos Aires, ya que el martes el Presidente retomará su agenda oficial.
El miércoles asistirá a un acto vinculado al soterramiento del Ferrocarril Sarmiento y por la tarde, recibirá en Olivos a la reina de Holanda, Máxima Zorreguieta, quien visitará por dos días el país, en su rol de asesora especial del saliente secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki- moon. Ese mismo día, por la noche, viajaría a Mar del Plata, donde en el Hotel Sheraton, dejará inaugurado el Coloquio de IDEA.
En tanto, el jueves volará a Roma, Italia, donde mantendrá un nuevo encuentro, el sábado 15, con el papa Francisco y al día siguiente participará de la ceremonia de canonización del Cura Brochero. Este nuevo viaje al vaticano, Macri lo hará acompañado por su mujer Juliana Awada y su hija Antonia. Además se sumarán -por primera en la visita oficial- Agustina Macri, de 33 años, hija de su matrimonio con Ivone Bordeau, y Valentina, de 13 años, hija del primer matrimonio de la Primera Dama con el Conde Bruno Barbier.
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