Por Eugenia Muzio

Algunas definiciones de Javier Milei y de quienes formarán parte de su gabinete parecen ser el eco de aquello que Mauricio Macri repetía en el 2016, cuando pronosticaba que la reactivación económica sucedería en el segundo semestre; o la comparación gráfica que oportunamente hacía la entonces vicepresidenta Gabriela Michetti: “El segundo semestre es el momento en el cual aparece la luz, allá lejos, pero vos seguís en el túnel”.

“Es probable que tengamos que soportar seis meses duros, pero serán la base del despegue", evaluó Milei en una entrevista reciente. La futura canciller Diana Mondino también se pronunció en igual sentido al pedirle a los industriales: “Aguanten seis meses que la Argentina va a ser el mejor país del mundo”.

En sectores diversos del Círculo Rojo, se convencen del discurso. Hay unanimidad sobre la necesidad de ordenar las cuentas fiscales, normalizar el acceso al dólar y aplicar una reforma tributaria; pero no todos se animan a ratificar que habrá luz al final del túnel. El presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi, prevé que "cuanto más duro" sea el primer tirón de la gestión, "mejor". "Soy optimista, Milei no es un loquito y Macri hizo bien en acercarse", planteó en diálogo con Letra P.

"Michetti":

Porque la luz que veía en el túnel, era la pensión de $560.000 por mes que cobrará. pic.twitter.com/sQMlgjprYE

— FAFAFA (@FAFAFAELPRODUTO) June 27, 2020

El titular de la Cámara de Comercio Argentina (CAC), Mario Grinman, está inquieto por saber qué pasará en el sector que representa. "Lo importante es contar con un interlocutor válido al momento de poder acercarle al Gobierno propuestas y hacer gestiones. No nos importa demasiado si esa repartición se llama 'Secretaría de Comercio' o tiene otra denominación que la administración entrante juzgue más adecuada", advirtió.

Otro integrante del Grupo de los Seis opinó que el plazo de un semestre parece "un número ficticio". "No hay que ponerle un plazo al reacomodamiento de la macro", afirmó ante este medio. "El gran problema es que interpretamos las palabras con extremo. Vamos a ir interpretando los desafíos a corto plazo para profundizar", agregó.

Caputo, ¿ministro de transición?

Tanto la administración de Cambiemos como el entrante de La Libertad Avanza (LLA) llegan a la Casa Rosada rogando por un período de gracia y prometiendo que, con un ajuste voraz en la primera parte de la gestión, los indicadores económicos –incluyendo la inflación- serán mejores en la segunda etapa. En el caso Macri, su política inflacionaria a base de metas y una muñeca monetaria, no tuvo el efecto esperado y tampoco llegó la "lluvia de inversiones".

En ese armado estaba el ahora ministro de Economía, Toto Caputo. "Volvió diferente, se ve que aprendió", aseguró un banquero que estuvo reunido semanas atrás, cuando el nuevo titular del Palacio de Hacienda los juntó para calmar las aguas en medio del traslado abrupto de Leliqs a Pases Pasivos. La movida del futuro funcionario no funcionó y, a la semana siguiente, el desarme de los pasivos remunerados continuó.

La noción generalizada es que Caputo es un funcionario transitorio. Así lo definió Gabbi, quien dice que lo conoce de más joven por su actividad en la Bolsa porteña. Consultado sobre el financiamiento que el futuro ministro está negociando con fondos externos, consideró que es "un paso importante y está atado a lo fiscal, pero no lo más importante".

Idéntica sensación tienen quienes desde Juntos por el Cambio suman fuerzas al gobierno de LLA. "Caputo llegó solo y a pedido de Milei para una tarea específica", aseguró una dirigente macrista que, tampoco, confía en que el plan del ex titular del Banco Central cambiemista vaya a salir bien. "Cuando estuvo con nosotros pedía plata y no decía para qué", cuestionó en declaraciones a Letra P.

Ganar anticipando ajuste

A diferencia de Macri, Milei anticipa que habrá un recorte brutal del gasto: 15% del PBI. Un 5% correspondería a gastos del Estado y el otro 10% a la "bola" de pasivos remunerados en Leliqs. De tanto que se adelantó la intención de un desarme, los bancos soltaron los instrumentos que les permiten pagar el interés de los plazos fijos por una herramienta parecida, los Pases Pasivos, con menor plazo: 28 días versus un día.

Las entidades financieras prefirieron estar líquidas para atender la demanda. "El hecho de que los que se hacen cargo del gobierno traten a las Leliqs como un problema, hace que nadie quiera renovarlas", opinó un banquero consultado por este medio.

En los días previos a la asunción, Caputo estuvo cocinando un plan de financiamiento externo para rescatar la montaña de Leliqs, a las que Milie considera "un problema". La moneda de cambio sería el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que está integrado por los activos que respaldan el pago de las jubilaciones en el caso de una crisis y la tenencia estatal de los papeles de YPF.

Para quienes apoyan esa estrategia, es el paso "necesario" para tener liquidez y cambiar la Base Monetaria por dólares en un futuro cercano. Con Santiago Bausili en el Banco Central, socio y amigo del pronto titular del Palacio de Hacienda, habría una coordinación aceitada para corregir el tipo de cambio y poder instrumentar el plan; por lo menos al principio.