El expresidente y su candidato presentan el proyecto para una nueva Bombonera y sacuden la tribuna. Riquelme evalúa respuestas. Tensión y acuerdo con Angelici.
Por Agustín Colombo
Así como Cristina Fernández de Kirchner asumió la centralidad política en las últimas semanas por su carta pública, su participación televisiva, su re-renunciamiento a ser candidata y el acto del 25M en Plaza de Mayo, Mauricio Macri intentó hacer lo mismo en ese país a escala que es Boca y agitan la grieta tribunera popular versus platea. Afuera del raid electoralista de Juntos por el Cambio, el expresidente se paró este lunes al lado de Andrés Ibarra, el exministro que eligió como candidato a presidente del club para las elecciones de este año, y dijo lo que Letra P ya había adelantado: “Voy a acompañar en la comisión directiva. Donde me pongan voy a estar. Es un momento para poner el hombro”.
Esa confirmación de Macri por la positiva, más el proyecto de una nueva Bombonera para 105 mil hinchas conectada a la actual, movió el tablero político xeneize que, de ahora en más, irá alternándose casi sin pausa hasta que se abran las urnas en diciembre.
Del otro lado, más allá de tener que encargarse de la operativa diaria del fútbol profesional y del club en general, empiezan a evaluar una serie amplia de respuestas; todas con Juan Román Riquelme como protagonista, aunque él siga sin confirmar si será el candidato a presidente o si pondrá delante a otro dirigente como el actual secretario general Ricardo Rosica, quien asoma con más chances de integrar una eventual fórmula.
Comparaciones y método
Las comparaciones con lo que sucede en la Casa Rosada surgen desde los dos lados de la grieta xeneize. En sectores del oficialismo azul y oro, comparan a Jorge Amor Ameal con Alberto Fernández, e incluso a Riquelme con CFK por la injerencia en las decisiones y su dilación oscilante para definirse como candidato. En la oposición, Macri sintetizó recientemente lo que el armador de ese espacio, Javier Medín, y el candidato Ibarra vienen diciendo en público y en privado desde hace años: “La Argentina sufre un caudillismo agravado, y eso es lo que le pasa a Boca también”. La palabra “caudillismo” se suma al “autoritarismo” y al “personalismo”, con las que la oposición suele usar para definir a la gestión actual y al método Riquelme.
Es justamente una cuestión de métodos –o de modos– lo que se plebiscitará este año en Boca. “Ellos son la cena de gala, el cubierto en dólares y el marketing. Nosotros somos la tribuna y el fervor que genera Román”, grafican del lado riquelmista. “Nosotros ofrecemos un candidato sofisticado, con gestión y profesionalismo. Ellos el choripán y una asociación ilícita de cuatro personas”, responden del lado macrista. En ambos márgenes coinciden en que no hay lugar para terceras posiciones como las que intentan construir Mario Pergolini o Jorge Reale.
Tanadas
La mesa central del evento, en el que Macri e Ibarra presentaron su plan para la Bombonera, sirvió también para despejar algunas dudas sobre las futuras alianzas en este camino electoral que recién empieza. Estaban Juliana Awada, esposa de Macri; los exjugadores Roberto Abbondanzieri y Diego Cagna y el expresidente xeneize Daniel Angelici.
La presencia de Angelici fue un mensaje para el afuera y también para el adentro. “El Tano quiere vender cara su salida”, soltaban hace algunas semanas en ese espacio. Ahora, por lo menos, Angelici ya acordó un precio; aunque en sus círculos más íntimos siguen sin aprobar en un 100% a Ibarra como candidato.
El proyecto de construir una nueva Bombonera en Casa Amarilla y en terrenos que la gestión de Angelici adquirió es también una manera de homologarlo, de cumplirle un anhelo por lo que fue fustigado durante años. La presencia del Tano no solo se explica por eso. En algunos recovecos del macrismo xeneize ya sueltan un plan para el fútbol argentino que excede al club: "Recuperar Boca", es el primer paso; llevar a Angelici a la presidencia de la AFA luego de diciembre de 2023, en caso de que gane alguien del espacio de Juntos por el Cambio, es el segundo; las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) aparece como el tercero.
Permisos
La presentación pública del proyecto de la Bombonera –encabezado por Raffaele Sardella, ingeniero histórico del Grupo Socma– fue acompañada por otra mucho menos visible, pero mucho más importante: el proyecto de ley presentado en la Legislatura porteña para pedir la rezonificación y construir un estadio de esas proporciones en donde actualmente está el predio Casa Amarilla.
¿Se hará algún estudio de impacto ambiental? ¿Es un impedimento la cercanía con el Hospital Argerich? ¿Y las dos escuelas, una infantil y otra integral? Son preguntas que se sueltan en conversaciones que, a diferencia de lo que sucedía hace algunos años, siempre tienen la misma conclusión: Boca debe ampliar o construir un nuevo estadio.
“Una vez que seamos electos, no tardaremos ni un minuto en seguir con ese tema”, prometió Ibarra. Algo que, por cómo funcionó la Legislatura en estos años, suena plausible. Todo queda, al menos por ahora, en renders vistosos y promesas. Habrá que ver si alguien, como no pasó hasta ahora, las cumple.
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