El flamante presidente del partido vació la mesa de conducción en el principal bastión electoral para designar allí a un leal: Cristian Ritondo. La necesidad de que se resuelva rápido la Ley Bases para “volver a vivir”.
Por
LUCAS BO
Mientras Javier Milei atraviesa un momento crítico de su gestión por un acto por el 25 de Mayo devaluado y una Ley Bases frenada en el Senado, Mauricio Macri avanza paso a paso hacia un 2025 todavía lejano. Tras asumir la presidencia del PRO a nivel nacional, se dedica a reordenar el partido para devolverle esa “identidad” que cree que se perdió con Patricia Bullrich. Esta semana avanzó sobre la ahora ministra libertaria en la provincia de Buenos Aires y prepara un acto en clave electoral en el que mostrará músculo político que todavía no tiene fecha pero que lo piensa para cuando haya una resolución con la Ley Bases.
El viernes se conoció que 25 de los 34 miembros del consejo directivo del PRO bonaerense presentaron su renuncia y que detrás de esas salidas está la mano de Macri con la idea de renovar la conducción. Empezó por el principal distrito electoral, que tenía al frente a la senadora Daniela Reich, también esposa del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. Se trata de un dirigente que estuvo junto a Horacio Rodríguez Larreta en la última campaña y que luego se mostró cercano a Bullrich. Macri quiere para ese lugar a Cristian Ritondo, el presidente del bloque de diputados del PRO, a quien considera “orgánico” y “leal”.
Producto de la acefalía del partido, ahora su secretario general y también Jefe de Gabinete de Jorge Macri en la Ciudad de Buenos Aires, Néstor Grindetti, deberá llamar a elecciones dentro de los próximos dos meses. De acuerdo a lo que informaron fuentes partidarias a El Destape, no habrá internas y la única lista será encabezada por Ritondo.
“Hoy El PRO debe interpretar los cambios en la provincia, las realidades territoriales”, expresó Ritondo sobre esta nueva etapa que se avecina y respecto de la masiva salida de consejeros evaluó que la nueva composición debe “reflejar mejor los resultados de las últimas elecciones para que ningún sector quede subrepresentado”. Entre los renunciantes también están los diputados nacionales Diego Santilli, Silvia Lospennato, Gabriela Besana y María Sotolano. Muchos militaron a Bullrich por orden de Macri en la última campaña. “Estaban de prestado”, soltaron de modo risueño.
A Ritondo lo apoyan 12 de los 14 intendentes que tiene el partido en la provincia, concejales, legisladores provinciales y diputados nacionales. Los que no acompañan son el propio Valenzuela y Fernanda Astorino, de Capitán Sarmiento, alfil del bullrichista Javier Iguacel.
En el PRO proyectan que en junio se realizará un importante acto en el que Mauricio Macri exhibirá la nueva mesa de conducción partidaria con el objetivo de mostrar músculo político interno, es decir, que es el que manda. “El jefe del PRO siempre fue Mauricio y ahora lo es también en la formalidad”, deslizaron en su entorno. La idea es también mostrar “nuevas caras” en el partido y entre ellas resaltan las de Soledad Martínez, vicepresidenta e intendenta de Vicente López y vicepresidenta del partido, y la del santiagueño Facundo Pérez Carletti, secretario general.
No hay fecha prevista para ese evento, que se comentó en la reunión que mantuvo con sus más cercanos el martes, pero se definió que será después de que se defina el futuro de la Ley Bases en el Congreso y eso se espera que sea en junio. “No va a hablar hasta que no esté resuelta la Ley Bases porque está todo muy sensible y lo que diga puede estropear la negociación con los gobernadores”, confirmaron en la mesa chica macrista sobre cuándo volverá a hablar en público.
El proyecto que muy posiblemente sufra nuevas reformas es la herramienta que Milei reclama para avanzar con su plan económico. En el PRO son conscientes de ello y por eso trabajan para su aprobación. El Presidente esperaba que ya fuese ley para convocar a los gobernadores a firmar un Pacto de Mayo que el propio Macri apoyó desde el primer momento. Finalmente, se devaluó el acto y solo estará el local Martín Llaryora. Ahora, Macri espera que se resuelva rápido el ya manoseado megaproyecto para “volver a vivir”, como lo definen en su entorno a la nueva etapa que se avecina.
Nada de cogobierno
El apoyo del PRO, reiteran una y otra vez en el macrismo, es solo legislativo. Resaltan que hay una coincidencia de fondo sobre el rumbo del plan económico de Milei, pero se preocupan por resaltar que “no hay un cogobierno”. Siguen firmes en plantear que no se busca una fusión y que, eventualmente y si el escenario es el propicio, para las elecciones legislativas no se descarta una alianza electoral.
En el macrismo observan las peleas internas que se dan en el seno del Poder Ejecutivo y que llevan a poner en duda la continuidad de funcionarios como el Jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Mientras el oficialismo tampoco logra destrabar la Ley bases, en la mesa chica de Macri analizan que estas dificultades obedecen a la débil construcción política del Gobierno. “Choca con sus limitaciones”, soltaron.
El fin de una etapa tanto para La Libertad Avanza como para el PRO, sumado a esa falta de robustez más el internismo; alentó rumores de cambios de Gabinete en los últimos días y los nombres de Ritondo y Santilli sonaron como posibles ingresos. Ambos estuvieron en el show de Milei en el Luna Park. Desde los entornos de ambos diputados le negaron a El Destape esa posibilidad de momento.
Por el lado de Ritondo, lo niegan pero con una frase en condicional que deja abierta una posibilidad: “No volvería jamás a ser ministro”. Y recordaron una frase suya: “Lo sufrí muchísimo, espero no tener que volver a ese lugar”. Por “ese lugar” se refería a la cartera de Seguridad bonaerense. En su caso, resaltaron que sus decisiones sí son consultadas con Macri.
Distinto es el caso de Santilli. Quienes lo tratan a diario aseguraron que “nadie lo llamó y no hay conversaciones” para integrar el Gabinete y respecto a si sus decisiones tienen que ser avaladas, aclararon que “no responde” a Macri y que “tiene autonomía en el PRO desde de la última elección”.
Macri “le tiene aprecio al colo”, resaltaron desde la intimidad del ex Presidente, pero no pasan por alto que si bien es un referente del PRO “pasó de ser larretista a mileísta” y que si bien con esta nueva estructura consideran que será “más orgánico” que lo que podría ser con Bullrich, no esperan que sua movimientos sean en sintonía con los del líder del partido.
Así las cosas, la relación entre Macri y Milei se irá ajustando de acuerdo a las necesidades del Gobierno que, a su vez, estarán signadas por la marcha de una economía afectada por la recesión y salarios a la baja. Macri acomoda la tropa y le da su impronta a su nuevo ciclo al frente del PRO. En el mientras tanto, los dirigentes alineados con Bullrich prometen darle pelea interna al ex Presidente sobre el destino del partido y se esperan nuevos capítulos de la guerra amarilla.
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