El ex funcionario menemista se contradijo porque a la par que aseveró que, ante circunstancias similares, volvería a disparar, también aseguró que "en momentos de emoción violenta, no hay tiempo para pensar nada".
La declaración del "Toto", así se lo conoce vulgarmente, se conoció un día después de que trascendiera que la fiscal María Cecilia Martiní ya ha formalizado el pedido de juicio en su contra por el delito de abuso de armas por lo ocurrido el 21 de agosto del año pasado.
En ese sentido, el ex funcionario de los presidentes Carlos Menem y Eduardo Duhalde, se mostró en desacuerdo con la acusación, aunque recalcó que respetará lo que diga la justicia. Más tarde o más temprano, el caso terminará en un juicio oral y público. La jueza de control, María Florencia Maza, es quien debe ponerle día y hora a las audiencias.
El contacto con el periodismo se dio ayer en la Casa de Gobierno, durante la presentación del voto eléctrónico por parte del gobernador salteño Juan Manuel Urtubey. Allí Matzkin también intentó justificar la conducta que exhibió aquella anoche al decir que actuó "bajo emoción violenta", una frase claramente contradictoria con el enfático "lo volvería a hacer". Además habló de "un hecho desagraciado" y cargó contra la política de seguridad en la provincia y en el país.
Originalmente, en el proceso en su contra, al ex diputado nacional del PJ también le habían imputado el delito de portación ilegítima de arma de guerra, pero zafó porque, según la fiscalía, demostró que poseía la credencial y que estaba tramitando la renovación del permiso.
Ese 21 de agosto Pérez entró a la casa de David Matzkin, que estaba con sus dos pequeños hijos en el dormitorio, para robarle 60 pesos, una caja de cigarrillos Parliament Blue y 10.000 dólares, que nunca fueron hallados. Luego escapó. Por ese hecho, el joven de 20 años fue condenado a 13 años de prisión.
El episodio no terminó allí. Cuando Pérez escapaba corriendo de la casona de Villa Parque, Matzkin padre, que había cruzado la calle -vive enfrente- a pedido de su hijo para entregarle dinero al asaltante, le disparó por la espalda con su pistola Glock 40 y lo hirió en la espalda. Un médico declaró en el juicio a Pérez que "tuvo suerte" porque el orificio de entrada y salida del proyectil "impresionaba".
En ese proceso, el ex ministro del Interior fue testigo y declaró, bajo juramento de verdad, que el ladrón "vino corriendo hacia mí. Ahí saqué el arma y alcancé a hacer un disparo". Ayer incurrió en otra contradicción porque aseveró que efectuó varios tiros.
"Espero ser absuelto".
- ¿Qué piensa de aquel momento, después de que ha transcurrido un cierto tiempo?
- Fue un hecho desgraciado que espero que no le suceda a nadie, pero que creo que forma parte de la necesidad que tenemos en La Pampa y en el país de mejorar las cuestiones relacionadas con la seguridad. Es un reclamo de toda la sociedad.
- ¿Cómo evalúa la actuación de la justicia?
- Bien, correcta, muy profesional.
- ¿Está de acuerdo con que su conducta haya sido caratulada como abuso de armas?
- No, pero es la justicia la que tiene que dictaminar. Actué con mis profundas convicciones. Si una persona conforma un hogar, y no está totalmente decidida a protegerlo ante cualquier ataque, más vale que no lo haga.
- ¿Está arrepentido?
- Lo pensé mucho, profundamente, y no puedo ensayar un discurso de arrepentimiento, porque sería hipócrita. Más bien, siempre lo digo, en términos bíblicos, para defender a mi familia lo volvería a hacer 70 veces 7. Aunque hubiera preferido que no sucediera.
-¿Tiró a matar o sólo quiso asustar a Pérez?
- En momentos de emoción violenta, no hay tiempo para pensar absolutamente nada.
- ¿Cuántos disparos hizo?
- Fueron varios. Le disparé de frente en una oportunidad y después seguí tirando. Pero en esas situaciones tan complejas, uno no sabe nada, son situaciones marginales. No soy el justiciero, ni se trata de un caso de gatillo fácil. Soy un ciudadano común que defendió a su familia.
- ¿Que espera del juicio?
- Ser absuelto, esa es mi esperanza. Estoy tranquilo interiormente, porque actué con mis convicciones profundas.
Con sus palabras, Matzkin aportó dos datos nuevos. Por primera vez dijo que llegó a dispararle de frente a Pérez -posiblemente su abogado le imputará intento de homicidio al ex ministro- y adelantó lo que probablemente sea su estrategia defensiva, que actuó bajo emoción violenta, lo que podría considerarse un atenuante. Sin embargo, la racionalidad con que manifestó que no se arrepintió y que, en circunstancias similares, volvería a tirar, le jugó en contra. Aunque en el juicio contra él no está obligado a declarar y tampoco a decir la verdad.
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