A poco menos de sesenta días para el cierre de listas, la provincia de Buenos Aires se erige como la madre de todas las batallas, donde los frentes políticos esgrimen sus armas y sacan a relucir todas las viejas estrategias de guerra. Las elecciones de 2015 dejaron como resultado un panorama político bastante parejo en la legislatura, donde ninguna fuerza política logra imponerse a la otra sin la necesidad de una negociación previa.
En este contexto, lo que ocurra en la provincia de Buenos Aires será clave para el futuro político del país. Y dentro de ella, municipios como La Plata, Quilmes, Avellaneda y La Matanza, ya sea por su caudal demográfico o por su importancia estratégica, revisten especial interés.
En este sentido, La Matanza es un verdadero pandemónium. La intendenta Verónica Magario debió dar explicaciones por la decisión de estampar su nombre en algo más de 40 patrulleros que compró el municipio del distrito más populoso del conurbano. Sin embargo, una vez que pasó la tormenta, la intendenta ordenó buscar a los instigadores de dicha operación mediática. Pronto los ojos se posaron en los jóvenes de La Cámpora, que habrían instigado a los medios de comunicación kirchneristas para que denuncien sin piedad a Magario.
Resulta que detrás de Magario no está otro que Fernando Espinoza, titular del PJ de la provincia de Buenos Aires y hoy alejado de La Cámpora. El ex intendente de La Matanza se encuentra en estos momentos recorriendo la provincia “recolectando” dirigentes peronistas para lograr una unidad, pero lejos de Cristina Fernández de Kirchner y más cerca de Florencio Randazzo, quien ya habría hecho un acuerdo con María Eugenia Vidal de cara al 2019.
Esto generó serios problemas dentro del arco camporista, que rechazaron la maniobra y comenzaron a tratarlo de “traidor”, ante la temible posibilidad de tener que dejar afuera de las listas a varios dirigentes propios. El poder de la otrora poderosa organización pareciera ir erosionándose sin retorno.
Paradójicamente, las curiosas prácticas de márketing político de Verónica Magario no son nuevas dentro del peronismo. Ya en 2001, el entonces gobernador Carlos Ruckauf repartió zapatillas para niños con su firma estampada en la lengüeta, y actualmente, el intendente de la localidad correntina de Mercedes, Víctor Cemborain, se ha transformado en un ploteador serial y pone su nombre en todo, desde tanques de agua y cajas de remedios.
La batalla interna del peronismo ha comenzado en La Matanza, y el arco político provincial se mantendrá expectante a su resultado, que definirá gran parte de lo que ocurra en las listas de cara a las elecciones legislativas de este año.
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