El diputado dejó a la deriva a su espacio al correrse de debates para sumar millas en el exterior. Sin embargo, su bloque lo defiende a rajatabla. Críticas a la “polarización” que él mismo fomenta.
En un nuevo episodio de su cada vez más serpenteante estrategia política, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, reforzó la orden a sus legisladores en el Congreso de no acompañar ninguna ley que proponga Mauricio Macri. El zigzagueante diputado nacional pidió a sus espadas parlamentarias proponer dictámenes alternativos a proyectos -pese a que haya consenso-, con tal de mostrarse alejado del oficialismo.
"Sergio está ofendido por el destrato del Presidente. Todo arrancó el 1 de marzo pasado, cuando Macri ni siquiera se tomó unos segundos para agradecer el acompañamiento de parte de la oposición a importantes leyes que se votaron durante 2016. Después, la Casa Rosada dio la orden para que funcionarios no asistan a las comisiones, como -la jefa de la Oficina Anticorrupción- Laura Alonso por el tema del Correo; y por último, lo agotó la decisión del oficialismo de tratar a Massa como una persona en la que no se puede confiar", bramaron desde el FR a Ámbito Financiero.
Lo cierto es que el tigrense agotó la barra de paciencia oficialista cuando se abrazó al camporismo a fines del año pasado y agitó en el Congreso el proyecto para modificar el Impuesto a las Ganancias marca Massa-Bossio-Donda-Kicillof, noqueado luego en el Senado por el PJ ahora racional- y los gobernadores. A partir de allí, el Ejecutivo dio la orden de ignorar al Frente Renovador, mecanismo que utilizó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, cuando asistió el 22 de marzo último para dar un informe de Gobierno en Diputados.
Massa no estuvo en ese convite debido a que se encontraba en China. Ese viaje y otras visitas -algunas, por invitación- en el exterior durante este año provocaron un vaciamiento discursivo en el FR, una de las bases con la que el espacio se mantiene a flote. Del otro lado, el coro oficialista refuerza la teoría que reza: "No se puede confiar en una persona a la que se le cedió una importante porción de poder en Buenos Aires y devolvió la gentileza en raquíticas y cómodas cuotas".
No le costó demasiado a Macri deleitarse con una estrategia de ninguneo a Massa que, además, va en línea perfecta con la decisión de colocar a Cristina de Kirchner como el sparring perfecto para la pelea bonaerense. En este razonamiento debe haber una escala: no son pocos los jefes de Cambiemos (sobre todo, los radicales) que piden medir cada tanto cómo marcha la eficacia de esa estrategia, a fin de no alimentar en exceso a la expresidente y generar un dolor de cabeza al oficialismo.
Macri se ejercitó contra Massa por estos días con toda la tranquilidad que le dio la desaparición de la vida pública que el tigrense protagonizó en los últimas semanas. Para ser claros: Massa dosificó su opinión y presencia en medio del conflicto docente, se explayó poco sobre la huelga sindical, y calló respecto a temas de la vida diaria que tanto lo ocuparon antes, como la inflación. Esa ausencia le sirvió al PRO para entrar en una estrategia de vaciamiento que le sirve a María Eugenia Vidal, enfrentada también con el FR en un juego de entradas y salidas de funcionarios y legisladores.
En el Congreso, espacio que Massa necesita abierto para sumar protagonismo mediático, el Frente Renovador cuenta con distintos debates para mantener vigente su poder de fuego. Veamos:
• Ley de Mercado de Capitales: el diputado massista y referente económico del partido, Marco Lavagna, se reunió hace más de un mes con el ministro de Finanzas, Luis Caputo, y dejó en claro que sólo propondrían cambios de forma y no de fondo. Luego, el FR viró a oposición plena y frenó la discusión.
• Comisiones de tarjetas: Massa agita el tratamiento de una ley en el Senado, pese a que hay proyectos cruzados con Diputados y que además existe un acuerdo entre Gobierno y bancos para bajar las comisiones de manera gradual en los próximos años. A esa operación renovadora se sumó la CAME que comanda Osvaldo Cornide.
• Régimen Penal Empresarial: Massa dio la orden de preparar un dictamen alternativo pese a que comparte el espíritu de la iniciativa oficialista.
• Creación del Instituto de Calidad Educativa: Cambiemos necesita el acompañamiento del massismo para votar la iniciativa el 19 de abril, fecha estimada de la próxima sesión en Diputados. No obstante, los renovadores no aportarían adhesiones, pese a que ello implique apoyar a gremios docentes Ctera, cuya filial bonaerense es el Suteba de Roberto Baradel, enemigo de la gobernadora María Eugenia Vidal, quien acordó y respetó la tajada de poder -y de caja- en ese territorio con el ambivalente Massa
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