El diputado habilitó en Tigre la expansión de countries que trasladaron las crecidas del Delta a los barrios carenciados. Macri esquivó el faltazo de Scioli por sus antecedentes de vacaciones.
En abril de 2013, la Ciudad sufrió una de sus peores inundaciones mientras el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y su secretario general, Marcos Peña, vacacionaban en distintos puntos del mundo. En noviembre pasado, los vecinos de los barrios más carenciados de Tigre apuntaban a los multimillonarios desarrollos inmobiliarios a partir de una infinidad de barrios cerrados, en terrenos elevados y humedales recuperados, que trasladaron las crecidas del delta hacia sus casas. Negocios que tuvieron su punto de máxima expansión durante la gestión de Sergio Massa. Esa vez, el agua ocupó todos los barrios linderos con los countries, que permanecieron intactos gracias a la altura en que fueron levantados.
Lo curioso es que tanto Macri como Massa, hoy candidatos a presidente, fueron los que ayer salieron más fuertemente a capitalizar política y electoralmente las durísimas inundaciones que azotan a gran parte del territorio bonaerense. Mientras el gobernador y aspirante oficialista a la sucesión presidencial, Daniel Scioli, encara su vuelta de un viaje por Italia que en el riñón sciolista todavía lamentan que se haya concretado.
Massa fue a Mercedes, tierra del líder camporista y secretario General de la Presidencia, Eduardo “Wado” de Pedro y de su hermano de crianza, Juan Ignacio Ustarroz, quien el domingo pasado venció en las PASO entre los candidatos a intendente. Allí se mostró en una zona críticamente afectada por el agua junto al intendente massista Carlos Selva. Desde allí, opinó que “Con 300 millones de dólares en esta cuenca esto no pasaría”. Y cerró: “La gente sabe quienes hacen propaganda y no hacen las obras”.
Pero Massa también debe sus explicaciones sobre inundaciones. Las que ocurren en el distrito que gobernó largos años y que ahora dejó en manos de su delfín, Julio Zamora. Durante su gestión, la expansión de los barrios privados que había empezado con su antecesor, Ricardo Ubieto, alcanzó velocidad record. Tanto que hoy, al hacer un desgrane de la repartición territorial en Tigre, el 60% de su superficie está cerrada y privatizada, pero sólo el 10% de su población vive del lado de adentro de esos muros. Mientras nueve de cada diez vecinos de Tigre sufren la llegada de cada temporal.
Una de las empresas que se transformó en un imperio inmobiliario con la llegada de Massa al poder tigrense fue Eidico. El dueño es Jorge O´Reilly, hoy distanciado el ex jefe de Gabinete pero que en el punto de máximo alcance de Massa en el escalafón kirchnerista, cuando fue designado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como jefe de Gabinete, fue asesor ad honorem y tuvo despacho propio en Casa Rosada.
O´Reilly se hizo tristemente célebre -según explica el periodista Diego Genoud en su biografía no autorizada de Massa- por ser quien ofició de anfitrión –en su casa del barrio privado Santa María de Tigre- en la reunión privada que Massa mantuvo con la entonces embajadora por los Estados Unidos, Vilma Socorro Martínez, que luego se haría pública gracias a los cables filtrados por Julian Assange a través de Wikileaks. El otro gran favorecido por la recuperación de humedales y rezonificaciones del Delta fue la empresa Consultatio, del millonario Eduardo Constantini.
En una entrevista al sitio web Infojus, la geógrafa Patricia Pintos, investigadora del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad Nacional de La Plata, destacó los desarrollos inmobiliarios como una parte central en la responsabilidad por los desvíos de las crecidas del Delta hacia barrios carenciados.
“Hay una sucesión de mega-emprendimientos inmobiliarios que generó un efecto conjunto, un proceso de sumatoria que genera una incidencia clara en los cambios de los patrones de escurrimiento del Río Luján y por lo tanto, sería uno de los elementos más fuertes en la explicación de las inundaciones de los últimos años”, explicó. Y agregó: “El río necesita una planicie de inundación para que en momentos de creciente, el agua naturalmente inunde esa planicie, un proceso natural de cualquier río que tiene un caudal medio pero en épocas de crecientes, al superar ese caudal, evacúa el agua avanzando sobre ese espacio”.
En el caso de Tigre, al revés de los que denuncia Massa para la crisis en la provincia de Buenos Aires, el problema no sería la falta de obras. Más bien lo opuesto: el descontrol en la expansión de obras inmobiliarias, con ganancias siderales para unos pocos empresarios, arrastra el agua de los humedales hacia las casas de los vecinos menos pudientes de Tigre y otros distritos del conurbano norte.
LOS FALTAZOS DE MACRI. Mauricio Macri y María Eugenia Vidal encabezaron una conferencia de prensa desde la sede del Ejecutivo porteño para anunciar el envío de equipos de emergencia de la Ciudad hacia las zonas más afectados de la provincia. Ninguno de los dos hizo mención directa a Scioli y su ya suspendido viaje por Italia. No había margen para eso.
En abril de 2013 la Ciudad sufrió una de sus más poderosas inundaciones. Hay que decirlo: las obras desarrolladas por el Gobierno de la Ciudad han ayudado a mitigar los efectos de los temporales en los barrios más al norte de la Capital, en los que el PRO suele alcanzar sus niveles más alto de votos en las elecciones: en las generales porteñas del 6 de julio, Rodríguez Larreta consiguió en la comuna 13 –Nuñez, Belgrano y Colegiales- más del 53% de los votos y en la 14 –Palermo- más del 52%, muy por encima de los 45,5% que obtuvo en total.
Pero esa Macri, como hoy Scioli, no estaba. Y no era la primera vez que el jefe de Gobierno daba el ausente. La diferencia fue que en esa oportunidad dejó una frase muy recordada: “Soy un servidor público y como tal necesito unos días de descanso por año”. La pronunció ya de vuelta en Buenos Aires, a donde regresó tras unos días de relax en las paradisíacas playas de Troncoso, Brasil. En esa oportunidad puso la responsabilidad en la naturaleza: “fue una catástrofe climática”.
Por eso es que esta vez cedió el protagonismo a Vidal. Fue la candidata del PRO a gobernadora por la provincia de Buenos Aires quien metió de lleno la campaña electoral en medio de las duras inundaciones bonaerenses. “Me encantaría que fuera diciembre, que la gente ya me hubiera elegido para estar ahí dando soluciones”, dijo sin demasiados pruritos.
Como Massa, Vidal también apuntó a Scioli. “Además de la falta de obras, hay un déficit en el control del Estado. Hay canales ilegales, construcciones sobre bañados y humedales, lo que ha agravado la situación”, sostuvo.
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