Massa quedó lejos y ahora tendrá que definir su posición de cara al balotaje

Massa quedó lejos y ahora tendrá que definir su posición de cara al balotaje

En Tigre no hubo necesidad de seguir con atención el avance del escrutinio.

Los resultados que arrojaban los boca de urna dieron por acabadas las chances del candidato a presidente por la alianza UNA, Sergio Massa, de soñar con un balotaje. Con ese escenario tempranero, hubo tiempo para replantear la estrategia, subrayar desde el discurso que es una fuerza flamante y en construcción, con un líder joven y en construcción, y poner la mira en lo que viene después del 10 de diciembre. Y hasta de dar los primeros pasos hacia una decisión clave: qué rol asumirán como fuerza política de cara a la segunda vuelta.

Tras horas de un clima alicaído, con casi nula presencia militante hasta bien entrada la noche, Massa tomó el escenario montado en el complejo PIPA de Tigre pasadas las 22:40 horas, acompañado de su familia y un puñado de dirigentes: los diputados Graciela Camaño y Facundo Moyano; el electo intendente de Tigre, Julio Zamora; el ex ministro de Economía Roberto Lavagna; su compañero de fórmula, Gustavo Sáenz, y el derrotado candidato a gobernador bonaerense, Felipe Solá. Luego de los agradecimientos de rigor y los cantitos de “un minuto de silencio, para Scioli que está muerto” -y el mismo, repetido, pero dedicado a Macri- que llegaban desde abajo, el jefe del Frente Renovador empezó a bajar sus mensajes con la mira puesta en el 22 de noviembre. “Quiero felicitar a Daniel (Scioli) y Mauricio (Macri). En tres semanas tenemos que elegir un camino. En las próximas horas nos vamos a juntar en nuestra fuerza para armar un documento único”, apuntó.

No hubo en todo su discurso mensajes directos ni a Scioli ni a Macri. Algunos, tal vez, por elevación. “Vamos a ser guardianes para que la Argentina tenga una economía de desarrollo”, dijo Massa, tomando el concepto central de la campaña sciolista, el “desarrollo”. En otro momento, cuando celebró la posible victoria del radical Gerardo Morales en Jujuy, resaltó las posibilidades que había de competir con una oposición unificada. Lo que él mismo intentó promover, la gran interna opositora para llegar con un solo candidato a la jornada electoral de ayer, y que Macri rechazó.

“Hoy termina una etapa y empieza una nueva, que nos va a encontrar peleando por el país que la Argentina puede ser”, arrancó Massa, “vamos a ser garantes en la calle, en el Congreso, en las intendencias, para construir un mañana mejor”. Y hasta se subió al camino que, durante toda la tarde, venían trazando los distintos voceros que hablaron con los medios: resaltó que era alguien “de 43 años”, con “la convicción y el coraje como marcas en la piel”.

Ya por la tarde, los voceros massistas daban indicios de lo que apenas más tarde sería la conformación de una derrota. “Fuerza en construcción”, “espacio joven”, “proyección a futuro” son algunos de los términos que usaban para encontrarle una veta positiva a los números (cerca del 21% del total de los votos) que, vía telefónica, llegaban al norte del conurbano. La otra idea que nutrió todos y cada uno de los mensajes de los referentes que hablaron con la prensa fue que el Frente Renovador logró instalar temas en la agenda del resto de los candidatos. “Hemos sido muy importantes como fuerza para provocar este balotage”.

El candidato a gobernador bonaerense por UNA, Felipe Solá, no dudó a la hora de ubicar a Massa como un factor central para conformar el mano a mano entre Scioli y Macri. Ahora tendrá que decidir cómo jugar en esa contienda. Una decisión que, anoche, nadie en el massismo hubiese elegido tener que tomar.

JOSÉ MANUEL DE LA SOTA Y ALBERTO ROBERTI, LOS GRANDES AUSENTES

Una de las preguntas que circuló durante toda la tarde y la noche de Tigre fue dónde estaba José Manuel de la Sota. El gobernador de Córdoba no apareció y hasta Massa, en su discurso, debió aclarar que se había demorado. Desde el entorno del cordobés, pasadas las 23 horas, respondieron: “Está volando”.

El otro ausente previsible fue el presidente del bloque massista en Diputados, Alberto Roberti, quien en la noche previa a las elecciones tuvo un furioso raid de twits que arrancó con un llamativo “Scioli para la Victoria” y que terminó en groseros cruces con los que le salieron al cruce. Finalmente, todo eso fue borrado y dejó uno, “Si no llega Massa vamos todos con Scioli a presidente”, y denunció el hackeo de su cuenta. La pregunta que muchos se hacían en el bunker massista ayer era: ¿Quién es la persona que, un sábado a la madrugada, tiene las ganas de ponerse a intervenir la cuenta de Twitter de Roberti? Nadie la supo responder.

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