Camaño calcula que llegará a 20 votos. Los 5 cordobeses se apartan. Cumbre K para evitar fugas.
Sergio Massa le dio vía libre a Graciela Camaño para sostener un bloque propio e ignorar la oferta de los gobernadores, que buscaban sumar a sus ex dirigidos a un frente más grande.
Las gestiones iniciadas por el cordobés Juan Schiaretti y el salteño Juan Manuel Urtubey no avanzaron como esperaban y el tirgense, que abandona el Congreso en diciembre, prefirió que los suyos conserven identidad propia.
"Ninguno de estos tipos tiene votos para dirigirnos", se la escuchó a Camaño en uno de las últimas reuniones de bloque, para justificar el rechazo a cualquier propuesta de ampliar horizontes.
El Frente Unidos por una Nueva Argentina (UNA), como se seguirá llamando el bloque massista, podría sostener un piso de 18 diputados.
Massa podrían sumar 18 votos y los gobernadores no llegan a los 30. Schiaretti y De la Sota cansados de las idas y vueltas armarán un bloque propio y se tomarán su tiempo para ver si se suman a la bancada de Bossio.
A Camaño se suman los bonaerenses Gustavo Bevilacqua, Raúl Pérez, Cecilia Moreau Marcela Passo, Carlos Selva, Facundo Moyano, Mirta Tundis, Felipe Solá, Daniel Arroyo, José Ignacio De Mendiguren; los santafesinos Alejandro Grandinetti y Vanesa Massetani; los porteños Carla Pitiot y Marco Lavagna; el jujeño Alejandro Snopek, la santiagueña Mariana Morales y el chubutense Mariano Arcioni.
Si finalmente Arcioni asume la gobernación como sucesor del fallecido Mario Das Neves, Camaño confía en que Rosa Muñoz se sumará a sus filas. Y no descarta recibir al chubutense Jorge Taboada, cercano al sindicato de camioneros, con mandato hasta 2019.
El fracaso de la unidad entre el massismo y los gobernadores consolida al kirchnerismo como segunda minoría de la Cámara, detrás de Cambiemos, con un piso de 60 diputados y un techo de 77.
Mañana se reunirán para hacer el último intento de contención, tarea encabezada por Agustín Rossi, quien ya juntó a 40 diputados para pedirles que no busquen otro refugio.
Si logra consolidar la segunda fuerza de la Cámara sería el jefe indiscutido de esa banca y Axel Kicillof se conformará con escoltarlo.
José Luis Gioja, insiste en que cualquier diferencia puede saldarle con interbloques que actúen coordinadamente, pero con agenda propia.
Por su lado, los líderes del bloque justicialista, la referencia de los gobernadores estos dos años, confían en un crecimiento tibio con la incorporación de las duplas de diputados que asumen por Entre Ríos y Chaco y aportes de Mendoza, San Juan y Santa Fe.
Con todo, hasta la semana pasada la cuenta no les daba por encima de 25 bancas y esperaban el aporte de los 4 misioneros y los 5 cordobeses.
Pero con el portazo de Massa, Schiaretti y José Manuel de la Sota optaron por armar un bloque propio y esperar un panorama más claro para asociarse.
Lo integrarán Juan Brügge (aliado de la democracia Cristina), el vicegobernador Martín Llaryora, Paulo Cassinerio y las dos primeras damas: Adriana Nazario (esposa de De la Sota) y Alejandra María Vigo (mujer de Schiaretti).
En Cambiemos miran atentos la novela peronista, porque el bloque justicialista es el aliado que esperan para repartir comisiones y sancionar leyes.
Por ahora, con lo que aporta les alcanza justo para llegar al quórum y deberán echar mano a otras fuerzas provinciales. Y contener al kirchnerismo y el massismo, dispuestos a alterar el recinto cada vez que puedan.
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