Massa no logra contener a su propio rebaño

Massa no logra contener a su propio rebaño

El líder del Frente Renovador hace malabares para que sus ovejas no salten el cerco. Muchas ya negocian con otros sectores. Cómo es el clima dentro del espacio que sufre para mantener la unidad.

En numerosos pasajes de la Biblia , el pastor y su rebaño funcionan como perfectas analogías de cómo una congregación obedece, casi ciegamente, a su líder. En la comunidad del Frente Renovador, eso no estaría sucediendo; más aún luego del fuerte revés que el espacio sufrió en las urnas el 22 de octubre de 2017, que dejó fuera del sistema a su cabecilla, Sergio Massa, quien, parece, no puede contener a sus ovejas.

En las últimas semanas, varios dirigentes (muchos de ellos de gran peso dentro del armado) mantuvieron encuentros paralelos y conversaron so-bre la posibilidad de conformar otro rebaño que no responda directamente al pastor tigrense. Hasta ahora, estas reuniones fueron casi secretas. Nadie quiere romper a viva voz con el Frente Renovador hasta no tener bien en claro qué pasos seguir y, mucho menos, con quiénes. La desconfianza es enorme.

Pero lo cierto es que, a medida que pasan los días, las fisuras en el massismo son cada vez más profundas. Uno de los agravantes fue el brindis de fin de año que se organizó en Tigre y al que asistieron intendentes, concejales, legisladores y dirigentes. “El camino de la Argentina no es el ajuste, ni el odio, ni la venganza; somos una fuerza política portadora de ideas y propuestas”, destacó Massa al levantar la copa. Lo llamativo del evento, no obstante, fueron algunas  ausencias. Como las de Felipe Solá y Facundo Moyano, por ejemplo. Algunos, ni siquiera fueron invitados. “A mí me mandó un mensaje Graciela (Camaño). Decía: ‘Si estás por Buenos Aires, pasate por Tigre que vamos a hacer un brindis’. Así nomás. Sergio no habló con nadie”, confió a La Tecla un dirigente del Conurbano.

Es ese silencio el que le reprocha el rebaño al pastor. “No hubo ni una reunión para ordenar la tropa”. Y en ese desorden, las ovejas se dispersan. “Nadie quiere romper y juegan en todos lados. Lo que pasa es que Sergio tiene la capacidad de arreglar y cerrar acuerdos. Le consiguió una caja millonaria a (Matías) Tombolini”, señaló la misma fuente.

 

Es lo que ellos llaman “la doctrina Massa”: pactos a cambio de cargos. “Cada uno se atomiza. Algunos se van con un Fitito y otros con el avión Hércules”, reprochan los enojados.

En la Provincia , por caso, todos miran el sillón que dejó vacante Daniel Arroyo en el directorio del Banco Provincia, cuyo mandato recién vence en 2019, y por el que ya se libró una batalla interna entre quienes se quedaron con las manos vacías desde diciembre.

Uno de los que se quedaron en “Pampa y la vía” es Gilberto Alegre, quien despotricó contra Felipe Solá y José de Mendiguren tras la polémica sesión en la que el oficialismo intentó por primera vez debatir la reforma previsional. “La gente no se equivoca, decía Perón; recibimos un bajo porcentaje de votos en las últimas elecciones y, viendo el desempeño de nuestros referentes en la sesión de debate de la ley previsional, vemos que el viejo general tenía razón”, consideró.

El mismo clima de recelo se vive dentro del propio bloque renovador de la Cámara Baja nacional, donde Arroyo logró quedarse con la presidencia de la bancada, cuestión que no le cayó para nada bien a Solá.

Es, justamente, el exgobernador bonaerense uno de los que más coquetean con un armado por fuera del Frente Renovador, junto con Facundo Moyano, sobre quien admiten que no tiene territorialidad pero sí gran exposición mediática y estrecha relación con los sindicatos.

No es casualidad que tanto Solá como Moyano dijeran presente en la asunción de las nuevas autoridades del PJ bonaerense, que, con Gustavo Menéndez a la cabeza, pretende convencer a Massa para que regrese al espacio. Por el momento, el tigrense le escapa a esta idea y se mantiene firme en una postura que, dicho sea de paso, no todo su séquito comparte.

Según confiaron a La Tecla , la idea es confluir en un sector que mantenga una línea nacional con el Partido Justicialista, pero que no signifique un matrimonio en sí mismo.

“Para volver a ser mayoría y poder frenar el ajuste debemos renovar el peronismo, pero sin gatopardismo ni complicidad”, señaló a este medio uno de los armadores del grupo rebelde que aclaró fuertes diferencias con ambos lados de la grieta. “No tiramos piedras pero tampoco podemos arrodillarnos y votarles todo”, añadió.

Por ahora no hay nada en concreto, pero la realidad es que las conversaciones avanzan y se mantienen reuniones con periodicidad. “El último encuentro fue el 23 de diciembre, y lo vamos a volver a hacer en enero, seguro en Mar del Plata. Quizás haya foto”, afirmó un legislador. Una imagen vale más que mil palabras. 

Mientras unos niegan que el Frente Renovador pueda romperse, otros dan esto casi como un hecho. El rebaño está alborotado, y su pastor, Sergio Massa, deberá ingeniárselas para que no se le escapen las ovejas, algo a lo que ya está más que acostumbrado.

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