El ministro acusó a “economistas opositores” de interferir en la negociación con el Fondo. Evitó dar nombres, pero trascendió una frase sugestiva. Guiños con gobernadores y kirchneristas. La oposición, en peligro de ruptura: los casos de Santa Fe y Capital Federal
Por Facundo Chaves
El acuerdo con el FMI se metió de lleno en la campaña, aunque no fue el único tema que terminó en medio de los tirones electorales. El ministro y precandidato presidencial, Sergio Massa, acusó a “economistas de la oposición” de interferir en la negociación con el Fondo y dejó una sugestiva frase sobre la reacción que hubo desde Juntos por el Cambio a sus dichos. Ocurrió en momentos en que la coalición opositora atraviesa por uno de sus momentos más delicados y se cierne sobre ella amenazas de ruptura: los casos de Santa Fe y la Capital Federal son, hasta ahora, los más graves.
Mientras se conocía la cifra de inflación, que en junio estuvo en el 6%, acentuando su desaceleración, Massa encabezó un acto junto a cuatro gobernadores y dirigentes oficialistas. En el encuentro que se realizó en el partido bonaerense de San Martín hubo una clara señal de unidad oficialista y de confrontación abierta con la oposición.
La frase que generó un cimbronazo fue la acusación de Massa de interferencias en la negociación del acuerdo: “Les voy a contar una intimidad: un funcionario del Fondo, en un zoom de la mañana me contaba que hubo economistas de la oposición que en los últimos días se comunicaron y les decían ‘no les den nada’, ‘pidanle todo’, ‘exíjanles al máximo’, ‘esto tiene que estallar’”.
Lo escuchaban cuatro gobernadores, funcionarios nacionales, provinciales y municipales que participaban del acto que se hizo ayer en el Parque Yrigoyen, ubicado en el corazón del conurbano bonaerense. Habían sido convocados para inaugurar cinco obras en simultáneos. Estaban Axel Kicillof (Buenos Aires), y por teleconferencia con Alicia Kirchner (Santa Cruz); Oscar Herrera Ahuad (Misiones); y Gustavo Melella (Tierra del Fuego). Además, se puso en marcha un gasoducto en Mar del Plata, y en ese municipio gobernado por la oposición, sólo estuvieron la titular de Anses y precandidata a intendenta, la camporista Fernanda Raverta, y otros funcionarios oficialistas.
En la misma línea, esta tarde Massa irá a Catamarca, junto a su jefe de campaña, Eduardo Wado De Pedro, y el presidente del BICE, José Ignacio De Mendiguren, para reunirse con el gobernador local, el peronista Raúl Jalil. Va a recorrer la Algodonera del Valle, en el Parque Industrial El Pantanillo. Y el lunes irá a Entre Ríos, donde también se verá con otro mandatario peronista, Gustavo Bordet.
“Axel (Kicillof) seguí adelante, estamos tranquilos porque nuestra provincia tiene un gobernador de lujo que va a seguir siendo gobernador. Fernando (Moreira) querido, como quiero a San Martín quiero que seas intendente. Sigamos trabajando juntos, sigamos pensando que mientras otros siembran odio, nosotros sembramos esperanza”, cerró su discurso Massa en el acto. Mencionó así al gobernador y al candidato a intendente que van a disputar el 13 de agosto y, luego, en octubre, las elecciones.
Es parte de una muestra concreta del tono y la dinámica que tomó la campaña de Unión por la Patria, a 30 días exactos de las PASO: Massa mostrando gestión y anuncios junto a gobernadores y dirigentes del oficialismo, apoyando a los candidatos del peronismo y, al mismo tiempo, lanzados a una confrontación abierta y en todos los frentes contra Juntos por el Cambio.
Es una estrategia que refuerza la idea de unidad y que contrasta con imagen que proyecta la coalición opositora, que atraviesa por estos días los momentos de mayor tensión interna, con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta protagonizando una primaria cruenta, que derrama en distritos como Santa Fe y la ciudad de Buenos Aires, donde las peleas escalan a niveles graves, con descalificaciones y agravios que pueden no tener retorno.
La embestida de Massa contra Juntos por el Cambio se produjo en este contexto de debilidad y dispersión. Y también los gestos de unidad hacia adentro de Unión por la Patria.
Pecado sí, pecadores no
Massa no sólo denunció que dirigentes de JxC estaban pidiéndole a funcionarios del Fondo que no cedan ante el gobierno argentino y exijan el cumplimiento de todas las metas. También apuntó contra “aquellos que agitan temores, que meten pánico porque en la especulación gana un pesito”. Como en el primer caso, tampoco hubo nombres.
Después del acto, Massa fue consultado por sus colaboradores sobre quiénes eran los economistas. No quiso dar nombres y respondió que los que habían trascendido -incluso con apodos- eran, en realidad, actos adivinatorios. Sin embargo, le transmitió a uno de sus interlocutores -según pudo reconstruir Infobae- una frase sugestiva: “Es raro que algunos salgan a decir que solo ayudan, no?”.
Durante la tarde, se refirió de manera específica sobre esa acusación críptica que lanzó Massa el economista de Juntos por el Cambio Luciano Laspina, que además de ejercer esa profesión es también diputado nacional y un hombre clave del equipo económico de Patricia Bullrich.
El economista fue entrevistado en TV por el periodista Eduardo Feinmann y allí manifestó: “El Fondo Monetario prefiere tenerlo cerca a Sergio Massa que lejos, porque si le suelta un poco la mano nos lleva a una hiperinflación. Creo que el Fondo está siendo más responsable con la Argentina que lo que la oposición -nosotros, me incluyo- le decimos al Fondo Monetario”.
Lo de la acusación por el FMI fue sólo uno de los puntos de discordia de una campaña que, a medida que avanzan los días, empieza a subir de tono y de intensidad, sobre todo en el ámbito opositor. Asoman, si se quiere, dos imágenes: la consolidación de la unidad y el encolumnamiento abigarrado de Unión por la Patria detrás de Massa y una interna en Juntos por el Cambio que se volvió en los últimos días salvaje.
En Santa Fe, la campaña de cara a las PASO del domingo próximo cerró con una enfrentamiento irreconciliable entre Carolina Losada, apoyada por Bullrich y Mauricio Macri, y Maximiliano Pullaro, que es respaldado por Rodríguez Larreta y los radicales orgánicos. Las sospechas arrojadas por la senadora sobre su rival de supuestos vínculos con narcos, puso a la coalición que nació como un “Frente de Frentes” organizado para vencer al peronismo, en terapia intensiva. “¿Quién de Losada va a hacer campaña por Pullaro si pierde? ¿Quién de Pullaro va a hacer campaña por Losada? Después de todo lo que se dijeron, va a ser muy difícil”, decía anoche un analista que conoce la provincia y, sobre todo, las relaciones políticas de los santafesinos. Un default político de Juntos por el Cambio podría favorecer la recuperación de un peronismo castigado por un gobierno -el de Omar Perrotti- con una imagen entre regular y mala.
Pero en las últimas horas, la interna porteña escaló a un nivel de agresividad que no reconoce antecedentes. La renuncia de Franco Rinaldi a ser cabeza de lista de legisladores porteños -el nuevo nombre que les pusieron a los viejos concejales- detonó las enemistades y rencores que se cocinaban a fuego lento entre los dos bandos bien definidos que, desde la ciudad de Buenos Aires, se proyectan a todo el país: Macri y Bullrich vs Larreta y los radicales.
Para Jorge Macri no fueron las declaraciones antisemitas, homofóbicas, discriminatorias y racistas que pronunció Rinaldi las que provocaron su salida escandalosa. Fue una campaña sucia, según su visión, que promovieron desde el entorno de su rival en la PASO, el senador Martín Lousteau. Como los santafesinos: ¿cómo se recuperará la unidad después de tanto conflicto y tanto trauma?
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