"Me pegan, me pegan y sigo peleando", sostuvo el líder del FR; descartó así un paso al costado
"Soy como Rocky, me pegan, me pegan y sigo peleando. Por ahí en el round 15 aparece el KO a los K". Así, Sergio Massa se ilusiona con mantener a flote su candidatura presidencial después de la sangría que sufre su espacio político y se imagina en el ring a sólo 10 días del cierre de alianzas electorales.
"Somos una estructura política sin los gobiernos nacional, provincial ni de la ciudad, y sin embargo vemos que hay una enorme preocupación por ver cómo corrernos de la cancha. ¿Tanto miedo nos tienen a empujarnos a cualquier precio y tanta versión si como dicen estamos fuera de carrera?", chicaneó el líder del Frente Renovador ante la creciente salida de dirigentes que lo abandonaron.
En plan de alejar las versiones sobre un abandono de la disputa presidencial, abundó: "Vamos a ganar y vamos a construir una alternativa inteligente de gobierno".
Massa perdió en las últimas semanas a siete intendentes, entre ellos Darío Giustozzi (Almirante Brown) y quien fue su jefe de bloque en Diputados; además de Sandro Guzmán (Escobar); Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas); Raúl Othacehé (Merlo); el radical Gustavo Posse (San Isidro); Carlos Oreste (Coronel Pringles), y Humberto Zúcarro (Pilar), días después de que se fuera su jefe de campaña, Juan José Álvarez, y mucho antes, el senador Carlos Reutemann.
En línea con mantener viva su candidatura, Massa reclamó ayer un debate presidencial tras el ninguneo al que lo sometió Daniel Scioli, que declaró que él sólo discutiría con Mauricio Macri. "No pierdo la esperanza de que prime el sentido común porque millones de argentinos quieren certezas. Nosotros les vamos a contar qué haremos", insistió.
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