El líder renovador decía que sólo competiría por el Senado si Cristina se presenta. No descarta ir de primer diputado.
“No hay que creerle una palabra a Cristina”, fue el mensaje que partió de la oficina de Sergio Massa en dirección a la dirigencia del Frente Renovador, apenas los portales de noticias informaban el jueves que la ex presidenta había dicho (dos veces) en un acto la frase “yo me excluyo”.
La preocupación en el despacho del líder renovador era que su tropa bajara los brazos como consecuencia de la idea que hizo circular Massa hace tiempo: sólo una candidatura de Cristina por el PJ lo obligaría a jugar en la pelea mayor por una banca a senador en Provincia. Para el tigrense, con un candidato de menor cartel en el peronismo oficial y sin figuras estelares en la lista del oficialismo, la disputa bonaerense sería de “baja intensidad”, por lo que arriesgaría demasiado.
Antes las insistentes consultas, Massa ratificó ayer que por ahora mantendrá en pie la estrategia del misterio. Según referentes de su equipo, no moverá fichas hasta que se aclare el panorama en el resto del abanico opositor. Aunque su socios del GEN, el partido de Margarita Stolbizer, dan por seguro que el ex intendente estará en las boletas de octubre. La única duda que le reconocen a Massa es si encabezará la lista de senadores o la de diputados, apostando al corte de boleta.
Los tableros del “espacio”, como gustan definirse massistas y margaritos, son más certeros en cuanto a las combinaciones que podrían producirse. Si Massa se juega por el Senado, sería secundado por Stolbizer. En ese caso, el plan A consistirá en convencer a Roberto Lavagna de encabezar la lista de diputados. Si el tigrense va a la reelección para la Cámara baja (podría maximizar el efecto arrastre para la lista, a la vez que evitaría el riesgo de quedar fuera del Senado en caso de salir tercero), Stolbizer quedaría al frente de la boleta de senadores, seguida de Lavagna.
Curiosamente, ambas opciones dejarían casi fuera de carrera a Malena Galmarini, esposa de Massa, para “no abusar con la familia”, según las fuentes. De todos modos, el tigrense viene midiendo a su mujer y las encuestas que está actualizando por estos días el consultor peruano Sergio Bendixen serán clave para ir moldeando las definiciones.
Algunas de estas dudas seguramente estarán disipadas -aunque seguramente aún no comunicadas- el 25 de mayo, cuando la dupla Massa-Stolbizer debute en el Conurbano con su primer acto público. Será en el Arena Tortuguitas y allí lanzarán el ambicioso “Programa económico urgente para la Argentina del trabajo”. Dos días más tarde, el GEN hará su congreso provincial en La Plata, para formalizar la adhesión al frente con el massismo, al que aún los jefes de campaña -Graciela Camaño por el FR y Ricardo Vázquez, otro ex radical, por los “margaritos”- le buscan nombre.
Hasta entonces, Massa asegura que continuará fiel a su idea de capturar el voto opositor del interior provincial. Tanto de peronistas como de desencantados del Gobierno. Asegura haber recorrido más de 200 mil kilómetros y 90 municipios, con el fin de descontar los 250 mil votos que, estima, le sacaría el PJ oficial en la Tercera Sección, en el sur del Gran Buenos Aires. En el norte del Conurbano, en cambio, estarían parejos.
En ese camino, ayer transitó con su camioneta por Junín y General Pinto, uno de los diez distritos que quedan en manos del Frente renovador. En ambos, se ocupó de promocionar su proyecto “Bajemos los precios”, consigna que consiguió imponer el fin de semana pasado como uno de los top ten de Twitter. “Que otros busquen polarizar, nosotros vamos a seguir enfocados en proponer mejoras para la economía”, repite.
Comentá la nota