El presidente de la delegación local de la CAC y vocal de la comisión directiva central de la Cámara Argentina de la Construcción, Rubén Dario Di Martino, coincidió con el criterio presidencial de que lo que se presupuesta para la obra pública no es un gasto sino una inversión así como también que la infraestructura económica y social debe ser una cuestión de estado.
En ese sentido, destacó el hecho que en Formosa con la puesta en marcha del modelo formoseño para el desarrollo provincial y el Plan Estratégico Formosa 2015 ambos conceptos fueron contemplados con precisión por su mentor, el gobernador Gildo Insfrán, quien comenzó el proceso de transformación provincial a partir de una planificación sustentada en acciones prioritarias y realizaciones que se tradujeron en escuelas, hospitales, centros de salud, caminos, pavimento, líneas de interconexión eléctrica, viviendas, manejo de los recursos hídricos y comunicaciones, entre ellas la conectividad digital más importante del país.
“El hecho de que forme parte de un proyecto propio que está identificado con el nacional garantiza la sustentabilidad de estas obras que se han concretado porque hubo una continuidad ideológica, política y estratégica y quienes estamos impuestos de lo que se ha previsto para los próximos años no podemos , sino, mirar co las mejores expectativas el futuro tanto para las empresas cuanto para los trabajadores de la construcción y de los otros sectores que indirectamente se benefician con las obras”, señaló.
Di Matino señaló que en los distintos paneles en los que le tocó actuar percibió la coincidencia que existe en cuanto a que la comunidad no discute ya que construir infraestructura es inversión y no gasto, que se trata de un medio irreemplazable para el desarrollo sustentable y continuado del país.
“Además ha quedado claro-subrayó- que las obras de infraestructura hacen posible el aumento de productividad y competitividad del país, contribuyen significativamente al mejoramiento del nivel de vida de los habitantes y generan trabajo productivo y actividad en múltiples sectores”.
Di Martino citó las expresiones del presidente de la CAC, Gustavo Weis, quien admitió que la entidad tiene la pasión de construir todo lo que el país necesita de cara a los próximos 10 años para ir por más hospitales, viviendas, rutas, autovías, puentes, fábricas, escuelas, centrales de energía que permitan materializar las bases que requieren el desarrollo y un crecimiento sostenido.
Explicó que este plan de crecimiento continuado implicará dar actividad a las 20.300 empresas constructoras ya existentes, y posibilitar la creación de 15 mil nuevas empresas.
Dijo que Weis explicó que para hacer las obras de infraestructura necesarias hacia el 2025, hay que incorporar 32 mil operarios y 1800 ingenieros cada año, y para desarrollar viviendas, escuelas y hospitales sumar a 1.000 arquitectos y mil capataces por año por lo que para dentro de una década se tendrán 970.000 trabajadores ocupados, 54.000 ingenieros, 30.000 arquitectos en el sector y se habrá hecho una inversión en equipos y repuestos de 700 millones al año.
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