Martín Llaryora busca abrochar un triunfo en la inesperada elección en General Deheza

Martín Llaryora busca abrochar un triunfo en la inesperada elección en General Deheza

Tras la muerte del intendente, la ciudad del sur provincial vota el 4 de agosto. El gobernador sumó al oficialismo al Partido Cordobés. El rol de Urquía.

Por Luis Zegarra.

Martín Llaryora anudó un nuevo punto al tejido que moldea como plataforma de gestión y proyección desde Córdoba. Este miércoles quedó confirmada la incorporación al Partido Cordobés de Alternativa Vecinal, la fuerza que gobernó General Deheza en siete ocasiones desde la vuelta de la democracia y lleva 16 años ininterrumpido en la intendencia. La integración de la fuerza vecinal se produce a sólo 20 días de las particulares elecciones que se disputarán en la ciudad.

En este polo de producción manisera y maicera, ubicado 200 kilómetros al sur de la capital provincial, sólo se elegirá intendente, sin renovación alguna de cargos legislativos. Los comicios fueron convocados tras la muerte de Oscar Flores Ferrando, en mayo. Electo en julio del 2023 al frente de la fuerza vecinalista, el dirigente había tomado licencia el día posterior a su asunción para afrontar un tratamiento oncológico.

Desde diciembre, el concejal Eduardo Pizzi ocupa interinamente el máximo cargo del Ejecutivo. Este 4 de agosto deberá refrendarlo en las urnas para completar los cuatro años de mandato establecidos por ley.

Técnico de laboratorio, microbiólogo, docente en el Instituto Adrián Pascual Urquía de esa localidad, será el representante del oficialismo tras sortear algunas disputas internas.

Lo retarán dos dirigentes, nadie de las fuerzas tradicionales. El periodista Marcelo Araos, que reintentará desde el espacio Proyecto Joven. La contadora Noelia Díaz, empleada en la Aceitera General Deheza, lo hará por el recientemente creado Partido Libertario.

La apuesta de Martín Llaryora

La ausencia del PJ ameritó rápidas elucubraciones. Hasta el cierre de la presentación de listas se daba por descontado el nombre de Lelio Dedominici, quien había resultado segundo en las elecciones del 2023, representando a Hacemos Unidos por Córdoba.

Concejal en uso de licencia, su nombre también se barajaba en el comité central de la UCR, por encima de dirigentes de raigambre propia.

Su deserción resultó sorpresiva. Tempranos análisis la adjudicaron a la falta de apoyo oficial. La certeza llegó este viernes, tras la publicación de una foto de Pizzi en la sede de la Casa de Gobierno de la provincia, flanqueado por Llaryora y el ministro de Gobierno, Manuel Calvo.

 

El registro volvió a circular sólo días después que el gobierno provincial anunciara inversiones y líneas de crédito a cooperativas en aquella ciudad.

Desde el Panal confirmaron a Letra P que la decisión final excedía el apoyo al intendente interino para la contienda de agosto. Más destacable, apuntaban, era la incorporación de su partido a la nueva amalgama cordobesista.

La familia Urquía, una aliada conocido en Córdoba

Alternativa Vecinal es un partido creado en la década de 1980 como opción local a los aparatos tradicionales, pero con fuerte cuño peronista.

Su mención remonta inequívocamente a los Urquía, la familia más importante de la región, ubicada a la vera de la ruta 158, que opera como corredor de noreste a sudoeste para la zona agraria de Córdoba.

Sobre esa misma vía se encuentra la Aceitera General Deheza, productora de aceite vegetal, harina de soja y biocombustibles. Desde hace décadas, la empresa más importante de la región, segunda en reconocimiento y operaciones de la provincia, por detrás de Arcor.

Sobre sus oficinas proyectaron relevancia política los Urquía, desde el mencionado Adrián Pascual, que creó la firma en 1948, hasta Roberto, el segundo de sus hijos, que consolidó su proyección internacional y vinculó el apellido a la política en democracia.

El hoy CEO de AGD fue concejal y tres veces intendente antes de lanzarse a la aventura parlamentaria, siempre por alguna vertiente del peronismo. Legislador provincial en 2001, senador nacional dos años después, por Unión por Córdoba, el sello de José Manuel de la Sota.

Una vez en la cámara alta se sumaría al interbloque del Frente para la Victoria, en el apogeo kirchnerista. En este núcleo permanecería hasta la discusión por la resolución 125 y las retenciones móviles. Afectado por esta decisión, votaría en contra de la iniciativa y rompería con el bloque.

Aunque completaría el ciclo en el Congreso, su distanciamiento con el kirchnerismo se profundizaría durante la próxima década, llegando incluso a financiar la campaña de Mauricio Macri. Todo, sin perder participación en Nuevo Central Argentino, un ferrocarril clave para la salida de sus productos.

Roberto y Mauricio Macri en la Aceitera General Deheza de Córdoba.

En 2019 la promesa de unión lo acercaría al Frente para la Victoria, cuya acción proselitista también financiaría. Rápidamente decepcionado, volvería a marcar distancia con “los K”. Hoy integra grupos que analizan cuidadosamente los beneficios del primer gobierno minarquista.

Sus vaivenes con Néstor Kirchner y Cristina Fernández nunca afectaron su vínculo con el peronismo cordobesista, que siempre lo trató con la misma deferencia que prodiga a los actores económicos relevantes de la provincia.

Un partido modelo

Desde los cuarteles del Partido Cordobés no evitan mencionar a Urquía, pero prefieren mencionar los atributos del partido que se suma al proyecto.

Según interpretan, es una fuerza que representa la tendencia que ha marcado el clima de la época y encarna buena parte de los puntos en que se sustenta el decálogo rubricado como Pacto de Mayo”. En particular, su perfil exportador y sus renovados compromisos con modelos alternativos de actividad económica.

Le reconocen también una concepción plural, con amplitud para incorporar socios y capacidad para reconocer a tiempo las problemáticas expresadas por la sociedad.

La descripción no evita un componente estratégico. Con 13 mil habitantes, Deheza es una de las referencias del rico departamento Juárez Celman. Allí mismo tiene fuerte inserción el intendentismo radical, el sector boinablanca más refractario a la idea de Partido Cordobés.

A pocos kilómetros, en la vecina General Cabrera, gobierna desde años la UCR. Ahora con Guillermo Cavigliasso, quien arrasó en 2023 con el 80% de los votos. Antes con Marcos Carasso, presidente provincial del partido, compañero de Luis Juez en la fórmula de Juntos por el Cambio hace un año.

Aunque su nombre ha sonado para otras instancias, como la Defensoría del Pueblo, nadie pierde de vista su rol como articulador de voces regionales, aún opositoras al gobierno de Llaryora.

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