Katopodis y el nepotismo. El intendente le pide a Massa que debata, pero esconde a su mujer. El éxito del marketing político incluye atribuirse obras de Nación y Provincia. Vuelven Barrionuevo y Landolfi.
San Martín es uno de los municipios con mayor importancia en la provincia de Buenos Aires. Con más de 400 mil habitantes y 300 mil electores, es el municipio más grande gobernado por el massismo en la primera sección electoral. Lugar de nacimiento de Sergio Massa, bastión de Luis Barrionuevo y su esposa Graciela Camaño, en las tierras gobernadas por Gabriel Katopodis, el Frente Renovador sintetiza todos estos espacios políticos con un hábil manejo del marketing político y un constante doble discurso que sus opositores locales aún no han podido desenmascarar para capitalizarlo electoralmente.
Para estas elecciones, Katopodis optó por la tradicional fórmula nepotista, posicionando a un familiar como cabeza de lista de concejales. La elegida fue su esposa Nancy, que hasta el momento mantenía un muy bajo perfil. De este modo, el intendente cambió abruptamente su discurso renovar la política y combatir el nepotismo. Discurso que le había sido muy provechoso electoralmente cuando enfrentó exitosamente a Daniel Ivoskus, hijo del anterior intendente, que quiso dejarlo como heredero. El por entonces “ultra kirchnerista” Katopodis utilizó un slogan que rindió sus frutos: “el hijo no es el padre”. La sociedad de San Martín castigó el nepotismo, pese a la buena imagen de gestión de Ivoskus, y optó por la renovación que traía el dirigente kirchnerista Gabriel Katopodis. Sus convicciones le duraron poco y, al contrario de lo que pregonaba el difunto Néstor Kirchner, las cambió rápidamente con un pragmatismo pocas veces visto.
De ultra kirchnerista pasó a ser aliado estratégico del macrismo y a reunirse periódicamente con los “vecinos” Jorge y Mauricio, intendentes de Vicente López y Capital. Cambio político inexplicable. Todos saben que hasta pocos días antes del cierre de lista, Katopodis participaba de cuanto acto oficialista hubiera, y tenía buenas relaciones con los agrupaciones kirchneristas locales. Un doble discurso que rindió sus frutos, ya que impidió organizarse a tiempo al peronismo-kirchnerismo local. El espacio peronismo-kirchnerismo se organizó en dos listas que fueron a la interna de agosto. La lista ganadora, encabezada por Hernán Letcher, aglutinó al espacio de Unidos y Organizados (Segundo Centenario, Mov. Evita, Campora, Kolina) con las agrupaciones peronistas ligadas al sciolismo. Alejandro Phatouros, presidente del Consejo Deliberante, encabezó la otra lista que consiguió la representación como minoría dentro del FPV Estas listas corrían con la desventaja de tener apellidos poco conocidos entre los vecinos, compitiendo contra las dos “tradicionales”: Katopodis e Ivoskus. Su desempeño viene mejorando a lo largo de la campaña, junto al crecimiento en su nivel de conocimiento. En agosto, las listas de concejales sumadas alcanzaron el desempeño de Martín Insaurralde. El desafío a futuro es que la nueva lista de concejales del FPV, que intercambia candidatos de los dos espacios, tenga la capacidad de sumar los votos de ambas listas y apoyar el crecimiento del candidato a diputado nacional en la Provincia.
El Frente Renovador local, en cambio, sacó casi 15 mil votos menos que la lista de Massa. Son miles de vecinos que eligieron cortarle boleta a la familia Katopodis y elegir otras alternativas. Ivoskus, dado el bajo desempeño de Stolbizer como diputada nacional, ahora apuesta fuerte al corte de boleta como estrategia para recuperar votos en los sectores medios-altos, básicamente en los barrios de Ballester, San Andrés y San Martín. El FPV, con Letcher a la cabeza, apunta a recuperar votos en los barrios populares, marcando las contradicciones de Massa-Katopodis y su alianza con el macrismo. Tanto Ivoskus como Letcher tratan de resaltar el doble discurso de la familia Katopodis, su alianza con Barrionuevo, y piden urgente un debate con Nancy.
Con el debate emergió una nueva contradicción con la familia gobernante. Mientras el intendente pedía por twitter que Massa debatiera con Insaurralde, hablando de “mejorar la calidad de la política y el debate democrático”, porque la gente quiere “propuestas”; a nivel local desoyó los pedidos para debatir que realizaron tanto Ivoskus como Letcher. Curiosamente, Katopodis pide calidad institucional para otros, pero hace exactamente lo contrario en su pago chico. La hipocresía como máxima política. El comentario más escuchado en el pequeño mundo político de San Martín es que “la señora de Katopodis” es una mujer que “no está preparada para debatir”, que es candidata porque “había que poner el apellido”, y que el éxito de la campaña del Frente Renovador reside en no exponerla. Estrategia que, por ahora, rindió sus frutos, y que un inoportuno debate podría desenmascarar. En los cafés de San Martín, el mundillo político comenta que el dicho “el hijo no es el padre", que tanto éxito tuvo hace dos años, ahora será reemplazado por “la esposa no es el marido".
Mientras tanto, Katopodis y el Frente Renovador a nivel local desarrollan con acierto una campaña de marketing político, que incluye subirse a la “ola Massa” y tratar de emularla mostrando la gestión local. El problema es que la gestión municipal es muy floja y tiene muy poco para mostrar. Por eso, apelan a la confusión del votante, adjudicándose obras financiadas por el Gobierno Nacional y Provincial. Los partes de prensa del municipio y la campaña política están plagados de información y promoción de obras como el hospital Thompson, la ruta 8, las cloacas, gendarmería, renovación de estaciones del FF.CC., todas obras ejecutadas por sus rivales políticos: Cristina y Scioli. Obras que fueron iniciadas y gestionadas durante la gestión de Ivoskus. De gestión municipal propia poco y nada.
No obstante, la elección de agosto parece haber relajado a la familia Katopodis, y a contramano de lo que le recomendaban sus asesores políticos, comenzó a mostrar cual va a ser la orientación de su gobierno: la alianza con Luis Barrionuevo y Graciela Camaño. Hasta hace poco parecían el agua y el aceite, y ahora constituyen una alianza férrea que gobernará San Martín. La unión de Katopodis-Barrionuevo se materializó en el ascenso de Pablo Landolfi como “operador político estrella” del intendente. Massistas y katopodistas comienzan a mostrar su esencia, y el discurso de la “nueva política” y la “renovación” choca abruptamente con la vuelta de Landolfi de la mano de Barrionuevo. Landolfi representa un gran retroceso para la política sanmartinense, una vuelta al pasado de escándalos, corrupción y crisis que tanto sufrieron los vecinos. Un pasado que parecía superado, pero que la “renovación” katopodista quiere hacer resurgir.
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