“No sabemos hasta cuando van a seguir las mentiras, nos tienen a las vueltas, que hoy entra la transferencia, que mañana, y así sucesivamente pero la plata no aparece”, señaló un marinero que hacía de vocero del grupo. Agregó luego que “se están violando todas las reglas en cuanto a seguridad social porque estamos trabajando en negro sin obra social, el ministro Rafael Gilmartin, nos dijo que no podemos seguir así, que las cosas tienen que cambiar, que el interventor Diego Marzioni ya estaba haciendo gestiones y que había dos empresas interesadas en hacerse cargo, pero no confiamos en Marzioni porque siempre tiene una mentira nueva, es un hombre que vive mintiendo y cuando le tratamos de decir que no nos mienta más se larga a llorar como una criatura”, confió.

Pedido de sinceramiento

Recalcó además que de no haber mediado la expropiación “no estaríamos en estas condiciones, con un sueldo miserable, -porque- seguramente la empresa ya habría sacado los barcos a navegar, por eso pedimos que la provincia se sincere, diga que no pudo con la empresa y que se la devuelva a Vieira porque nosotros ya no aguantamos más, queremos salir a trabajar para vivir dignamente de nuestro trabajo en el mar”, sostuvo el trabajador que hacía de vocero.

Fuga de amoníaco y malos tratos

En tanto un empleado de la oficina que se solidarizó con los marineros, aseguró que Vieira se ha convertido en “un refugio de punteros políticos que se dedican a bardear a los compañeros”. Ahora pusieron a un encargado que prácticamente amenaza a los trabajadores con despedirlos y luego se desdice.

Al ampliar en ese sentido el trabajador relató que el pasado miércoles hubo una fuga de amoníaco y el supervisor de planta no permitió que saliera la gente. “Hubo gente desmayada con vómitos y mareos pero les ordenaron seguir trabajando, anteriormente si eso llegaba a pasar nos mandaban a todos a la casa”, admitió.

Finalmente el empleado sostuvo que el nivel de violencia que se vive en la empresa “es insostenible”, “Aquí alguno va a terminar muerto si a esto no se le pone un límite, porque sin ir más lejos hace dos días atrás, uno de los operarios de la planta, que a diferencia de los marineros y la gente mensualizada, cobran puntualmente, amenazó con una navaja a un marinero, y otro la manguereó con agua fría a una trabajadora boliviana que fue a pedir permiso para retirarse 30 minutos antes de que se termine la faena”, relató.