La jefa comunal resolvió el problema de la recolección de la basura y le dio aire a las arcas locales a través de un plan estatal. La importancia del Frente de Todos y el rol de Máximo Kirchner.
Por: Bruno Lázzaro.
Luego de pasar una dura interna en la que venció a otros seis candidatos, entre ellos al entonces intendente Walter Festa, Mariel Fernández arrasó con más del 60 por ciento de los votos en las generales de 2019 y se convirtió en la primera intendenta de Moreno. Desde entonces, pandemia de por medio, el municipio comenzó a elaborar una serie de cambios que hoy tienen un impacto directo en la economía municipal.
Para empezar, la dirigente del Movimiento Evita cumplió con la promesa de campaña de resolver el sistema de recolección de residuos, una problemática que se llevaba el 50 por ciento del presupuesto municipal y que estaba enquistada en la sociedad desde hacía más de veinte años. La intendenta lo recuerda bien. “Me crié en Cuartel V, una zona muy humilde, por donde el servicio de recolección pasaba una vez por mes. Esa experiencia y la conciencia social me llevaron a aprender a separar residuos desde chica. Sabía que si tiraba algo orgánico al cesto iba a estar ahí por 30 días”, rememora en diálogo con Municipios. Y agrega: “Todos decían que era imposible resolverlo, y se pudo hacer. Hoy tenemos una propuesta mixta, con una cooperativa de camioneros y ahora contamos con un servicio de recolección de seis días a la semana”.
Sin dudas, otro de los hitos locales está relacionado al equilibrio conseguido en las cuentas de la ciudad a través de un cálculo que hoy pondría los pelos de punta a más de un libertario: la estatización de servicios. “Moreno le cobraba solo al 25 por ciento de la población y una empresa se llevaba el 31 por ciento de eso. Había muchas cuestiones tercerizadas que no tenían razón de ser”, le dice a Municipios la intendente de 43 años. Y aclara: “No estoy en contra de lo privado, pero aquello que puede lograr un beneficio para el municipio tendría que quedarse adentro. Además, si hay un detrimento de la recaudación quiere decir que no sirve”.
En Moreno, durante la gestión de Festa, una empresa se encargaba del cobro de las tasas. Una acción que en vez de generar más ingresos, aumentaba las pérdidas. Algo similar sucedía con el estacionamiento medido: el 60 por ciento de lo recaudado iba para un privado. Para colmo, el municipio no contaba con el control de lo cobrado. “Agarré un municipio con deuda y hoy ya no tenemos déficit”, sostiene. Y deja datos concretos: “En comparación con el mes anterior, la recaudación aumentó en un 107 por ciento. Hicimos un trabajo grande para lograr que las industrias más grandes estén habilitadas para pagar las tasas y aumentamos la recaudación”.
Periodista: ¿Y qué es lo que hoy figura en el debe?
Mariel Fernández: Tenemos muchos problemas por resolver. En Moreno solo hay un 25 por ciento de agua y un 20 por ciento de cloacas. Además, tenemos 16 mil calles de tierra. Necesito hacer una asfaltera municipal porque con la obra pública no se llega a cubrir y es muchísimo el atraso. Por delante tenemos muchas cosas.
P.: De qué manera impactó la segunda ola de covid-19 en el municipio?
M.F.: Lo que notamos es que están presentes las otras cepas. Principalmente la Manaos, por la velocidad en los casos (N. de la R.: al momento de la entrevista la intendenta se encuentra aislada por ser contacto estrecho de su hijo, que dio positivo). Moreno no se diferencia del resto de la Provincia. Se nota como los casos van creciendo. Nos estamos reorganizando porque la preocupación más allá de lo sanitario, es lo alimentario. Moreno tiene unos 700 comederos asistiendo y en el pico de la pandemia llegamos a tener 500 ollas populares. Hubo mucho equipamiento sanitario y eso se dio gracias al hospital modular que se creó y que ya quedará para los vecinos. Si no hubiéramos contado con ese hospital nuevo, habríamos colapsado.
P.: La Ciudad mostró algunas diferencias con Nación y Provincia en relación a nuevas restricciones. El flujo cotidiano entre la Capital y el Conurbano es muy grande. ¿Se pueden tener diferentes criterios?
M.F.: El peor error es politizar la pandemia. Somos víctimas de nuestros discursos. Larreta es una persona inteligente y debe tener una gran preocupación porque entiende las dimensiones. Cambiemos tuvo un discurso más relajado porque no tiene responsabilidad, pero Larreta debe estar en una encrucijada porque los que gestionamos tenemos tres semanas por delante para tomar las medidas necesarias porque ya vimos lo que sucede en otros países cuando empieza a colapsar. Toda decisión que tome la Ciudad va a afectar a la Provincia y a toda la Argentina. Hay que tomar el tema con seriedad y tener una mirada sanitaria y no política.
P.: ¿Esta politización de lo sanitario a la que hace referencia tendrá su correlato en las próximas elecciones?
M.F.: Los países que tuvieron buen manejo de la pandemia no se vieron afectados políticamente. (Donald) Trump se reía, y perdió. (Jair) Bolsonaro está en una caída estrepitosa. Hay una responsabilidad: salvar vidas. Pero la politización se dio desde el principio. Dijeron que la vacuna rusa era veneno y ahora, después de que se dieron cuenta que era mejor que el resto, la oposición hace exigencias. Y es grave, porque no pensamos en la vida de las personas sino que estamos deseando que a un gobierno le vaya mal. Es un pensamiento muy mezquino.
P.: ¿Suspender las PASO es una opción?
M.F.: Tiene que primar lo sanitario. Si lo sanitario lo permite, que así no parece, debería hacerse. Pero estamos viviendo otra realidad. Poner en riesgo la vida de las personas por una elección es una discusión errónea.
P.: ¿Comparte la idea de Sergio Massa de unificar las elecciones?
M.F.: No me parece que haya que sumar complicaciones.
P.: ¿Qué aporta hoy la unidad del peronismo y cuál es su importancia?
M.F.: La unidad es sensata. En esta coyuntura, el peronismo no tiene futuro si no está unido. Cuando no estuvimos juntos, perdimos el gobierno. La unidad es una necesidad. Debemos tener la inteligencia necesaria para sostenerla. La unidad del peronismo es el tesoro más preciado de este momento.
P.: ¿Y qué aporta el rol de Máximo Kirchner al frente del comité provincial del PJ?
M.F.: En Moreno se los quiere mucho a Néstor y a Cristina. Y Máximo siempre nos acompañó, incluso nos ayuda ante algunas trabas. Su rol es clave. Me parece mal que se discuta tanto de que se haga cargo o no. Lo que hace él no lo tiene ningún otro intendente. El diálogo con Alberto y Cristina, con Massa, con los movimientos sociales. Tiene un rol muy importante para la unidad.
P.: ¿Y qué lugar ocupa el Movimiento Evita en esa unidad?
M.F.: Un rol clave porque tiene un desarrollo territorial importante. Es un movimiento que está en los lugares más humildes de nuestro país. El Evita va trabajando esa unidad dentro de los movimientos sociales. Es la voz del barrio, de lo que sucede abajo. El Evita hizo un camino y fortaleció esta unidad.
P.: Sin embargo, parecería no haber unidad en relación a la situación de Milagro Sala. El Movimiento Evita reclama su libertad y desde el gobierno nacional no suele haber expresiones al respecto.
M.F.: Por supuesto que en la unidad no coincidís en todo. En eso consiste, sino estaríamos hablando de un solo movimiento. Lo de Milagro está ligado a su condición de mujer originaria. Lamentablemente durante la gestión de Cambiemos hubo persecución judicial para disciplinar políticamente. Y algo similar pasó en Moreno donde muchas mujeres de movimientos sociales fueron perseguidas y se les armaron causas insólitas que hoy las lleva a estar viviendo una prisión domiciliaria.
P.: Justamente una de sus primeras medidas al hacerse cargo del Gobierno fue nombrar un gabinete que tiene la particularidad de contar con más de un 70 por ciento de mujeres. ¿Cuál fue el aporte logrado?
M.F.: Hace mucho que trabajo con mujeres porque vengo de la organización popular y comunitaria. Confío mucho en el trabajo de las mujeres. Si tengo que limpiar un baño ahora, no tengo drama. El hombre, a veces, suele tener límites. Por eso es importante el salto de la mujer a la política porque somos cuadros más integrales. Nos dedicamos a la política, pero estamos en el hacer. Somos más resolutivas y operativas. Tengo un gabinete de muchas mujeres pero también muy buenos compañeros.
P.: ¿En su tiempo como intendenta le marcaron la cancha desde el género?
M.F.: A muchos les cuesta que gobierne una mujer y que, además, venga de los movimientos sociales y de un barrio pobre. Pero en Moreno va surgiendo una militancia nueva. Dentro del gabinete municipal soy la más vieja. Hay una actividad militante muy grande. Creo mucho en la comunidad organizada, que es el peronismo. El tema es que la llamada militancia peronista se corrió del territorio y eso rol lo fueron tomando los movimientos sociales. En Moreno estamos trabajando sobre la participación de un peronismo de territorio. Porque la política es para transformar. Ya quedó claro que los empresarios que se dedican a la política buscan otra cosa.
P.: Le dejo la última. Se vienen las PASO. ¿Hay unidad en Moreno? La última interna con el exintendente Festa fue muy fuerte.
M.F.: Festa está desaparecido de la vida política. No participa. Es presidente del PJ en el municipio, pero la casa del partido está cerrada. Los vecinos quedaron muy enojados con su gestión.
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