El ex jefe de Gabinete lanzó un podcast de liderazgo. "Me metí un poco para adentro y traté de poder comprender esa dimensión humana de lo que había atravesado", dijo. Y por supuesto que Marcos tenía mucho por comprender.
El ex jefe de Gabinete Marcos Peña volvió a ser tendencia. En este caso no fue por una nueva denuncia, ni por un fallido asesoramiento político, ni por otra persecución. Peña regresó no se sabe bien de dónde a la dimensión pública tras casi tres años en el ostracismo como anfitrión de un podcast sobre liderazgo.
La iniciativa se llama "Proyecto 77" y el propio Peña la dio a conocer a través de su cuenta de Twitter. "Estoy muy contento de compartir el lanzamiento de Proyecto 77, una conversación generacional en formato de podcast donde personas que atravesamos situaciones de liderazgo compartimos aprendizajes y herramientas a partir de nuestra experiencia", señaló el dirigente del PRO.
Marcos Peña definió al podcast como una "búsqueda como viaje interior, de reconexión con uno mismo y con los demás, que tiene más de preguntas que de certezas o respuestas, una aventura que implica riesgos y meterse por territorios a los que uno no está acostumbrado".
Mariano Fuchila
Tras admitir que su paso por la gestión de Cambiemos fue “muy exigente y muy desgastante", Peña reflexionó: "En diciembre de 2019 di un paso al costado, me metí un poco para adentro y traté de hacer esta búsqueda de reconexión, de poder comprender esa dimensión humana de lo que había atravesado", contó el ex ministro coordinador, quien confesó que atravesó "procesos terapéuticos" e indagó sobre temas como la salud mental.
Y por supuesto que Marcos tenía mucho por comprender. En diciembre de 2015, horas después de haber asumido, ya había sido denunciado ante la Justicia por "abuso de autoridad" por designar dos ministros de la Corte Suprema por decreto, jugada declarada inconstitucional por un juez federal.
También estuvo imputado junto al presidente Mauricio Macri y el ex ministro de Economía Alfonso Prat-Gay por un decreto que favorecía a sus familiares directos, habilitándolos a realizar blanqueo de capitales. De hecho, su primo, Alejandro Jaime Peña Braun, blanqueó $109 millones o 6,2 millones de dólares al tipo de cambio de agosto del 2017.
En 2016 el diputado Rodolfo Tailhade denunció a Peña en la Justicia por incumplimiento de los deberes de funcionario público, abuso de autoridad y violación de secretos. Tailhade lo acusó de utilizar para beneficio propio millones de datos de afiliados al PAMI y Anses obtenidos ilegalmente.
Ese año también fue acusado por "desobedecer" una orden de un juez en lo Contencioso Administrativo de La Plata que ordenaba no modificar la Ley de Medios. Pero su genio fue más fuerte y, por DNU, lo hizo. Así, Peña fue denunciado por los delitos de desobediencia a una orden judicial, falsificación de instrumento público y posible comisión del delito de quebrantamiento de una inhabilitación judicial.
Insultos y agresiones anónimas a Marcelo Tinelli en las redes sociales tras criticar en su programa de TV a Macri y los tarifazos reavivaron la acusación de manejos de trolls con fondos públicos, donde también estuvo involucrado Peña. Cuando Macri había sido Jefe de Gobierno porteño el PRO fue acusado por haber montado un "call center" que realizaba encuestas telefónicas "truchas", en las que se realizaba una campaña sucia contra el entonces rival K de Macri, Daniel Filmus. Esa causa logró ser atraída por la Justicia de la Ciudad, y quedó sepultada en la prescripción por el paso del tiempo. Peña estuvo detrás. La nueva denuncia apuntó a 40 personas contratadas con oficina en la Casa Rosada para operar contra los paros y las movilizaciones anti-M y para atacar y agredir opositores y famosos críticos.
Marcelo Tinelli
En 2018 fue el centro de una durísima acusación por una millonaria estafa de aportantes fantasmas, en la cual participaron Peña y Fernando de Andreis en el desvío de fondos públicos para la campaña de Cambiemos.
Ese mismo año fue señalado por nepotismo, al conocerse que otro primo, en este caso Jorge Braun Polledo, hizo negocios con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires trasladando los animales del zoológico, participando y ganando licitaciones sin ser la oferta más económica.
También Peña fue imputado junto a la ex vicepresidenta Gabriela Michetti por firmar un decreto para desligar completamente del manejo de la publicidad oficial a la agencia de noticias Télam y poder contratar de forma irregular y sin licitación de por medio a compañías para que produjeran contenidos de piezas publicitarias.
NA
En septiembre de 2022 la Oficina Anticorrupción (OA) denunció a Peña, a Rogelio Frigerio y al extitular de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) Ramón Lanús, entre otros exfuncionarios de Macri, por negociaciones incompatibles con la función pública y administración fraudulenta en la realización de las subastas de terrenos en la zona de Catalinas Norte, en la ciudad de Buenos Aires, y de campos en Córdoba. Donde hay negocio inmobiliario parece siempre estar el sello PRO.
En octubre siguiente la OA denunció penalmente a Peña y a la exministra de Seguridad Patricia Bullrich por supuesto direccionamiento en una compra de sistemas de seguridad para pasos fronterizos en 2016. Esa "maniobra", según la OA, consistió en direccionar la compra de sistemas de seguridad para pasos fronterizos a una empresa a la que Cambiemos le pagó u$s35 millones, 5 millones más de lo que ofrecían las demás competidoras en la licitación.
En noviembre la OA denunció a Peña por la compra irregular en 2016 de cuatro lanchas militares al ministerio de Defensa de Israel con sobreprecios del 138%.
Ese mismo mes un abogado mediático destapó un caso del 2019 y denunció a Peña ante la justicia por permitir una subfacturación de Odebrecht por unos u$s650.000, evitarle a esa empresa una multa de más de 1 millón de dólares y frenar una causa penal por ingresar al país caños para AySA que llegaron como domiciliarios y eran para obras.
Y como si fuera poco, un fiscal lo sumó a la causa por la Mesa Judicial M e incorporó a ese expediente los correos electrónicos en los que el exjefe de Gabinete reunía al judicial Germán Garavano con el espía Gustavo Arribas.
El persecutor
Pero Peña fue además el ideólogo de la persecución contra el Grupo Indalo. Según lo contó el propio accionista de Indalo Fabián De Sousa al referirse al espionaje ilegal y la Mesa Judicial M, que fue sobre Peña donde recayó esta brutal tarea de encarcelamiento de empresarios y opositores y hostigamiento de familiares. “En lo personal, el ex Jefe de Gabinete de la Nación, el señor Marcos Peña, nos mandó a decir que ‘A los enemigos ni justicia’. Así que claramente cumplió con su rol”. "Querían eliminar a los que opinaban distinto y buscaron robarnos las compañías", dijo.
Y recordó De Sousa: “En el mes de marzo o abril del 2017, a través de personas que habían ido a charlar con él con cuestiones vinculadas a los medios del Grupo Indalo y a lo que era la pauta que le correspondía por su nivel de audiencia, en la conversación surgió el tema acerca de la situación en la cual creíamos que estábamos injustamente expuestos acerca de presuntamente haber cometido de delitos. Una de las frases más célebres que me transmiten las personas que fueron a charlar acerca de cuestiones de tanda publicitaria fue la frase, ‘Al enemigo, ni Justicia’. Y claramente fue lo que hicieron, fue lo que hicieron desde el primer día”.
Del ostracismo al podcast
Lo extraño del ostracismo al que se sometió Peña presuntamente de forma voluntaria es cómo financió su vida desde que dejó el Gobierno nacional. En mayo de 2016 Peña declaró ser propietario de un departamento de 77 metros cuadrados en Capital Federal, valuado apenas en $218.000, el equivalente a u$s15.000 de ese entonces, un valor muy por debajo del mercado inmobiliario. Además, dijo que tenía una Volkswagen Suran modelo 2013 y ahorros en pesos y dólares. Al dejar la función pública declaró bienes por solo $974.000: el mismo departamento, un auto y ahorros por $212.000.
En su entorno cercano no pueden dar con precisión dónde estuvo guardado todo este tiempo. Mencionan Uruguay y Pingüinos. Hablan de muchos cambios de look. Lo que sí confirman es que en estos largos meses de silencio oportuno mantuvo contactos con varios de sus ex compañeros, incluido su jefe.
Algunos aseguran que Peña vivió estos años del destierro de contratos privados de consultoría política, como el que habría firmado en dólares con el brasileño Luciano Huck, quien finalmente no quiso participar de las elecciones que recientemente ganó Lula Da Silva. Buen consejo. También fue asesor de María Eugenia Vidal en las legislativas del 2019 y es consultor de la Fundación Argentina Global, que dirige el ex secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo, gran recolector de donaciones.
Otros dicen que vivió de las regalías de su libro “Estamos: Una invitación abierta”, publicado en mayo del 2013 en co-autoría con Alejandro Rozitchner, el intelectual que dijo que Peña era Gardel. Repetitivo, con las manias de siempre, no casualmente este mamotreto también reunió testimonios de dirigentes, funcionarios y militantes del PRO. Parecido a sus nuevos podcast.
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