Desde el 21 de octubre pasado, la Policía de la Provincia se encuentra cada día más inmersa en una crisis que jamás en su historia enfrentó. En menos de un mes, 16 policías pasaron a quedar tras las rejas por distintos delitos, la mayoría de ellos por su vinculación con la comercialización de drogas. La Jefatura y el Ministerio de Seguridad, por su parte, no saben cómo salir de este trance, dejando al Gobierno en una difícil situación.