Llegan a superar el 40% por un mismo producto. Surge de un relevamiento oficial entre grandes cadenas. Cuáles son los rubros con mayor y menor disparidad
Por Claudio Zlotnik
En la Argentina de alta inflación e incertidumbre cambiaria, el fenómeno no llamaba la atención: la notable diferencia de precios entre un supermercado y otro, entre productos de las mismas marcas, incluso si se trataba de las de primera línea.
Todo dependía de la estrategia comercial de las grandes cadenas, pero —sobre todo— de la disponibilidad de los productos.
Pese a baja inflación, supermercados registran diferencias en los precios
Pero ahora que la inflación viene en una clara tendencia bajista —con los alimentos liderando ese proceso virtuoso—, las diferencias de precios igual se mantienen en rangos elevados.
Se trata de divergencias en los grandes hipermercados. Se dejan de lado las pequeñas cadenas o los comercios de barrio, que suelen abastecerse en distribuidores y mayoristas.
Llama en especial la atención que eso suceda en el rubro de los alimentos de primera necesidad, que son los que menos variaciones de precios mensuales vienen evidenciando.
Amplitud de precios en los alimentos
Los precios de los productos son recabados por el Gobierno. Se trata de un archivo fenomenal que los comerciantes están obligados a informar a diario a la secretaría de Comercio.
Esa información es procesada y publicada por el portal "preciosclaros.com". El Gobierno dejó en claro que —a diferencia de administraciones anteriores— acá no hay un ánimo de control ni de persecución. Y que el banco de datos, en todo caso, les sirve a los consumidores para encontrar los productos más baratos cerca de sus hogares.
En esos artículos, todos de la canasta familiar y de primeras marcas, las diferencias llegan al 21%. En los grandes hipermercados. Nada menos. Aunque, en un caso extremo, como el paquete de arroz, se puede conseguir a $1.015 en un híper y a $1.550 en otro (48% de diferencia entre uno y otro). Sucede en la marca Molinos Ala.
De acuerdo a las consultas de iProfesional en la base de datos, las mayores distancias se observaron en las botellas de aceites.
En el caso del envase de 1.500 mililitros de girasol de la marca Cocinero, se consigue entre $3.000 y $3.600 entre un hipermercado y otro. Una diferencia del 20%. En la botella de 900 mililitros de la marca Molinos Cañuelas, la variación va de $1.900 a $2.300 (21%).
El paquete de azúcar también tiene diferencias notorias, de hasta 17,6%.
Sucede con la marca "Chango", que puede valer $1.050 en una cadena y $1.235 en otra.
En el caso de la sal, en la marca Celusal de 500 gramos, el valor arranca en $3.274 y llega a $3.650, con una diferencia de 11,5%.
Las bebidas no se quedan atrás. La Coca Cola de 2,25 litros cuesta entre $3.500 y $3.800, una diferencia de 8,6%.
Supermercado y proveedores: las estrategias
Hay que tener en cuenta que todos estos precios surgen de las góndolas de los hipermercados, para evitar distorsiones típicas de los distintos mercados.
Y no se incluye ninguna oferta puntual. Lo llamativo es que, salvo un acuerdo puntual con los proveedores, las grandes cadenas suelen comprar a precios similares a los grandes proveedores.
Desde una cadena explicaron a iProfesional que, en muchos casos, las empresas comerciales siguen trabajando con el ritmo de la inflación pasada. Y que mantienen márgenes de rentabilidad elevados, según el consenso internacional, en determinados nichos de mercado.
Algunas prefieren aplicar esos adicionales en la rentabilidad en los sectores donde no son fuertes en relación con la competencia, y por eso mismo prefieren aplicar una ganancia extra en esos rubros.
Hay otros nichos, como los lácteos, donde las diferencias son pequeñas, ya que se tratan de productos que dejan poco margen de utilidad. Y que los supermercados los venden para dar un servicio a sus clientes.
Es más: algunas cadenas venden a pérdida durante algunos fines de semana, ya que utilizan al rubro de los lácteos como un "gancho" comercial.
Una leche larga vida de "La Serenísima", que se vende a $2.127 en una cadena, en otra se expende a $2.250, con una diferencia del 6%.
El consumo no levanta
Los últimos registros de la consultora Scentia dan cuenta de que el nivel de consumo masivo se mantiene en coma. Cayó en octubre un 20,4% y acumuló una caída del 12,8% en lo que va del año.
En el mes a mes no se nota un despegue todavía, dijo a iProfesional Osvaldo del Río, director de Scentia. La consultora monitorea las ventas en las principales cadenas de supermercados y también en los autoservicios de todo el país.
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