En lo que va del año, acumuló una contracción de 9,3 puntos respecto al 2023. Está más cerca de un literal ritmo a media máquina, que de un uso, similar al de los últimos años, de dos tercios del total de las instalaciones industriales
Por Mariano Cuparo Ortiz
El receso en las fábricas se siguió observando con claridad durante septiembre: la utilización de maquinarias fue del 62,4%, muy lejos del óptimo que puede disparar una necesidad inversora para evitar cuellos de botella, y bien por debajo del 67,9% de septiembre del 2023. El total de lo que va del 2024 fue el peor año de toda la serie histórica para el uso de las instalaciones fabriles, sin contar el 2020 pandémico. La incipiente recuperación económica no permitió aún una vuelta del bienestar para los sectores urbanos, que se benefician menos del atraso cambiario, y cuyo salario sigue por debajo de noviembre del año pasado, con más carga de las tarifas, lo que impide consumir más, y con menos empleo.
El Indec publicó el informe de Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria (UCII) correspondiente a septiembre. Además de la baja de 5,5 puntos que se observó todavía respecto a los niveles de uso de las instalaciones del año pasado, en la previa al impacto de la megadevalución de diciembre, que llevó a un histórico salto inflacionario, con una fuerte pérdida de poder adquisitivo en los salarios y una baja significativa del consumo masivo, también reflejó una incluso mayor contracción para el total del año. Vale destacar que el informe del Indec no permite realizar comparaciones mensuales, ya que no están libres de factores de estacionalidad (se deben contrastar en forma anual).
De hecho, en lo que va del 2024, el uso de las maquinarias fabriles fue de apenas un 57,4% promedio. Es decir, más cerca de una utilización a, literalmente, media máquina, que a una de los dos tercios de las instalaciones que se venía obsrvando en los años previos. De hecho, en 2023 y en 2022 la UCII había sido de 66,7% y 66,5%, respectivamente. Y en el 2021 todavía fuertemente influenciado por la salida de lo peor de la cuarentena, gracias a la aplicación de las vacunas, había sido de 62,4%.
El peor enero-septiembre, sin contar el 2020 pandémico
Incluso las devaluaciones constantes de la previa al gobierno del expresidente Alberto Fernández, es decir durante la gestión de Cambiemos, habían mostrado un mejor escenario para la industria argentina. En 2019 se había derrumbado, pero a un 59,2%, todavía superior a los niveles actuales. En 2018 había sido de 63,5%, en 2017 del 64,7% y en 2016 del 64%. Solo el 2020 pandémico logró llevarla por debajo de la recesión actual: fue de 53,9% en aquel entonces, tras un marzo-abril en el que algunos sectores habían llegado a cerrar por completo.
Acerca del rebote que comenzó a mostrar la economía, desde la consultora Vectorial destacaron que “esta recuperación desigual se traduce en peores condiciones de vida para importantes franjas sociales, principalmente radicadas en centros urbanos en donde las actividades de industria, comercio y construcción son las más preponderantes, a la vez que han sido las que más caídas han sufrido en lo que va del año”.
De hecho, aunque el salario sigue por debajo de los niveles previos al actual Gobierno, tanto para los empleados privados como para los públicos, además la pérdida de empleo también se centró en esos oficios urbanos. En la industria se perdieron 29.700 puestos entre noviembre y agosto y en la construcción otros 66.000 puestos.
Y es que mientras la demanda de productos importados se vio impulsada por el atraso cambiario, el consumo interno viene sufriendo más porque, además de que el salario sigue 6,8% por debajo de noviembre, las tarifas subiendo por encima de la inflación obligan a achicar en los productos de consumo masivo, producidos por la industria local, tal como destacó la consultora Epyca.
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