La conducción del PJ resolvió aceptar el pedido de licencia de Alberto Fernández y convocar a un congreso partidario para el 22 de marzo, donde se designará a una Comisión de Acción Política amplia, que represente a todos los sectores. La idea es sumar todo lo posible. El gobernador y presidente del Congreso, Gildo Insfrán, se mostró junto a Miguel Angel Pichetto y Guillermo Moreno. Pero también mencionaban al gobernador cordobés Martín Llaryora, como otro de los nombres a acercar.
Por FERNANDO CIBEIRA
La decisión de convocar al Congreso del Partido Justicialista el próximo 22 de marzo para aceptar el pedido de licencia de la presidencia partidaria a Alberto Fernández y nombrar en su lugar a una Comisión de Acción Política (CAP) que represente a todos los sectores internos, debe leerse en la clave de la gran unidad de todo el justicialismo que maquinan gobernadores y cúpula dirigencial, incluso de quienes se mantuvieron lejos durante los últimos tiempos. Prueba de ello es la foto que inmediatamente posteó el gobernador de Formosa y titular del Congreso del PJ, Gildo Insfrán, en un encuentro junto a Miguel Angel Pichetto y Guillermo Moreno, dos dirigentes que pertenecieron a la estructura hasta las primeras épocas del kirchnerismo y luego cruzaron a la vereda de enfrente.
El comunicado oficial planteó "una convocatoria amplia a todos los sectores" que se sientan parte del movimiento nacional y popular y quieran discutir su reorganización. A través de Santiago Cafiero y Juan Manuel Olmos, el ex presidente Fernández pidió su licencia, algo que se venía reclamando desde varios sectores internos del peronismo, especialmente por el tiempo que pasó últimamente en el exterior. La senadora y ex gobernadora catamarqueña Lucía Corpacci motorizó el discreto paso al costado de Fernández, que se terminó de concretar de común acuerdo. Otra opinión mayoritaria era que el PJ debía manejarse a partir de ahora con una CAP, algo que ya se hizo en otros momentos de incertidumbre política.
Las CAP permiten que estén representados todos los sectores -gobernadores, intendentes, jefes de bloques legislativos, centrales sindicales, organizaciones sociales, mujeres, juventud- y, además, es un buen ámbito para sumar dirigentes que hoy no forman parte de la conducción partidaria. Uno de ellos podría ser el ex candidato presidencial Sergio Massa, que tiene su propio partido -el Frente Renovador-, pero buscarían sumar a la CAP. Lo mismo su contrincante en las PASO, el dirigente social Juan Grabois, que encabeza la corriente Argentina Humana. El ex gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que se acercó a Massa en los últimos días de la campaña, también es mencionado.
Pero Insfrán, quien al ser el presidente del Congreso del PJ tendrá algo así como la llave de esta nueva etapa, dio muestras de una mayor amplitud todavía al encontrarse en un desayuno de trabajo con Pichetto y Moreno, quienes en los últimos días habían tenido algunas apariciones conjuntas en los medios hablando sobre la reorganización del peronismo. Pichetto se fue hace ya tiempo del PJ y se sumó a las filas de Juntos por el Cambio primero -incluso fue compañero de fórmula de Mauricio Macri- y actualmente encabeza el variopinto bloque de diputados de Hacemos Coalición Federal, donde confluyen ex macristas con peronistas cordobeses, lilitos y socialistas santafesinos. Moreno, en tanto, armó su propio partido desde el que viene intentando desde hace años conseguir algún rédito electoral, sin suerte.
Ambos son muy críticos del kirchnerismo, del gobernador Axel Kicillof y de La Cámpora. "Me gustaría pensar que el llamado a Pichetto tiene que ver con la idea de sumar a su bloque al rechazo al DNU de Milei porque en Diputados nos están faltando votos", comentaba un legislador que siguió de cerca los entretelones del rearmado peronista. Si lo consiguen, sería un paso importante en la resistencia contra la avanzada libertaria. Pero los movimientos no se quedarán allí: otro objetivo es conseguir la adhesión del gobernador cordobés Martín Llaryora, quien parece más proclive a acercarse al PJ que su antecesor Juan Schiaretti, que muchas veces amagó pero nunca concretó la reincorporación del peronismo cordobés a la estructura nacional. Sus diputados integran el bloque de Pichetto.
Quedan dos semanas hasta el encuentro del Congreso, pautado para el 22, dos días antes del 24 de marzo. No es casual: el peronismo apuesta a una gran movilización para el aniversario del golpe, otro capítulo en la "batalla cultural" que plantea Milei, que pone en duda el número de desaparecidos y cuestiona las políticas de derechos humanos, puntos básicos del consenso democrático que se creían ya fuera de toda discusión. Con la designación de una nueva conducción representada en una CAP amplia y con una contundente movilización dos días después en las calles, el peronismo aspira a comenzar a transitar el camino de salida del shock en el que lo dejó la derrota electoral y mostrar un nuevo músculo para enfrentar el desafío del gobierno libertario.
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