La política rionegrina muestra severos signos de bipolaridad. Las conductas de la dirigencia y los partidos perdieron originalidad, apego a sus banderas y postulados históricos y todo se reduce a ganar. Se lee la política desde la banalidad del poder donde se practican diferentes artes de seducción con poca coherencia y nada de ideología.
Una manera de hacer política ligada al cortoplacismo en el convencimiento de que el votante tampoco puede exigir determinadas conductas a los políticos porque también ha trivializado su participación en el voto obligatorio, sometido a una fuerte presión mediática oficialista u opositora.
El periodismo también definió estas conductas como la tinelización y la borocotización de la política. Frivolidad y travestismo juntos para permanecer o alcanzar el poder, que en tiempos electorales se potencian, sobre todo en torno al gobierno que funciona como un polo de atracción para asegurar el futuro.
El temor es a la equivocación y la única herramienta que puede pronosticar hacia adelante, y por supuesto falible, es la encuesta de opinión. El gobernador Alberto Weretilneck recurre asiduamente a los números que le acerca ECO para definir cursos de acción.
De las encuestas de este fin de semana surgirá finalmente si Matías Rulli se presenta como candidato a intendente Viedma, por Juntos Somos Río Negro. El gobernador ha dicho que hay que “brindar todo el apoyo a José Luis Foulkes” y entonces sólo sería posible la presentación del secretario General de la Gobernación si los números anuncian que peligra un triunfo del actual intendente a favor de Juan Manuel Pichetto.
Mañana vence el plazo para presentar candidatos y las cartas estarán en juego, incluso la eventual participación de Mario De Rege, por Unión Ciudadana por Viedma, que restaría votos a Foulkes.
Decisiones triviales que conducen a definiciones coyunturales para ayudar a unos o dañar a otros. De política, nada.
Este escenario podría aventurar que no hay tanta confianza en un triunfo del actual intendente radical. Los peronistas dicen que hay paridad y esgrimen –entre otros datos- que mide muy bien Miguel Pichetto en la capital (40 puntos) y que la presidente Cristina Fernández tiene el 52% de imagen positiva en Viedma, medida luego del caso Nisman.
Weretilneck hace un acompañamiento “sui géneris” en las elecciones municipales donde hay un variopinto partidario. Su propósito es que cuando se vote a gobernador, todos, sin importar su color político lo acompañen con el voto, con distintas promesas mediante.
Es el caso de Cipolletti, donde ante el seguro triunfo de Aníbal Tortorielo y la baja performance que se augura a Julio Arriaga, en la Casa de Gobierno hay confianza de que ambos trabajen para su postulación. En Bariloche alienta un acuerdo entre Gustavo Genusso y Carlos Valeri y que luego las encuestan definan la candidatura a intendente. Por ahora “Juntos a la Par” como definió un funcionario en la Casa de Gobierno, citando al tema de Pappo.
El gobierno tiene entre sus papeles de consulta la encuesta de ECO, que midió Cipolletti, Catriel, Allen, Cinco Saltos, Río Colorado, El Bolsón, Villa Regina, Choele Choel, Bariloche, Viedma, San Antonio Oeste y General Roca, donde Alberto Weretilneck cosecha 34 puntos, Miguel Pichetto 29 y Magdalena Odarda 16.
El peronismo por supuesto tiene los números invertidos y confía en los sondeos permanentes de Raúl Aragón que indican que Miguel Pichetto tiene 35 puntos, Alberto Weretilneck 20 y Magdalena Odarda 16.
El relevamiento tomando a los municipios de manera individual tiene muchas disparidades con ventajas para el PJ, algunas notables, como Roca, Regina, Choele Choel y Sierra Grande, a esta compulsa Javier Iud, sumó la elección de las PASO para el 3 de mayo en San Antonio Oeste, para demostrar que también gana el peronismo y una manera de responder a la jugada que le hizo Weretilneck en propiciar la reforma de la ley de municipios para favorecer la creación de la municipalidad de Las Grutas.
Otras encuestas destacan los números de las ciudades más importantes donde se impone Pichetto, en Viedma, por 13 puntos, por 7 puntos en Roca, en Bariloche 6 y Weretilneck tiene una ventaja en Cipolletti de 30 puntos, equilibrando el escenario provincial.
¿Dove é la veritá? Dicen los italianos, y la respuesta surgirá recién el día en que se abran las urnas.
Otra incógnita es la fecha de elecciones que el gobernador tiene celosamente guardada. De nuevo las encuestas. Las consultoras nacionales que relevaron Río Negro dicen que Daniel Scioli tiene 35 puntos, Mauricio Macri 20 puntos y quedó muy relegado con apenas 10 puntos Sergio Massa, que tiene el apoyo del gobernador.
Estos datos atentan contra los anuncios de Weretilneck de su intención de votar en septiembre, luego de las PASO nacionales y previo a las presidenciales. Incluso para las internas primarias simultáneas y obligatorias dentro del PJ, Scioli hoy aventaja en 15 puntos a Florencio Randazzo.
Se vuelve a comentar entonces que las elecciones provinciales serían el 28 de junio o el 5 de julio, antes del comienzo de las vacaciones de invierno, que podrán definir candidatos para presentar en abril y conocer quien acompañará finalmente a Weretilneck, Pichetto y Odarda en el cargo de vicegobernador.
En todos los sondeos de opinión comienza a aparecer Magdalena Odarda como tercera fuerza. En las mediciones de diciembre-enero no superaba los 5 puntos y ahora con la candidatura anunciada trepó en casi todas en torno a los 16 puntos. Si en la categoría de otros, estaría incluida la UCR, un panorama muy oscuro se presenta hacia adelante en el legendario partido de Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen.
En el radicalismo pareciera que hay intencionalidad en sus procedimientos. Media docena de diputados sumaron sus votos para acompañar al oficialismo en la suspensión de las elecciones primarias, abiertas y simultáneas en Río Negro, otra vez funcionó la Nueva Mayoría.
No hubo un solo argumento válido para votar esta suspensión en la Legislatura. Las PASO no afectan a las instituciones, al contrario, hay tiempo para su implementación, no es argumento la falta de recursos y además fue votada por unanimidad en el parlamento por todos los partidos políticos.
Quedó en claro entonces que las primarias abiertas no convenían a la estrategia del gobernador y quedó más claro aún que existe un sector de la UCR que es funcional, amigo y que apoya a Alberto Weretilneck. Esta posición no tiene nada de malo, salvo que no es transparente como el apoyo al gobierno del bloque de Unidos por Río Negro, de la bancada Carlos Auyero e incluso del PPR macrista que juega con el oficialismo.
Poco se entienden los argumentos de esta media docena de legisladores radicales cuando la mesa del comité provincial había expresado días atrás en un comunicado el apoyo a las PASO, posición no reconocida cuando se esforzó una votación en el bloque de la UCR que ganó el albertismo.
Los tiempos apremian y el radicalismo tendrá que definir cuál será su propuesta para las próximas elecciones, luego haber gobernado 28 años que no es poca cosa, y quedar con las manos vacías.
Travestismo, frivolidad, borocotización. A meses de las elecciones a gobernador, la UCR hace la vista gorda a la célebre máxima principista de Leandro Alem, quién sostuvo en su testamento político “¡Que se rompa, pero que no se doble!”
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