El documento había sido firmado por el gobierno de Macri y en los hechos no se cumplía; según Cancillería, constituía “uno de los hechos más lesivos” para el reclamo; para la oposición, es “otra incoherencia de la política exterior nacional” y para Gran Bretaña es una “decisión decepcionante”
Por Jaime Rosemberg
En otro capítulo de la larga disputa por la soberanía de las Islas Malvinas, y en un gesto destinado a reforzar su postura antagónica con Gran Bretaña, el canciller Santiago Cafiero le notificó hoy a su par británico, James Cleverly, el “fin” del denominado acuerdo Foradori-Duncan, un documento que, a criterio de la Casa Rosada, hacía concesiones a los intereses del Reino Unido respecto de la explotación de los recursos naturales en las islas Malvinas, y que de hecho no estaba vigente en la mayoría de sus puntos acordados.
Mientras la Cancillería informaba que Cafiero propuso, al mismo tiempo, un nuevo encuentro con su par inglés en el marco de las Naciones Unidas, ex funcionarios de Cambiemos calificaron a LA NACION el gesto como “parte de las incoherencias del Gobierno en política exterior” y reiteraron que el citado “acuerdo” era una “hoja de ruta” que “ponía todos los temas sobre la mesa”, incluida la soberanía argentina sobre las islas, a casi 41 años de la guerra promovida por el gobierno militar que terminó en una aplastante derrota. También Gran Bretaña “lamentó” la decisión del Gobierno.
Según informó la Cancillería, durante un apartado de la reunión de cancilleres de los países que integran el G-20 en Nueva Delhi, India, Cafiero le comunicó a Cleverly la decisión argentina de “cancelar” este acuerdo firmado en 2016 por el gobierno de Mauricio Macri en la embajada británica en Buenos Aires. Además propuso que la reunión en la sede de la ONU, en Nueva York, sería únicamente para “reiniciar la discusión por la soberanía” de las islas del Atlántico Sur que el Reino Unido usurpa desde 1833. La nueva propuesta, que busca “reenfocar la estrategia hacia el cumplimiento de la resolución de 1965″ que reclamaba negociaciones entre ambos países para resolver el diferendo, fue rechazada por Gran Bretaña.
“Las Islas Malvinas son británicas. Los isleños tienen derecho a decidir su propio futuro: han elegido seguir siendo un territorio británico de ultramar autónomo”, tuiteó el canciller Cleverly, mientras su segundo, David Rutley calificó la decisión de “decepcionante” y agregó: “Argentina ha optado por alejarse de un acuerdo que ha llevado consuelo a las familias de los fallecidos en el conflicto de 1982. Argentina, el Reino Unido y las Malvinas se beneficiaron de este acuerdo”, sostuvo Rutley, que la semana pasada se reunió en Buenos Aires con el vicecanciller Pablo Tettamanti y la secretaria de Cambio Climático, Cecilia Nicolini, entre otros funcionarios.
“Es uno de los hechos más lesivos para el histórico reclamo por el ejercicio de soberanía sobre las islas Malvinas”, insistió la Cancillería, en relación al acuerdo firmado por el entonces vicecanciller argentino Carlos Foradori y el ministro de Estado para Europa y las Américas del Reino Unido, Alan Duncan. Acuerdo que permitió, entre otros logros, la identificación de los cuerpos de 115 soldados argentinos caídos en las islas durante el conflicto bélico, con la ayuda de la Cruz Roja.
Cuestión Malvinas: Argentina notificó la decisión de poner fin al “Pacto Foradori-Duncan” de 2016.
Lo hice en reunión con el Secretario de Estado para las Relaciones Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, en la Cumbre de cancilleres del @g20org en Nueva Delhi, India. pic.twitter.com/ZQnwKgKUtI
— Santiago Cafiero (@SantiagoCafiero) March 2, 2023
Por medio del acuerdo, aseguraron desde la Cancillería, se le intentó garantizar al Reino Unido “la remoción de todos los obstáculos para el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las islas, desarmando una estrategia que se había impulsado poner límites a la ocupación ilegal y a la expoliación de los recursos naturales del archipiélago”, recordó Cancillería a través de un comunicado. “Ese documento realizaba concesiones a los intereses británicos en la región y retrocedía notablemente en el justo reclamo por soberanía, incluso se lo hizo trascender como `comunicado conjunto´ para evitar cumplir con la obligación constitucional de someter a la aprobación del Congreso Nacional los acuerdos internacionales que suscribe el Poder Ejecutivo”. Se trata, por lo tanto, de un acto que tiene “características manifiestamente ilegítimas y agraviantes para los intereses nacionales”, remarcó la Cancillería.
Ex funcionarios del gobierno de Mauricio Macri salieron a responder las acusaciones. “La declaración del canciller forma parte de las incoherencias del discurso del Presidente de ayer en el Congreso”, afirmó a LA NACION el ex secretario de Asuntos Estratégicos de Cambiemos, Fulvio Pompeo, quien se mantuvo en ese cargo durante las gestiones de los cancilleres Susana Malcorra y Jorge Faurie. Otros de los funcionarios involucrados afirmó que “se trató de un comunicado, una hoja de ruta amplia, que incluía temas humanitarios, militares, de pesca. Lo que queríamos era poner todos los temas sobre la mesa de negociación, incluido el de soberanía”, agregó la fuente
En cuanto a los vuelos desde territorio nacional hacia Malvinas, el comunicado consignaba que las partes habían “acordado que serían establecidas conexiones aéreas adicionales entre las Islas Malvinas y terceros países”, un punto que contradecía la postura del gobierno actual, que siempre promovió un segundo vuelo desde territorio continental mediante la aerolínea de bandera, Aerolíneas Argentinas.
”El acuerdo tampoco menciona la base militar que existe en la zona de paz y cooperación del Atlántico Sur. En realidad, el único obstáculo para el desarrollo económico de las Malvinas es, justamente, la persistencia de la disputa de soberanía que el Reino Unido se niega a negociar”, se puntualizó desde Cancillería en defensa de su declaración, que mereció el repudio de Gran Bretaña y la oposición al Gobierno.
Antecedentes
La actual escalada se produce en momentos en los que el denominado acuerdo está muy lejos de cumplirse en los hechos. El secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, aseguró días atrás que la falta de nuevas rutas aéreas a las Islas Malvinas eran “responsabilidad” del Gobierno británico, por su negativa a aprobar vuelos entre el archipiélago y el territorio continental argentino.
“De ser cierta la furia de los habitantes de Malvinas, deberían dirigirla al gobierno británico, verdadero responsable de los más de dos años de aislamiento de las islas bajo el pretexto de la pandemia”, publicó en su perfil de Twitter.
“El gobierno argentino logró que se restablezca el vuelo Punta Arenas-Río Gallegos-Malvinas a pesar de la reticencia británica, propuso vuelos directos Malvinas-territorio continental argentino y dejó sin efecto el vuelo a San Pablo que comprometió Foradori sin aval del Congreso”, indicó entonces el secretario.
Este servicio aéreo fue acordado con el Reino Unido en noviembre de 2018, durante la gestión de Macri, tras el compromiso previsto en el acuerdo Foradori-Duncan de 2016, que fue criticado por el peronismo en el Congreso y, también, por algunos sectores oficialistas de Cambiemos.
“Seguiremos propiciando un vínculo efectivo y constructivo entre Malvinas y el territorio continental argentino en favor de todos los que habitan nuestro suelo”, agregó Carmona.
En mayo de 2022, la Argentina propuso llevar a cabo una nueva reunión para continuar conversando sobre servicios aéreos, que se buscó concretar a fines de enero de este año. Sin embargo, la incorporación de “fuerzas de seguridad” kosovares a las dotaciones militares británicas en Malvinas, llevaron al Gobierno a “aplazar” el encuentro.
Hoy, la única ruta comercial habilitada de las islas es la que realiza la aerolínea Latam desde Punta Arenas (Chile) con una escala mensual en Río Gallegos. Había sido suspendida durante la pandemia, pero fue reestablecida tras gestiones con el Gobierno.
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