Lucía Mompó, de 25 años, ha creado una empresa con la que ya factura 150.000 euros y cuyo origen está en los recuerdos orales del pueblo de su madre, Aielo de Malferit, según los cuales la famosa bebida se ideó allí a finales del siglo XIX
Lucía Mompó había escuchado desde pequeña las historias que contaban en el pueblo de su madre, Aielo de Malferit, en el sur de la provincia de Valencia, que defendían que la Coca-Cola se había inventado allí. Así que cuando tuvo que desarrollar un proyecto para sus prácticas y trabajo de fin de grado decidió crear un producto que hiciese homenaje a esa historia. En 2018 salió al mercado Malferida, el refresco de cola con una fórmula natural y sin secretos.
El relato oral que sobrevive cuenta que a finales del siglo XIX en una destilería del pueblo embotellaron un jarabe hecho a base de nuez de cola, que llamaron Kola-coca. También que la bebida fue presentada en Estados Unidos por uno de sus productores, que acudía a ferias para promocionar sus productos. “A priori, ahí queda la historia. Solo que llegó un año en que vino una empresa que se llamaba de Coca-Cola Company a comprar la marca”, cuenta.
Mompó quiso darle un giro al guion hace cuatro años. “Todo el mundo dice que se ha inventado aquí en Aielo, pero si me quiero tomar una de aquí, digamos, no existe”, pensó esta graduada en Administración y Dirección de Empresas de 25 años, de L’Olleria. Se puso manos a la obra y comenzó a investigar el mercado, el proceso de producción y a darle forma a un proyecto que hoy factura alrededor de 150.000 euros.
El primer gran reto, cuenta, fue encontrar proveedores capaces de adaptarse a una start-up con partidas pequeñas y muy centrada en el producto. “Pero una vez que di con ellos, me fue muy fácil porque se volcaron un montón y me ayudaron a que saliera adelante”. Luego llegó el momento de comercializarlo. “Yo miraba lo que hacían otras empresas, como las de cervezas artesanales, para tener algún tipo de referencia, ir modificando y seguir avanzando”.
Malferida hace de la transparencia una de las enseñas de su propuesta: “Nuestra fórmula no es secreta y está hecha con ingredientes naturales”, cuenta la emprendedora. Por ejemplo, la cafeína proviene de la nuez de cola y el dulzor de la stevia. “La idea es ser un referente en el mundo de los refrescos más saludables, para acercarlo a la gente, que sea fácil de encontrar, de consumir y dirigido a un público más rebelde, inquieto, que busca salirse un poco de lo común”. Ese público puede encontrar sus botellas en hostelería y tiendas de proximidad. “Fue el primer canal de ventas que empezamos a trabajar. Tenemos entre 400 y 500 puntos de venta alrededor de la Comunidad Valenciana, Cataluña, algunos en Madrid, en Murcia…”, cuenta la fundadora y consejera delegada. También venden en las cadenas de supermercados Carrefour y Aldi de la Comunidad Valenciana y Casa Ametller, en Cataluña, y online, a todo el territorio.
“El proyecto ahora mismo está en estado de expansión y de darlo a conocer”, asevera. El equipo está formado por tres personas, a las que se suman cinco trabajadores indirectos, y la compañía aún no genera beneficios. El objetivo es seguir fortaleciendo la marca y acercándola al consumidor. “Que la prueben, que hablen de ella e ir creciendo. Y con ello, poder conseguir ampliar la gama con nuevos formatos y sabores. Y al final crear una marca de refrescos saludables que vaya en sintonía con lo que el mercado demanda. Y seguir con nuestros principios de transparencia, sostenibilidad y no olvidar el origen”.
Comentá la nota