Lanzamiento con fallos. Imitando el lanzamiento de la lista bonaerense y porteña del Frente de Algunos Todos, el lanzamiento marplatense se hizo en un astillero local. Es mejor que en una fábrica de cloro, que deja para mucha ironía. Salió casi todo mal. El streaming no funcionó. La cobertura quedó opacada por los decires del día en relación a la lista de golfas, amigues, mercaderes de noticias y demás violaciones de la cuarentena que llevó adelante el presidente de la nación. Cerrarse fue la opción que tomó el matrimonio mandante con lista única, como en China o Cuba. Segundos afuera mal.

Manino fuera de juego. El natural de la pequeña localidad de Juárez se quedó con la carne en la parrilla y sin carbón, aunque advierte leña mal por fuera a favor de la entente Fiorini/Luna. En inicio, hay charlas para coordinar reparto de boletas en los barrios. Estas PASO serán históricas.

Explicando el por qué. En el hotel en el que se cocinaron las listas finales de JUNTOS  deambulaban sin que nadie les preste atención Nicolás Maiorano y Gustavo Posse. Para ese momento, el sanisidrense había ya dado de baja su ilusoria lista. El anuncio de enlistar en una tercera opción a Manes o Santilli no conmovió a nadie. Luego de deambular un rato largo, el intendente de San Isidro partió. Quedó como seña de la derrota Maiorano, quien juntó coraje para preguntarle a Maxi Abad “decime si yo saque minoría en Mar del Plata, ¿por qué no estamos en la lista?”. La respuesta fue tremenda. (Nota: Maiorano y Abad fundaron el VAR, los caminos de la vida y las opciones políticas los separaron). Respuesta:“Gordo vos participaste en la interna y sacaste la minoría con la CTA de Mar del Plata. Esos que te votaron la lista no son radicales, para vos y tus compañeros de ruta no hay nada”. Game over.

Pasó Manes. Estuvo el candidato estrella de la UCR en Mar del Plata en gira de alto valor en términos de imagen. Aunque los dirigentes hacen lo políticamente correcto, imploran que se ponga en línea y deje de zangolotudear. En dos semanas Mauricio Macri y Patricia Bullrich se suman a la campaña de Santilli. Ahí empieza el juego de verdad.