De recién llegados, llegados ayer, y nacidos y criados. La presencia de Guillermo Montenegro como candidato a Intendente de Mar del Plata ungido por la gobernadora María Eugenia Vidal hace ruido por su carácter implantado de “marplatense”, en donde se mezcla realidad y necesidad de construir un relato local. No es el único.
Al secretario de Hacienda Hernán Mourelle le enrostran casi a diario no ser nacido y criado (NYC). Lo hizo con mucha enjundia y a los gritos Vilma Baragiola en el despacho del intendente, en una reunión que relatamos a continuación. Por curioso que parezca, el que se dibujó de marplatense y nadie lo cuestionó, es el contador de ley de la comuna, Guillermo Costanzo. Curioso personaje que, promovido al cargo por el ex intendente cospelito Perogrullo, protagonizó estando en el cargo el tramo más desastroso del saqueo a las arcas municipales.
De recién llegados, y nacidos y criados. Guillermo Costanzo es todo un caso: fue funcionario en Lobería y como tal, cobró por tres cargos en simultáneo, sin inmutarse ni ponerse colorado, como si nada. En Mar del Plata, luego de un breve paso por la contaduría del EMVIAL, llegó a la contaduría general, cargo de ley. No se trata de un cargo político, es un cargo de por vida. Mucho poder. Curiosamente, Costanzo ejerció ese poder para cubrir las huellas del desquicio de gastos que fue la fallida consulta popular impulsada por el ex intendente Pulti para dar a la ciudad una policía comunal. La consulta que no se realizó quedó en entredicho por una acción del abogado Maximiliano Mastakas a horas de hacerse efectiva la misma. Interrogante: si no se hizo, ¿qué debía ocurrir con los gastos ocasionados? Dinero de los contribuyentes tirados espuriamente.
De recién llegados, y nacidos y criados II. El contador Guillermo Costanzo participó activamente de la justificación de la consulta y la legitimidad de la misma. Por caso, nada se sabe de los gastos incurridos en la contratación del abogado Alberto Binder, co-padre de la reforma judicial en la provincia de Buenos Aires, ni de su justificación. O la contratación de otro abogado, Alberto Bianchi, así como los gastos en publicidad en el multi Ladrey o en los canales abiertos, en particular Canal 10, que gozaba de particular gracia por parte de la gestión del nativo de Dolores. Todos estos gastos y erogaciones a mano abierta fueron utilizados para llenar el bolsillo de los amigos y sostenedores, en una movida nacida mal y ajena al predicamento constitucional que no prevé ni admite policías locales con presupuesto propio y responsabilidades comunales propias. Al contador de ley Guillermo Costanzo, nada de esto le pareció de merito para objetar o cuestionar.
La reunión. Fue en el despacho central de la comuna, al que concurrieron Santiago Bonifatti, Alejandro Carrancio, Vilma Baragiola, Mercedes Morro, y el presidente del concejo, Guillermo Sáez Saralegui. El motivo era reclamar por el pago de los honorarios a los asesores de los ediles, que representan unos veinticuatro millones mensuales. Esos millones no habían sido girados por Hacienda por decisión del propio Arroyo. Un acuerdo político destrabó la cuestión, contra palabra de generar consensos ciertos de gobernabilidad. La catilinaria de Baragiola a Mourelle por los dichos de éste sobre su persona y su conducta, son otra historia.
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