Nada es para siempre. Todo cambia, y al calor de la ambición de estar para parecer y creer que se es, hay un pequeño paso de ballet. Nada muy brioso, cuasi trémulo simplemente: la firma, y a actuar. Hay pasos y pasos. Lo de Mario Rodríguez causa estupor a quienes no lo conocen.
Ya desmarcado de la UCR, corre por la aventura de Lavagna en una puja que deja viudas por todas partes. Gerónimo Juliano, su alter ego, su primer fan, el financista de añares, lagrimea por los cafés de la manzana de las sombras sin entender aún lo que ha pasado: del fervor por el añejo partido a este “me salvo a como dé lugar”. La mezcla de saldos y retazos que hay en danza lleva a que a un sempiterno buscador de espacio en la cosa pública, Juan Anastasia —de muy mala memoria para cumplir con sus compromisos—, lo eleven a la categoría de renunciante sufriente que se agrega a los que testimonian por la candidatura de Guillermo Montenegro.
Nada es para siempre II. La larga listilla de soñadores alucinados que se veían compitiendo por la intendencia local registra bajas con el titulo adocenado y nada significativo de “bajó su candidatura”. ¿De dónde? Lo que baja es porque subió. Sólo en el universo delirante de las paginitas web que exponían a Ariel Ciano, Guillermo Castello, y a otros existió el “subido a la candidatura”. Buscas que sólo esperan seguir en la nómina del estado, viviendo una vida que sólo colgados de esos presupuestos se pueden dar. El que está exultante y maloso es Sáez Saralegui, quien hace dos declaraciones por día denostando al intendente que lo ungió al lugar que ocupa hasta hoy. Silencioso está Daniel Rodríguez, quien fracasó en su intento de terciar en el armado de la lista de Unidad Ciudadana.
Mirando lo que viene. La definición de una PASO en Unidad Ciudadana entre Fernanda Raverta y Horacio Tettamanti será para observar. Raverta sabe que los números no le dan. Su objetivo es instalarse. Con 43 años, hay mucho tiempo por delante. Es una elección de fin de ciclo en la que se va a casa una interesante cantidad de gente que estos años ocupó el centro de la escena pública. Habla bien de Horacio Taccone que acepte ir de primer concejal de GAP/Perogrullo en lista corta con todo en contra. El dirigente que estuvo al frente del EMDER tiene imagen propia. Lo dicho: un ejercicio de generosidad.
Sin pena ni gloria. Finalmente Maxi Abad aseguró su lugar en la lista de diputados provinciales, no sin esfuerzo. Lo que, obviamente, deja en los hombros de Vilma Baragiola el peso de llevar a la UCR a la PASO, en donde tendrá todo en contra porque el peso de la gobernadora Vidal estará volcado en la campaña de Montenegro. Es un interrogante si la UCR finalmente se alinea detrás de su candidatura. La palabra traición se escucha ya con fervor.
Interrogantes. Es lo que genera la lista que va con Montenegro, si el peso de cada uno de ellos es suficiente para dar carnadura marplatense al vecino de San Isidro que sigue respondiendo a los consejos de Mariano Mohadeb, y si un triunfo suyo traerá intereses distintos a los que han marcado la agenda en Mar del Plata en estos años.
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