28 Mayo, 2017Malas Lenguas
De desacuerdos y obligaciones. Heraldo García, vecinalista, está en una cruzada de desgaste sobre la funcionaria Stella Maris Marinier. Llega a acusarla de fascista, mote que desnuda la implicancia política que su carga lleva. ¿Por qué? Porque es la metodología que usó más de uno –entre otros, Gustavo Arnaldo Pulti- para dejar la elección reducida a un escenario irreal y extemporáneo de izquierda versus derecha. Hoy, a la luz de las PASO, la carga vuelve: por un lado hay vecinalistas que miran esta pelea de costado sin entender demasiado qué es lo que se juega; por el otro, la presentación de la compañía política del rector de la UNMDP Francisco Morea en la trinchera de Gustavo Arnaldo Pulti revela que hay vasos comunicantes entre grupos que pujan por el retorno al poder. Ni Marinier ni García figurarán en página de historia alguna; la puja que expresan y simbolizan va más lejos que unas simples elecciones primarias, y tiene que ver con una sociedad en la que el aparato que armaron los socialistas y comunistas, unidos en la masonería local durante los ‘50 y ’60, cumplió su propósito, y hoy debe ser modificado de raíz. Quizá explique la violencia verbal y de modos que Heraldo García y sus compañeros de ruta llevan adelante.
Cuentas impagas I. Dicen que fue la satisfacción última que se llevó Reinaldo José Cano antes de fallecer. El Tribunal de Cuentas ratificó ampliamente las irregularidades cometidas por el ex intendente GAP/Perogrullo/Cospelito, y que terminaron imponiéndole multas de hasta nueve millones de pesos. Inédito en la historia administrativa de la ciudad, cuando aun dice el propio Tribunal que falta evaluar aspectos tales como una Expo Industrial que se pagó íntegramente con fondos públicos cuyo destino era otro.
Cuentas impagas II. En tanto Nicolás Mondino celebraba la versión local de la entrevista a Cristina Fernández en C5N, dando al ex intendente Gustavo Pulti la oportunidad de decir lo que quiso y como quiso –lo que espantó a más de uno y es inexplicable, salvo como operación política-, José Cano vivía sus últimos minutos siendo criticado ferozmente por el gárrulo de Dolores, que se muestra desesperado y busca protección a toda costa por el avance de las investigaciones de la Fiscalía 10. Cargar contra el fiscal Javier Pizzo como lo hizo, no cambia la naturaleza de los hechos investigados.
Ruidos nada sordos. Hay nombres propios. Hay familia, hijos, maridos y esposas. En el habitual gallinero que es la convivencia en el ámbito judicial provincial, un escándalo de entre sábanas sacude la calma chicha de los tribunales locales. O mejor dicho, de la Fiscalía 10 de Delitos Económicos. Las malas lenguas hablan de pugilato entre féminas por aquello de “con mi marido no te metés”, y posterior desplazamiento de funcionaria blonda y traviesa a otra fiscalía, en la que ahora hará dúo con su hermana, más tranquila a la hora de las aventuras románticas. El escándalo es negado a voces por funcionarios de la fiscalía de marras, aunque las fuentes de N&P insisten en que lo ocurrido, bien ocurrido que estuvo, y citan un antecedente: la blonda funcionaria se habría despedido de la vida de soltera gozando por todo lo alto en su despedida de la soltería en el asiento trasero de un auto de colección, propiedad de un ex fiscal hoy camarista. En esta sociedad aún tan mojigata, todavía son las mujeres las únicas que pagan el precio del sexo. Lex duro sex.
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